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“Amigos,
entiendan”, escribe una atormentada tesista de Letras en su Facebook. “¡Preguntar
cómo va la tesis es de mala educación!” Y más indiscreto es formular tal pregunta en una
Universidad atormentada por el síndrome TMT (Todo Menos Tesis). Al extremo de
que nada menos que a la rectora hay que inventarle un Doctorado Honoris Causa
en Odontología porque su producción
intelectual es Nanay Nanay. Y ya que de Dientes Rotos hablamos, no parece
que el Consejo Universitario que la rodea venza las sombras que les que
permiten seguir en el cargo después de caducado el período para el cual fueron
elegidos, o no presentar cuentas de la Fundación Universitaria
y del Fondo de Jubilaciones y Pensiones.
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Hacia los
años setenta del siglo pasado, la Universidad Central
de Venezuela era la mayor productora de investigaciones y de ediciones del país.
Hoy, víctimas del TMT, docentes sin acceso a la piñata de los Honoris Causa
vegetan indefinidamente postergando su Trabajo de Ascenso, su Doctorado. Parecerá
caprichosa esta insistencia sobre la redacción de trabajos académicos ¿Pero es
mucho exigir que quien pretenda
desempeñar una profesión o regir una estructura compleja sea capaz de hilvanar
un discurso razonable sobre un tema pertinente, antes de emitir un diagnóstico, reformar una estructura
o ejercer el poder? ¿Que quienes enseñan demuestren que han aprendido? ¿Que
quienes pretenden controlar nuestra vida,
salud o destinos comprueben que pueden manejar un razonamiento?
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Portentoso
fue el desarrollo intelectual de Venezuela durante la lucha armada de los años
sesenta y setenta. Una avasalladora catarata de novelas, poemarios, ensayos, cuadros,
esculturas, películas, dramas y provocaciones
brotó de una intelectualidad perseguida y censurada. Hasta que los subsidios
del Inciba y del Conac convencieron a algunos intelectuales de que la creación
se podía sustituir por la “literatura verbal” con tragos subsidiados de la República del Este. Este
trueque de ideología por cirrosis hepática tuvo como efecto colateral
la esterilidad. El poemario único y el manuscrito eternamente inconcluso bastaron
como credenciales de celebridad. El
marasmo fue tan profundo, que sobrevivió a la Cuarta República que lo había
instilado, y así, al final de cada Foro, Encuentro, Simposio o Conversatorio,
escuchábamos a Chávez preguntar desesperado: “¿Pero bueno, y las ponencias? ¿No
quedó nada escrito? ¿Nada para publicar?” Nada de nada. Poco a poco nuestros
encuentros han pasado de intercambios de conocimiento a terapias de grupo o
bailoterapias, ya sabes, nos vemos allí, compartimos, qué maravilloso estar
todos juntos. Red Social en persona.
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El eclipse
no sólo afectó a la izquierda. Parte sensible de la oposición dio en llamarse “la Gente Pensante ”. Pero ¿Dónde
están los frutos de tanta cerebración? ¿Cuándo conoceremos el Manifiesto, el
Diagnóstico, el Proyecto de la
Derecha ? ¿Dónde
esconden su Nobel? ¿En cuál caverna su Clásico? ¿Dónde un discurso que
trascienda los teras de fruslerías que
consumen diariamente twitter y redes sociales? Acorde con el espíritu de
los tiempos, la UCAB
eliminó la tesis de grado como requisito de titulación en Comunicación Social,
siguiendo la creencia de que si no piensas en un problema, éste no existe.
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Pero si no
se piensa en un problema, éste crece. Hacia 1986, afirmaba Maza Zavala:
“La
sociedad venezolana es una desconocida en gran parte para los venezolanos. Hace
cuarenta años la sociedad venezolana era muy simple, ahora es muy complicada.
