¿Qué será de la Humanidad, sujeto sustantivo, cuando se agote la humanidad, adjetivo calificativo? La primera crece apresuradamente; la segunda desaparece a velocidad todavía mayor.
De la Humanidad quedan unas ocho mil millones de personas, de las cuales pocas sobrevivirán al trato o maltrato sin humanidad que los poderes ejercen sobre los inermes.
El homo sapiens parece haber sido el principal agente de la extinción de otras especies emparentadas con él, como el homo neanderthalis.
Pero también ha sido activo agente de la extinción de la propia: los antropólogos han encontrado vestigios de carne y sangre humanas en las heces de seres humanos de hace tres millares de años.
Demasiado largo sería el compendio de las hecatombes de humanos realizadas por inhumanos. Su único límite fue la posibilidad de utilizar a los sometidos como siervos o esclavos: en lugar de quitarles la vida de un solo golpe, arrebatárselas día tras día y hora tras hora y siglo tras siglo en sistemas de explotación del trabajo.
Hecatombes semejantes representó la expansión colonial europea por Asia, África y Oceanía. A estos colosales latrocinios los calificó la ciencia positivista de evolución natural y de triunfo de la Civilización sobre la Barbarie.
Asombra actualmente a la humanidad de la Humanidad la forma en que en Gaza perpetran un genocidio no mitigado por ninguna consideración de derecho, piedad ni fuerza. Pero en nuestras breves existencias hemos visto repetirse el mismo drama contra China, la Unión Soviética, Polonia, Japón, Checoeslovaquia, Grecia, Yugoeslavia, Corea, Argelia, Vietnam, Laos, Cambodia, Indonesia, México, Cuba, República Dominicana, Chile, Argentina, Uruguay, Haití, Guatemala, Panamá, Honduras, Nicaragua, El Salvador, Honduras, Perú, Colombia, Paraguay, Yugoslavia, Irak, Libia, Irán, Siria, Yemen y Venezuela, por sólo mencionar algunos de los países y pueblos victimizados.
La Hecatombe es nuestro estilo civilizatorio. La única pausa en estas moliendas de carne humana la abrieron las resistencias de los pueblos en vías de ser exterminados, y la necesidad del capitalismo de preservar algunas vidas para uncirlas a las esclavitudes del peonaje, el trabajo ilegal de migrantes y el desprovisto de derechos laborales y sociales de maquilas y Zonas Económicas Especiales.
Seamos claros: en la agregación actual de poderes, la supervivencia de la Humanidad depende de su capacidad de generar beneficios para el gran capital. Pero es justamente este factor el que actualmente conspira contra nuestra supervivencia. A nivel mundial, las tasas de ganancia del capital no hacen más que descender. Y cada vez que el capital acusa un descenso en sus beneficios, lo recupera sobre el costo de la mano de obra.
Por otra parte, la necesidad misma del trabajo humano tiende a desaparecer ante su creciente suplantación por el automatizado de las computadoras. Consultemos The Future of Jobs Report 2020, del World Economic Forum sobre las perspectivas laborales en el presente quinquenio, obtenidas mediante una investigación sobre 15 sectores industriales en 26 países, tanto desarrollados como emergentes (https://www.weforum.org/reports/the-future-of-jobs-report-2020/digest).
El Reporte revela que 43% de las empresas investigadas reducirán su fuerza laboral debido a la integración tecnológica, y que hacia 2025, el tiempo empleado en el trabajo por seres humanos será igual al empleado por máquinas. Es decir: la mitad del trabajo será desempeñado por éstas. Estima que hacia esa fecha 85 millones de empleos podrían ser desplazados por el cambio en la división del trabajo entre humanos y máquinas, mientras que 97 millones de nuevos “roles” podrían emerger.
Desde luego que no se explica en qué consistirían ni cómo surgirían estos “roles”. Pero sí se aclara que “los trabajos desempeñados por trabajadores de bajos ingresos, los jóvenes y las mujeres han sido más profundamente impactados en la primera fase de la contracción económica”. Por lo cual “el impacto presente es más significativo y más propenso a profundizar las desigualdades existentes”.
El único problema no es el superávit de seres humanos y la escasez de empleos que les permitan ganarse la vida. Global Trends 2025: a Transformed World, texto de la Superintendence of Documents de la US Government Printing Office. afirma que “21 países con una población conjunta de unos 600 millones presentan escasez bien de tierras cultivables o de agua dulce”: que “debido al continuo crecimiento de la población, 36 países, que albergan 1.4 billones de personas, caerán en dicha categoría en 2025”, y que “El Banco Mundial estima que la demanda de alimentos se elevará 50% hacia 2030, como resultado del crecimiento de la población mundial, el incremento de la riqueza, y la adopción de preferencias dietarias occidentales por una creciente clase media” (www.dni.gov/nic/NIC_2025_project.html).
Ante esta situación no tardan los pronunciamientos de la élite que la causa. Yuval Noah Harari delata la creación de una masiva clase de “gente inútil”: “La revolución de la Inteligencia Artificial está comenzando a crear una clase inútil. A medida que las computadoras sobrepasan a los humanos en más y más tareas, es probable que los expulsen de más y más empleos. El peligro entonces es que tendrás millones de personas, incluso billones de personas, sin ningún valor económico y que por tanto no tendrán poder político. Y entonces la gran pregunta económica y política del siglo XXI será: ¿para qué necesito a los humanos? O por lo menos ¿para qué necesito tantos humanos? Una posibilidad es la creación de una masiva clase de personas inútiles, otra es la división de la humanidad en dos castas biológicas distintas, con los ricos superdotados como dioses virtuales y los pobres degradados al nivel de gente inútil” (https://www.globalresearch.ca/governance-by-artificial-intelligence-the-ultimate-unaccountable-tyranny/5814054).(
(Yuval Noah Harari Discusses the Creation of a Massive Class of "Useless People" and What Should be Done with Them Rhoda Wilson, December 11, 2023)
.Por su parte, Bill Gates denuncia la existencia de otra consistente clase de “bocas ociosas”. Califica de ocioso o inútil aquello que no produce dividendos. El capital define la utilidad de la Humanidad porque ésta ha renunciado al derecho de definir la del capital. Está en curso una guerra para destruir todos los sistemas en los cuales no reina de manera absoluta la tiranía de la ganancia, implantada la cual, todo aquello que no sea rentable desaparecerá.
Difícilmente habrá mayor paradoja que la del adelanto tecnológico que puede liberar a la Humanidad del trabajo forzoso, aplicado para librar al mundo de la Humanidad
TEXTO/FOTOS: LUIS BRITTO.