Historias arrancadas de las entrañas de la vida misma
SUPERHÉROES
Una cierta tristeza dan los disfraces solitarios que parecen haberse extraviado de alguna comparsa y quedan íngrimos y solos separados del bullicio del Carnaval. Más abatimiento contagian cuando se los contempla desde el marco de una actividad maquinal como echarle gasolina al carro en una bomba. Eso quizá medita la víctima mientras desvía la mirada del contador de litros para contemplar las figuras que se aproximan del Caballero de la Noche y su asistente el Joven Maravilla. Siempre el Dúo Dinámico debe surgir de la tiniebla de Ciudad Gótica, pero cómo proyectar la Batiseñal en el cielo escandaloso de este mediodía pueblerino donde la capa morada del Justiciero parece más bien préstamo de un Nazareno. Más lamentable es este Robin que equivocó el color del antifaz y luce uno amarillo que desacredita su vestimenta de periquito. Cómo aguantará Batman este calor con esa capucha con cachos sobre la cual sobrevuela una mosca. A punto está el cliente de descuidar el marcador y dejar que la gasolina rebose el tanque, cuando el Hombre Murciélago se le dirige con voz debidamente cavernosa:
-Esto es un atraco. Déme lo que tiene.
Bajo la capa de poliéster el Caballero de la Noche agita dramáticamente un hierro que pudiera ser una fuca o un revólver de payaso de los que sólo disparan una banderola que dice BANG, pero mejor es no ponerse a comprobarlo. La víctima entrega mansamente sus pertenencias a un Joven Maravilla con guantes que parecen de Primera Comunión. Y sin mediación de ningún ¡POW! ¡CRASH! ni ¡ZAP! echan a correr los Super Héroes de la Liga de la Justicia, sin esperar siquiera a que suene el tema de Neil Heft que acompañaba sus despedidas triunfales, dejando a la víctima como si le hubieran caído todos los cocos de un cocotero, con el problema de contarle a la policía que ha sido atracado por personajes que sólo existen en comiquitas, y de superar el temor de que ahora Superman que viene doblando la esquina le haga un secuestro exprés.
MADRE PATRIA
La dama entra en el edificio, olvida en qué piso vive, marca un número al azar en el ascensor y cuando llega no recuerda en qué apartamento reside porque todas las puertas son iguales y cuando se para ante una deja de saber qué año es y al voltearse buscando ayuda en el pasillo solitario no le viene a la memoria en qué país está. No puede esperar, debe aprovechar esta fuerza de la juventud para gritar todo lo que debe ser dicho, a estos fachas, a estos quintas columnas, a estos gilipollas, a estas izas, rabizas y colipoterras, y berrearlo ya, con todas las palabras del Diccionario Secreto de Camilo José Cela. De puerta en puerta va y de piso en piso buscando quien le responda y agotando genealogías y ascendencias y descendencias, qué le importa que la atrapen los escuadristas, los falangistas, para esconderse de ellos encuentra una sola puerta que abre y detrás un cuarto lleno de tobos y coletos donde se atrinchera, busca desesperada en la cartera con qué defenderse y sólo encuentra un fajo de billetes que no reconoce, seguro que le han metido ese fajo de billetes en la cartera para acusarla de ladrona, la certidumbre de la muerte le afloja el vientre, y para mostrar su desprecio unta billete tras billete con caca y y mientras grita los va pegando por paredes y puertas y escaleras mientras en el apartamento 5-C comentan: Ya la viejita del 6-A volvió a perder la memoria y se cree que está en Madrid en 1939, hay que aplicar la decisión del condominio y mandarla al manicomio de Bárbula. Mientras en el 5-D responden: Los hijos hicieron dinero y se fueron a España y los nietos la abandonaron y se fueron a Estados Unidos. Y en el 3-D concluyen: Ahora que la mandamos a Bárbula somos como sus únicos parientes.
(FOTO/TEXTO: LBG)
CONSULTE TAMBIÉN:
http://luisbritto.Wordpress.com
Versión en francés, gracias a la inteligente ayuda del amigo Romain Vallée:http://luisbrittogarcia-fr.blogspot.com
http://laplantainsolente.blogspot.com.
