El Caribe
no es esa diminuta porción que nos han enseñado, sino la pieza central del
bloque geopolítico del mundo desde 1492, y esa pieza central todavía
adquiere más centralidad a partir del cumplimiento de las profecías de
Bolívar y de Martí, sostiene el intelectual venezolano Luis Britto García
CARACAS.— Guardo como un tesoro las palabras pronunciadas por el
eminente intelectual venezolano, Luis Britto García, el pasado 28 de enero en
esta ciudad, quien con humildad extrema compartió una conferencia al aire
libre, en la Plaza José Martí; y nos mostró a través de imágenes exquisitas a
un Caribe asombroso, estratégico, que emparenta a millones de seres y tiene las
claves de nuestra autoestima regional.
A través de Martí y de Bolívar, definiéndolos como autores de
ese gran poema que es la Patria, el orador se lanzó a las profundidades de una
identidad donde todo adquiere rango de dimensión sagrada.
En su discurso, Britto reparó en una «feliz coincidencia»: el 28
de enero, día del natalicio del Apóstol, también marca el inicio del Año Nuevo
Chino. «Para nosotros, dijo, debería ser la fecha del año nuevo del Caribe, el
Caribe como una inmensa nación todavía por nacer».
Fue ese el punto de partida de una exposición que comenzó por el
encuentro, en 1881, entre el joven Martí y la imagen del Libertador, «aquella
estatua magnífica de un hombre a caballo con un sable, que arranca en una
acometida magnífica hacia el sur». Es una confluencia de la cual, según Britto,
no puede nacer otra cosa que el estímulo para emprender la tarea grandiosa de
escribir un poema que se llama Patria, Caribe, Cuba.
Es el poema del precursor, que casi nunca llega a ver lo que ha
sembrado —drama de los precursores, ha definido Britto.
La clave del mundo
Las palabras dibujaron el paso de Martí por Venezuela, las
apreciaciones del cubano sobre esa nación, y cómo después este sigue su
itinerario hacia Estados Unidos, hacia Guatemala, y otros destinos. Pero
cuál es el sueño de Martí, se preguntó el pensador venezolano: Buscar lo propio.
«Todo hombre necesita tener una patria —expresó Britto—, algo
que le sea entrañable, poder llamar hermanos a un grupo de la humanidad,
establecer una fraternidad. Martí es hijo de español y de canaria. Decide ser
de la España del Quijote, de los marginados, de los burlados, de los
eternamente apaleados. No de la España abusiva del Cid campeador y de todos los
demás campeadores que han destruido pueblos, culturas y civilizaciones; y
entonces, llevando en el corazón esa España quijotesca, quiere hacer una
América tan grande, y más grande todavía que esa España y ese imperio. ¿Y qué
es lo que tiene él?: el Caribe».
En este punto de su discurso, el orador afirmó que «el Caribe ha
sido el centro de los acontecimientos en el mundo desde 1492. Ese año empezó la
Primera Guerra Mundial, porque tras las riquezas de América se lanzaron a una
carrera todas las grandes potencias europeas y libraron una guerra de tres
siglos, que se extendió a todos los sitios del planeta. Abarcó el océano
Atlántico, el Pacífico; una guerra que resultó en el surgimiento del
capitalismo a través de los 16 millones de kilos de plata que fueron
expropiados a las entrañas del Potosí y de América, una guerra en la cual no
solo se crearon los grandes imperios coloniales, sino que también las demás
potencias europeas hicieron enclaves dentro del Caribe, por su enorme
importancia estratégica, porque allí estaba, en alguna forma, la pieza clave
del mundo, y esa clave del mundo la entendió Bolívar, con la absoluta claridad
de la visión expresada en la Carta de Jamaica en 1815».
Se dio entonces un recorrido el intelectual venezolano por
algunos desvelos del Libertador: la clave del mundo está en el pequeño istmo
centroamericano. Bolívar habla de los canales que se trazarán a través de ese
istmo —es la comunicación entre los dos océanos, entre Asia y Europa, entre las
dos mitades de América del Norte—; plantea que en Panamá bien podría situarse
la capital del mundo. De ahí nace su sueño de la Gran Colombia y la integración
latinoamericana y caribeña, porque ese paso estratégico del cual depende el
destino del mundo tiene que ser custodiado por un gran bloque geopolítico (…)
con cuerpos en los dos océanos, pero con una potencia capaz de preservar ese
paso clave para el destino del mundo. Ese sueño de Bolívar, como otros tantos,
no se cumplió.
Otro gran proyecto, acentuó Britto, tenía en ese momento el
Libertador, de cuyo sentido fue heredero José Martí: la liberación de las
grandes Antillas. Bolívar, así como había soñado la liberación de la América del
Sur cuando era un pobre y arruinado exiliado en Jamaica, perseguido por los
intentos de asesinato, sueña la liberación del Caribe, porque él entiende que
mientras el Caribe no esté liberado, va a estar insegura la suerte de América
Latina. Por eso prepara una expedición que no llega a consumarse.
