martes, 25 de junio de 2019

¡A CONVERSAR, SEÑORES!


Luis Britto García 


1
Bueno es que  polos opuestos en el debate político dialoguen,  malo es
que uno de ellos no presente más propuesta que  eliminar al otro.
Hacia el conflictivo 2001 el plan era  el Gobierno de Transición.
Escribí un artículo, “Barajitas repetidas”, equiparándolo a los
promotores de álbumes, que nos obligaban a comprar sobres cerrados
esperando que nos saliera la  ilocalizable Ave del Paraíso para sólo
obtener el mil veces repetido Gorila Salvaje. En el sobrecito cerrado
opositor venían el dictador patronal  Carmona Estanga y el sabotaje
petrolero. Nadie los hubiera comprado: con razón trataron de
imponerlos con la violencia.


2
Las fuerzas opositoras sólo coinciden en ocultar para qué quieren el
poder. No sueltan prenda porque nadie les compraría  el paquete
completo. Para muestra, basta un botón. En 2003, tras fallar en su
intento de   derrocar al Presidente electo,  revelan un  proyecto que
sus medios privados casi se abstienen de divulgar. Sólo  Últimas
Noticias difunde que su primera meta es abiertamente inconstitucional:
 privatizar  PDVSA. La complementan la privatización de la Educación y
de la Seguridad Social, ambas garantizadas a todos por la Carta Magna
(Últimas Noticias, 6-1-03, p.8). La oposición también ratificaría la
eliminación de las prestaciones laborales perpetrada por Rafael
Caldera. Si esconde su programa, es porque éste no sube cerro ni
brinca barranco.


3
En junio de 2003 una comisión de la Coordinadora Democrática presidida
por Diego Bautista Urbaneja publica su “Plan consenso País”. Tampoco
lo divulgan,  y con razón: se parece al  anterior como una gota de
agua a otra.  Con enredado lenguaje amenazan  privatizar la Salud
mediante “opciones individuales de capitalización de pensiones o de
salud, para quienes estén en condiciones de optar por ellas de un modo
que los beneficie”. Traducimos: negociado de Fondos Aseguradores de
Pensiones. También la privatización de la Educación Superior está con
el “acuerdo de los sectores académicos, gremiales y estatales para
modificar la estructura gerencial  y financiera de las universidades”.
Sobre los hidrocarburos, “Asumen que la industria petrolera y
petroquímica requiere de un plan de negocios que abarque el crudo y
sus derivados, gas, petroquímica, orimulsión y carbón”. Y proponen que
“el financiamiento además del público provenga de la inversión
privada. Pdvsa buscará diseñar su integración aguas bajo en áreas
específicas y buscar mercados nuevos”. Además, sugieren “que en la
política de producción no se  mantenga el dogma la ecuación volumen
versus precio” (Asunción Reyes: “Coordinadora priorizará
reconciliación en eventual gobierno transitorio”, El Nacional, 8-6-03,
A-6). De nuevo traducimos: vender la industria petrolera al capital
privado y sobreproducir para bajar los precios de los hidrocarburos.
Parecerían cláusulas redactadas por la Agencia de Energía de Estados
Unidos. De ser aplicadas hoy, caeríamos de más de 70  dólares por
barril a los históricos 8 dólares de Caldera y Giusti. Perderíamos
nuestra condición, certificada por la ONU, de país menos desigual de
América Latina, para hundirnos hasta los niveles de quienes amenazan
con invadirnos: Colombia, Brasil, Panamá y Chile, respectivamente
cuarto, quinto, sexto y séptimo países más desiguales del mundo.