Libros de Luis Britto en Internet:
Rajatabla: www.monteavila.gob.ve
Dictadura mediática en Venezuela: www.minci.gob.ve
http://www.facebook.com/Luis.Britto.Garcia
SUPERHÉROES
Una cierta tristeza dan los disfraces solitarios que parecen haberse extraviado de alguna comparsa y quedan íngrimos y solos separados del bullicio del Carnaval. Más abatimiento contagian cuando se los contempla desde el marco de una actividad maquinal como echarle gasolina al carro en una bomba. Eso quizá medita la víctima mientras desvía la mirada del contador de litros para contemplar las figuras que se aproximan del Caballero de la Noche y su asistente el Joven Maravilla. Siempre el Dúo Dinámico debe surgir de la tiniebla de Ciudad Gótica, pero cómo proyectar la Batiseñal en el cielo escandaloso de este mediodía pueblerino donde la capa morada del Justiciero parece más bien préstamo de un Nazareno. Más lamentable es este Robin que equivocó el color del antifaz y luce uno amarillo que desacredita su vestimenta de periquito. Cómo aguantará Batman este calor con esa capucha con cachos sobre la cual sobrevuela una mosca. A punto está el cliente de descuidar el marcador y dejar que la gasolina rebose el tanque, cuando el Hombre Murciélago se le dirige con voz debidamente cavernosa:
-Esto es un atraco. Déme lo que tiene.
Bajo la capa de poliéster el Caballero de la Noche agita dramáticamente un hierro que pudiera ser una fuca o un revólver de payaso de los que sólo disparan una banderola que dice BANG, pero mejor es no ponerse a comprobarlo. La víctima entrega mansamente sus pertenencias a un Joven Maravilla con guantes que parecen de Primera Comunión. Y sin mediación de ningún ¡POW! ¡CRASH! ni ¡ZAP! echan a correr los Super Héroes de la Liga de la Justicia, sin esperar siquiera a que suene el tema de Neil Heft que acompañaba sus despedidas triunfales, dejando a la víctima como si le hubieran caído todos los cocos de un cocotero, con el problema de contarle a la policía que ha sido atracado por personajes que sólo existen en comiquitas, y de superar el temor de que ahora Superman que viene doblando la esquina le haga un secuestro exprés.
MADRE PATRIA
La dama entra en el edificio, olvida en qué piso vive, marca un número al azar en el ascensor y cuando llega no recuerda en qué apartamento reside porque todas las puertas son iguales y cuando se para ante una deja de saber qué año es y al voltearse buscando ayuda en el pasillo solitario no le viene a la memoria en qué país está. No puede esperar, debe aprovechar esta fuerza de la juventud para gritar todo lo que debe ser dicho, a estos fachas, a estos quintas columnas, a estos gilipollas, a estas izas, rabizas y colipoterras, y berrearlo ya, con todas las palabras del Diccionario Secreto de Camilo José Cela. De puerta en puerta va y de piso en piso buscando quien le responda y agotando genealogías y ascendencias y descendencias, qué le importa que la atrapen los escuadristas, los falangistas, para esconderse de ellos encuentra una sola puerta que abre y detrás un cuarto lleno de tobos y coletos donde se atrinchera, busca desesperada en la cartera con qué defenderse y sólo encuentra un fajo de billetes que no reconoce, seguro que le han metido ese fajo de billetes en la cartera para acusarla de ladrona, la certidumbre de la muerte le afloja el vientre, y para mostrar su desprecio unta billete tras billete con caca y y mientras grita los va pegando por paredes y puertas y escaleras mientras en el apartamento 5-C comentan: Ya la viejita del 6-A volvió a perder la memoria y se cree que está en Madrid en 1939, hay que aplicar la decisión del condominio y mandarla al manicomio de Bárbula. Mientras en el 5-D responden: Los hijos hicieron dinero y se fueron a España y los nietos la abandonaron y se fueron a Estados Unidos. Y en el 3-D concluyen: Ahora que la mandamos a Bárbula somos como sus únicos parientes.
(FOTO/TEXTO: LBG)
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Versión en francés, gracias a la inteligente ayuda del amigo Romain Vallée:http://luisbrittogarcia-fr.blogspot.com
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