Otra mirada tiene Estados Unidos en lo que concierne al Caribe.
Luis Britto recordó la doctrina según la cual Cuba caería por las fuerzas de
atracción en el seno de la unión Americana. «Sobre el Caribe se entabla
entonces una guerra planetaria, en la cual todas las potencias tienen enclaves,
y uno de los episodios de esa guerra planetaria viene a repercutir en
Venezuela, y en 1902 tenemos 15 acorazados de las potencias europeas
bloqueando, bombardeando nuestras costas, porque quieren obtener un enclave
territorial en Venezuela, que domine los accesos al canal de Panamá, entre
otras cosas».
Todo engrana en esa geometría que solo los grandes poetas
entienden, comentó Luis Britto: «Hay que ver la poesía de Bolívar en Mi
delirio sobre el Chimborazo, y la poesía de Martí. No hay poema
que quede inconcluso, porque siempre hay otro gran poeta que lo retoma y sigue
escribiéndolo. Ese es el proyecto magno que viene a promover ese hombre pequeño
en su estatura cuando viene ante la estatua del Libertador, da clases, y hay la
leyenda de que incluso él es el autor del libro a través del cual generaciones
de venezolanos nos aproximamos a las letras, y que empieza “mi mamá me mima amo
a mi mamá…”. No sé si será verdad, pero qué bello sería que esas primeras
letras nuestras fueran las letras fieras de José Martí, las letras feroces, las
letras del patriotismo».
El gran Caribe
«En el Caribe hay otra cosa seguramente vislumbrada por todos
estos grandes próceres que eran soñadores. Sus sueños eran incluso más fecundos
que sus vigilias, porque durante esos sueños tenían ensueños promisorios»,
aseguró Luis Britto, quien, además, habló del Gran Caribe como algo que va más
allá de dos o tres Antillas.
En su decir, toda Venezuela es caribeña, salvo algunos puntos de
los Andes y otros de la Amazonia, pero en la Amazonia está la herencia
fundamental de las tribus caribeñas: la igualdad total. «Los caribes eran
sociedad donde no había autoridades, no había jefes. Se elegía un conductor
para una expedición o para una guerra. Ellos criaban a sus niños sin
restricciones. Como decía uno de los cronistas: “crían a sus niños
demasiadamente libertosos”».
El Caribe, ha dicho Britto, no termina ni empieza en las costas
de Venezuela. Es todo el Brasil mestizo y de culturas tupí, guaraní,
enteramente igualitarias. «El que lo dude váyase a Río, vaya a recibir el Año
Nuevo en Río para que vea como aquella amalgama milagrosa, prodigiosa, lo
indígena, lo africano, lo europeo opera y estalla en el frenesí de la danza, de
la poesía, y del amor. Vea como todo el Caribe sigue en la costa, después de
Venezuela, en Colombia». Y el pensador mencionó a Panamá, a casi toda la costa
del Pacífico, a toda la costa del Golfo de México, a Nueva Orleans con sus
explosiones de jazz y su desenfreno de danza en las calles, a la Florida, a los
millones de hispanos «que crecen cada vez más y son la primera minoría en la
potencia del Norte».
«Fíjense —pidió Britto a los presentes— cómo el Caribe no es esa
diminuta porción que nos han enseñado, sino la pieza central del bloque
geopolítico del mundo desde 1492, y esa pieza central todavía adquiere más
centralidad a partir del cumplimiento de las profecías de Bolívar y de Martí».
Hacia el final de sus palabras, el relevante intelectual definió
al Caribe como un modo de vida que tiene su lugar dentro del destino de la
humanidad, como el tema de ese gran poema que han estado construyendo estrofa a
estrofa nuestros libertadores, y que seguirá escribiéndose infinitamente en
proporciones cada vez más bellas, por lo siglos de los siglos.
Quién es Luis Britto
¿Y quién es este hombre que estuvo hablando largo y sin
cansarse, de pie y bajo la luz del sol?
Nacido en Caracas en 1940, Luis Britto García se hizo abogado y
Doctor en Derecho de la Universidad Central de Venezuela, donde fungió como
Profesor Titular en la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales. Es narrador,
ensayista, dramaturgo, dibujante, autor de más de 60 títulos. En 2002 recibió
el Premio Nacional de Literatura. En 2013 y 2014 defendió a Venezuela desde la
Comisión Interamericana de los Derechos Humanos, al tiempo de formar parte del
Consejo de la Defensa de la Nación, ámbito al que fuera invitado a dar batalla
por el Comandante Hugo Chávez.