Muchas cosas están por definir, por estabilizarse. Otras todavía están en
proceso de ebullición. Por eso es que el diagnóstico social es más difícil. No
es lo mismo una sociedad madura en la cual ya hay cierta estratificación,
cierta estabilización de condiciones, determinadas características que pueden
ser sometidas a leyes. Aquí tenemos que
inventar las leyes en buena parte. Y eso es lo que no se ha hecho. (…) este
país está acercándose ya a lo que llaman la era post petrolera. Algunos notan
signos de declinación de lo que ha constituido en el siglo xx la era petrolera,
sin que hayamos conocido verdaderamente lo que ha sido y es el petróleo dentro
de la vida venezolana. Por supuesto, sin que gran parte de la población haya
disfrutado realmente de sus beneficios, sino más bien ha sufrido los efectos
perversos de la llamada bonanza petrolera. Entonces el gran estudio sobre el
petróleo está también por hacerse, no sólo desde el punto de vista económico,
sino desde el punto de vista cultural, antropológico, sociológico, político,
hasta literario. Un estudio completo, integral
del fenómeno petrolero para Venezuela no se ha hecho todavía. Y es
posible que pase la era del petróleo y no lo hayamos hecho. El gran reto de
estudio actual es la crisis, entendida también como crisis también de un modo
de vida, no sólo de un medio sino también de un modo. El cambio no sólo de la
base material sino también el cambio en las concepciones de la vida humana, de
la función del hombre en el medio social y de las raíces de la pervivencia del
hombre en este medio. Y yo decía -aunque
quizá suene un poco exagerado- que lo que tratábamos ahora era de sobrevivir, y
que todo estaba signado por la urgencia, por el signo del corto plazo. Porque
hay mucha incertidumbre más allá de cierto tiempo. (D.F. Maza Zavala: Venezuela, historia de una frustración,
testimonio recogido por Agustín Blanco Muñoz, T.IX, Caracas, ediciones Pío Tamayo.
Testimonios violentos N° 9. 1986. UCV. Imprenta Universitaria).
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¿Arrojamos
toda la responsabilidad sobre los intelectuales? No olvidemos los jurados
draconianos, que por quítame allá esas pajas descalifican años de trabajo.
Preguntémonos qué posibilidad hay de publicar
tesis en una Universidad Central con una imprenta que se inauguró en
1958 junto con la democracia, y que ahora está
virtualmente paralizada. Preguntémonos quién lee. Interroguémonos cómo
se remunera la escritura, en un país donde un taxista o una peluquera ganan
cuatro a cinco veces más que el profesor universitario promedio. Un artículo de opinión que consume tres días
de trabajo es remunerado, con suerte, con el precio de una comida rápida. La Cátedra Pío Tamayo, durante
décadas escenario de los debates más pertinentes del país, va a ser cerrada
porque al bedel encargado de cerrar la puerta le da flojera quedarse hasta que
concluyen los debates. Quizá toda una sociedad debe aprender respeto por el
trabajo intelectual antes de merecer a quienes lo ejercen.
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Tampoco
descalificamos a todos. Aquí todo el mundo sabe quién investiga, quién escribe,
quién crea, quién sin crear fama se echó a dormir. Pero
mientras tantos académicos se rinden
ante el TMT, Venezuela sí tiene su tesis: el Plan de la Patria. Es un intento de
comprender lo que somos y lo que debemos ser en el ámbito nacional,
latinoamericano, global. Puede ser criticable, pero es una propuesta. Amigos, entiendan. Ustedes pueden.
(TEXTO/FOTO:LUIS BRITTO)
PD: UN FALSIFICADOR CREÓ UN TWITTER UTILIZANDO SIN MI AUTORIZACIÓN EL NOMBRE DE LUIS BRITTO GARCÍA. NO ME HAGO RESPONSABLE DE NADA DE LO QUE SE EMITA POR ESE MEDIO.
PD: UN FALSIFICADOR CREÓ UN TWITTER UTILIZANDO SIN MI AUTORIZACIÓN EL NOMBRE DE LUIS BRITTO GARCÍA. NO ME HAGO RESPONSABLE DE NADA DE LO QUE SE EMITA POR ESE MEDIO.
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Rajatabla: www.monteavila.gob.ve
Dictadura Mediática en Venezuela: www.minci.gob.ve
La invasión paramilitar: Operación Daktari: www.minci.gob.ve
Socialismo del Tercer Milenio: http://www.monteavila.gob.ve/mae/pdf/socialismo-tercer-milenio.pdf
El Imperio Contracultural: del Rock a la Postmodernidad :
El pensamiento del Libertador: Economía y Sociedad: