El político se ocupa del minuto, el estadista y el intelectual del siglo. Durante la XX Feria del Libro de La Habana, Fidel Castro reúne a un centenar de intelectuales para preguntarnos cuál consideramos el problema más urgente. Algunos respondemos que la radicalización de los movimientos progresistas en América Latina, otros que la preparación para retos que todavía no vislumbramos. El Comandante afirma que el primordial es la supervivencia de la especie. Advierte que “Pensadores eminentes ven con claridad que el sistema capitalista desarrollado marcha hacia un desastre inevitable”.
En efecto, la Humanidad enfrenta una serie de crisis estrechamente entrelazadas. La destrucción capitalista de la naturaleza habría contribuido al calentamiento global y a una sistemática alteración climática que, aunada con la especulación financiera, desencadena una grave escasez de alimentos. Cita Fidel el artículo de Paul Krugman “Sequías, inundaciones y alimentos” de 13-2-2011, según el cual “Estamos en mitad de una crisis alimentaria mundial (la segunda en tres años). Los precios mundiales de los alimentos batieron un récord en enero, impulsados por los enormes aumentos de los precios del trigo, el maíz, el azúcar y los aceites. Estos precios desorbitados solo han tenido un efecto limitado en la inflación estadounidense, que sigue siendo baja desde un punto de vista histórico, pero están teniendo un impacto brutal para los pobres del mundo, que gastan gran parte o incluso la mayoría de sus ingresos en alimentos básicos”.
El capital financiero es el culpable a corto plazo. Añade Krugman que “La derecha estadounidense (y la china) culpa a las políticas del dinero fácil de la Reserva Federal, y hay al menos un experto que afirma que hay ´sangre en las manos de Bernanke´. Mientras tanto, el presidente francés Nicolas Sarkozy culpa a los especuladores y les acusa de ´extorsión y pillaje´”. Pero también el capitalismo es el causante a largo plazo. Sigue Fidel citando a Krugman: “Aunque hay varios factores que han contribuido a la drástica subida de los precios de los alimentos, el que realmente sobresale es la medida en que los acontecimientos meteorológicos adversos han alterado la producción agrícola. Y estos acontecimientos meteorológicos adversos son exactamente la clase de cosas que uno esperaría ver a medida que el aumento de las concentraciones de los gases de efecto invernadero cambie el clima (lo que significa que la actual subida del precio de la comida podría ser solo el principio)”.
En efecto, la Humanidad enfrenta una serie de crisis estrechamente entrelazadas. La destrucción capitalista de la naturaleza habría contribuido al calentamiento global y a una sistemática alteración climática que, aunada con la especulación financiera, desencadena una grave escasez de alimentos. Cita Fidel el artículo de Paul Krugman “Sequías, inundaciones y alimentos” de 13-2-2011, según el cual “Estamos en mitad de una crisis alimentaria mundial (la segunda en tres años). Los precios mundiales de los alimentos batieron un récord en enero, impulsados por los enormes aumentos de los precios del trigo, el maíz, el azúcar y los aceites. Estos precios desorbitados solo han tenido un efecto limitado en la inflación estadounidense, que sigue siendo baja desde un punto de vista histórico, pero están teniendo un impacto brutal para los pobres del mundo, que gastan gran parte o incluso la mayoría de sus ingresos en alimentos básicos”.
El capital financiero es el culpable a corto plazo. Añade Krugman que “La derecha estadounidense (y la china) culpa a las políticas del dinero fácil de la Reserva Federal, y hay al menos un experto que afirma que hay ´sangre en las manos de Bernanke´. Mientras tanto, el presidente francés Nicolas Sarkozy culpa a los especuladores y les acusa de ´extorsión y pillaje´”. Pero también el capitalismo es el causante a largo plazo. Sigue Fidel citando a Krugman: “Aunque hay varios factores que han contribuido a la drástica subida de los precios de los alimentos, el que realmente sobresale es la medida en que los acontecimientos meteorológicos adversos han alterado la producción agrícola. Y estos acontecimientos meteorológicos adversos son exactamente la clase de cosas que uno esperaría ver a medida que el aumento de las concentraciones de los gases de efecto invernadero cambie el clima (lo que significa que la actual subida del precio de la comida podría ser solo el principio)”.
Ejemplo de ello, la caída en la producción de trigo, la cual “según los datos del Departamento de Agricultura de EE UU, es el reflejo de una drástica bajada en la antigua Unión Soviética. Y sabemos a qué se debe eso: una ola de calor y una sequía sin precedentes, que elevaron las temperaturas de Moscú por encima de los 38 grados por primera vez en la historia”. Al mismo tiempo, la escasa tierra cultivable se dedica cada vez más a alimentos para el ganado, a los agrocombustibles y al algodón, y las transnacionales entre el 2008 y el 2009 han comprado en el Tercer Mundo 40 millones de hectáreas, unos 400,.000 kilómetros de tierra, cuatro veces la extensión de Cuba. Mientras tanto, desde 1970 hasta hoy la población mundial se duplica rebasando la disponibilidad de recursos.
En resumen, insiste Fidel que el capitalismo marcha hacia un desastre acelerado, y que el fin de la especie humana podría ser cuestión de un siglo. Ni siquiera en religiones que profetizan el Apocalipsis se pensó que sería para este milenio y este siglo. Piensen, mediten, que no es un esfuerzo inútil. “Creo que deberíamos comportarnos como una familia, y compartir lo que tenemos: unos petróleo, otros alimentos, los de más allá médicos….¿Por qué no podemos considerar al mundo como la sede de una sola familia humana? No tenemos otro planeta a donde mudarnos.”
En resumen, insiste Fidel que el capitalismo marcha hacia un desastre acelerado, y que el fin de la especie humana podría ser cuestión de un siglo. Ni siquiera en religiones que profetizan el Apocalipsis se pensó que sería para este milenio y este siglo. Piensen, mediten, que no es un esfuerzo inútil. “Creo que deberíamos comportarnos como una familia, y compartir lo que tenemos: unos petróleo, otros alimentos, los de más allá médicos….¿Por qué no podemos considerar al mundo como la sede de una sola familia humana? No tenemos otro planeta a donde mudarnos.”
Y a este respecto “los intelectuales pueden quizás prestar un enorme servicio a la humanidad. No se trataría de salvarla en términos de milenios, tal vez ni siquiera en términos de siglos. El problema es que nuestra especie se encuentra ante problemas nuevos, y no aprendió siquiera a sobrevivir”. Si logramos que los intelectuales comprendan el riesgo que estamos viviendo en este momento, en que la respuesta no se puede posponer, tal vez logren persuadir a las criaturas más autosuficientes e incapaces que han existido nunca: nosotros, los políticos”.
Guerra avisada no mata soldado, pero capitalismo salvaje bien podría acabar con la Humanidad. Pensemos.
Guerra avisada no mata soldado, pero capitalismo salvaje bien podría acabar con la Humanidad. Pensemos.