4
Programas por los que nadie votaría sólo pueden ser impuestos por la
fuerza bruta del ejército nacional, y ya que éste tampoco quiere, por
la fuerza brutal de invasores extranjeros. En 2001 se dio a conocer el
°Plan Balboa° ejercicio militar  para dividir en tres bloques a
Venezuela con ataques desde Panamá y Colombia. Los opositores se
abstienen de condenarlo, así como al centenar largo de paramilitares
acuartelados en la Finca Daktari para un intento de magnicidio. En
2007  Julio Borges y Leopoldo López proponen en la española Fundación
de Análisis Económico y Social (FAES) la instalación de bases
militares de la OTAN en América Latina.


5
¿Qué esperan dirigentes opositores venezolanos de  potencias
extranjeras? O más bien ¿que esperan  potencias extranjeras de
dirigentes opositores venezolanos? Nunca sale gratis intervención
militar foránea. Como en Irak, el control de nuestros recursos
naturales quedaría en manos de transnacionales. Como en Yugoslavia,
Checoslovaquia o   Libia, fragmentaría  nuestro país en bloques
ocupados por tropas extranjeras que, como las de Estados Unidos en
Colombia, pretenderían ser inmunes ante leyes y tribunales locales.
Quien  dude, consulte las declaraciones de Donald Trump¬: “Todas las
opciones siguen abiertas”.


6
Soñar no cuesta nada, y fantasear el descuartizamiento y el pillaje de
un país, todavía menos. Pero, quién le pone el cascabel al gato? ¿Qué
ha impedido que estos planes inalterables hayan triunfado? Lo mismo
que ha inducido a no expresarlos desfachatadamente: les falta pueblo.
Sobre todo,  pueblo en armas. Desde el 11 de abril hasta la payasada
de Altamira, todas las tentativas de convocar al ejército como
alfombra de un autoritarismo de derecha han desembocado en un incómodo
ridículo, síntoma de que los brujos neoliberales no conocen sus
hierbas. ¿Qué papel le reserva a las FANB una ocupación militar
extranjera? Su posible liquidación: en los tres países bajo mayor
injerencia estadounidense (Puerto Rico, Costa Rica, Panamá) no existe
ejército. Como premio de consolación, servirían de auxiliares en
tareas sucias a fuerzas de ocupación de mercenarios y paramilitares:
se aplicaría la doctrina formulada desde 1992 por el Fondo Monetario
Internacional, de reducir drásticamente la talla de las Fuerzas
Armadas, o la del Documento de Santa Fe II, de rebajarlas a policía
antidroga. Se explica entonces por qué todas las promesas,  los
sobornos y los engaños de la primera potencia armamentista del mundo
no han logrado atraer más que 354 desertores, actualmente robados y
abandonados en Cúcuta por los mismos que los indujeron a romper filas.
Por las malas no se puede: a conversar, señores.

ILUSTRACIÓN: ANDREA BRITTO


CONSULTE TAMBIÉN:

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LA PLANTA INSOLENTE: VENEZUELA CONTRA SEIS IMPERIOS
Cómo Venezuela ganó la Guerra de Cuarta Generación en el siglo XX
DIRECCIÓN: Román Chalbaud GUIÓN: Luis Britto García
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COMO MUCHOS DE MIS LIBROS ESTÁN AGOTADOS, CON LA INVALORABLE COLABORACIÓN DE RAFAEL PIRE CORDERO INAUGURAMOS LA  PÁGINA WEB:http://www.desdelpatio.org/britto
DONDE EL LECTOR ENCONTRARÁ LOS SIGUIENTES TÍTULOS: 
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DEMONIOS DEL MAR: PIRATAS Y CORSARIOS EN VENEZUELA, 1528-1727 /
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LA MÁSCARA DEL PODER: DEL GENDARME NECESARIO AL DEMÓCRATA NECESARIO /
LA LENGUA DE LA DEMAGOGIA: DE LA CONCERTACIÓN POPULISTA A LA EXPLOSIÓN SOCIAL/
EL IMPERIO CONTRACULTURAL: DEL ROCK A LA POSTMODERNIDAD
PARA REPOTENCIAR NUESTRA CONSTITUCIÓN
EL PROYECTO SECRETO DE CONSTITUCIÓN, con comentarios de Luis Britto García
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Dictadura Mediática en Venezuela:
El Imperio Contracultural: del Rock a la Postmodernidad:
https://iaedenzulia.files.wordpress.com/2013/02/el_

