ENTREVISTA A LUIS BRITTO GARCÍA POR MICHELL VALDEZ PARA EL SEMANARIO CULTURAL TODOS ADENTRO
-Sabemos que es escritor e historiador,
pero quisiera que me explicara, ¿cómo procede a la escritura del guión La Planta Insolente? ¿Cuándo decide
llevar el texto a las pantallas de cine? ¿De qué trata La Planta Insolente?
-Del mandato de Cipriano Castro, un Presidente nacionalista a quien
agredieron seis potencias imperiales, que bloquearon y bombardearon nuestro
país con una flota de quince acorazados, y agavillados con los acreedores de la
Deuda Pública financiaron y armaron una contrarrevolución interna violenta que
movilizó más de 15.000 hombres. Trata de cómo el pueblo venezolano unido pudo
salir airoso de esta espantosa agresión.
-¿Por qué es importante conocer esta
etapa de la historia de Venezuela?
-Porque las potencias imperiales siguen hostigando a nuestro país para
robarnos sus recursos naturales; siguen financiando y armando una
contrarrevolución violenta, siguen amenazándonos con un poderío militar
desmesurado, y nosotros seguimos resistiendo.
-Tengo entendido que la cinta reflejará
uno de los episodios más duros que ha vivido nuestro país ¿Cuál era nuestra
situación en aquel entonces? ¿A qué nos enfrentábamos?
-En el plano internacional, a reclamaciones de Inglaterra, Alemania,
Italia, Holanda, Francia y Estados Unidos, cuyos gobiernos apoyaban demandas
exageradas e ilegales de sus empresas instaladas en Venezuela, y pretendían
resolverlas con sentencias de sus propios tribunales. En el plano interno, a un
agavillamiento de los banqueros y los
acreedores de la Deuda Pública con los grandes terratenientes, quienes
arrastraron a sus peones a un alzamiento mal llamado Revolución Libertadora. A
este acoso se unió Colombia, que armó y financió una invasión de cinco mil
paramilitares al mando de un vendepatria llamado Rangel Garbiras, para que
invadieran por el Táchira disfrazados de venezolanos. Cipriano logró unir a los
venezolanos en torno del concepto de soberanía: en torno a la idea de que
Venezuela no puede ser enjuiciada ni condenada por tribunales ni cortes
extranjeras.
-¿Está la historia de la cinta
relacionada con nuestro escenario actual? ¿Por qué cree que las potencias
tratan de doblegar nuevamente a Venezuela?
-Obviamente. Imperio que crece torcido,
nunca su rama endereza. Tenemos cerca de la quinta parte de todas las reservas
de hidrocarburos del planeta; inmensas reservas de hierro, aluminio, coltan y
otros minerales estratégicos, y reservas de oro que podrían constituir la base
de una nueva divisa internacional que terminara de aniquilar al dólar, que no
está respaldado por nada. Aparte de eso, tenemos inmensos recursos en
biodiversidad y energía hidroeléctrica, y una posición estratégica decisiva en
el Caribe.
-Se dice que Cipriano Castro fue un
gobernante irreverente que convocó a los venezolanos a preservar la dignidad de
la patria ¿Cual debe seguir siendo nuestra posición?
-Pues la misma. No aceptar que Venezuela sea sometida a la condena por
Tribunales, Cortes o Juntas Extranjeras, como la OEA, el CIADI, o los
tribunales que pretenden condenar a nuestro país basándose en los Infames
Tratados contra la Doble Tributación, que exoneran a las transnacionales de
pagar impuestos en nuestro país. Quien piense que Venezuela debe someterse a
tribunales foráneos en cuestiones de interés público, que vaya de una vez a
inscribirse como marine.
-¿Cómo analiza el estreno de la
película en medio del contexto internacional?
-Decía Santayana que quienes no aprenden de la Historia se ven obligados
a repetirla. Es una contribución para que aprendamos de nuestra Historia, para
que no tengamos que repetir sus momentos más terribles.
-La mayoría de los guionistas de cine tienden a dar el paso hacia la
dirección, ¿tiene pensado darlo algún día o no entra en absoluto en sus planes?
-De hecho, escribí, dibujé y dirigí un dibujo animado, Tierra de Gracia, que se estrenó para
inaugurar un pasado Festival de Cine.
Pero la dirección de cine requiere un complejo manejo de personas y recursos
financieros; de dedicarme a eso me sería sumamente difícil seguir escribiendo.
-¿Cómo evalúa el interés de los espectadores por las películas de corte
histórico?
-En otros países se ha realizado desde los inicios del cine un abundante
tratamiento de temas históricos, como en Iván
el Terrible, de Eisenstein; Napoleón,
de Abel Gance; y El surgimiento de una
Nación, de David Warck Griffit. En Venezuela eso no había ocurrido salvo
excepcionalmente; las cintas históricas vienen a llenar un vacío en la memoria
del público y a consolidar nuestro sentimiento nacional.
-Finalmente, ¿en qué otros proyectos
literarios y cinematográficos se encuentra trabajando?
-A finales del año antepasado entregué el guión para una película sobre
los primeros años de Hugo Chávez Frías; adelanto el que sigue desde su elección
como Presidente hasta su partida. Tengo listo otro, Muñequita Linda, sobre la Caracas de los años cincuenta y sesenta.
Acabo de concluir El Venezolano Verdadero:
Laberinto de la Identidad Nacional, una investigación sobre nuestra
identidad nacional, y adelanto varias sobre las relaciones entre Cultura y
Sociedad, y Cultura y Economía en el Siglo XXI. Acabo de terminar Maraña, un libro de relatos, y escribo
una novela sobre la Inteligencia Artificial. Como verás, estoy bastante ocupado
en lo que me gusta hacer. Quizá esa sea la definición de felicidad.
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