La invasión paramilitar: Operación Daktari:
Socialismo del Tercer Milenio:
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La Ciencia: Fundamentos y Método:
ciencia-fundamentos-y-mc3a9todo.pdf"

El pensamiento del Libertador: Economía y Sociedad:
La máscara del Poder:
La lengua de la Demagogia:
La paz con Colombia:

ANDREA BRITTO: DINÁMICAS DEL VACÍO


ANDREA BRITTO: DINÁMICAS DEL VACÍO


DINÁMICAS DEL VACÍO  exhibe dibujos, modelados y otras intuiciones, resultantes de un ejercicio de indagación sensible a partir de imágenes y sentires captados en no lugares o espacios de tránsito donde el transeúnte goza de un relativo anonimato que favorece un despliegue gestual  estimulante para la representación.

LAS EXPRESIONES FACIALES, posturas de hastío y cansancio, miradas perdidas, así como el espacio que mantiene con los demás viajeros, hablan más del pasajero que el comportamiento que asume en los lugares habitables o de encuentro social.

DINÁMICAS DEL VACÍO  nos devuelve  las actitudes del transeúnte que cree no ser visto porque el tumulto y la soledad, el atropello y la espera lo han hecho invisible.



ANDREA BRITTO, Artista plástica, integrante de la Red de Ilustradores Narradores Gráficos de la Biblioteca Ayacucho (2015), segunda residente del programa de residencias artísticas del Museo Alejandro Otero (2018) y Artista Joven del mes de abril en el Museo de Arte Contemporáneo Armando Reverón (2019). Actualmente, concluye la licenciatura en Artes Plásticas mención Pintura en la Universidad Nacional Experimental de las Artes. Forma parte de las nuevas generaciones de artistas reveronianos, ávidos de visibilizar su obra e impregnar de contemporaneidad los espacios expositivos.

A través de esta muestra, PDVSA La Estancia ofrece un espacio de promoción y difusión de las nuevas tendencias de la plástica nacional y apoya las propuestas de artistas emergentes venezolanos, proporcionándoles una plataforma visible.


A PARTIR DEL DOMINGO 23 DE JUNIO
PDVSA La Estancia inaugura la Exposición "Dinámicas del Vacío"
HORA: 11 AM.

SOBRE LA OBRA DE ANDREA BRITTO:

Excelente trabajo, impactante. Me gustaron mucho las imágenes, y sobre todo el procedimiento,  la  libertad y el desenfado  para liberar las formas del peso del soporte, y así aligerar una  impresión que me parece dramática. No sé qué pensar, pero creo que  el título "Morisquetas " le resta seriedad al tema. Hubiera sido mejor "gestos". Que no se quede tan solo en eso. Enhorabuena porque tenemos otro dibujante grande.
JUAN CALZADILLA

Una vislumbre fascinante. El tema de los no lugares me obsesiona.
HÉCTOR DÍAZ POLANCO


CONSULTAR ADEMÁS:


lunes, 24 de junio de 2019

ANDREA BRITTO MUSEO ALEJANDRO OTERO



   La observación y análisis de la cotidianidad urbana y de quienes habitan y transitan sus espacios es el motivo de las indagaciones plásticas de Andrea Britto (Caracas, 1992). El resultado de ese reconocimiento del entorno se resuelve dentro del resguardo del taller, sobre la delicadeza del papel, pero a una escala que tensa la naturaleza intimista del dibujo, pues trabaja en amplios formatos. En ellos el trazo deja entrever el proceso que involucra la realización de la obra: acercarse y alejarse de la superficie tantas veces como sea necesario, estirar las extremidades para abarcarla toda, con amplia soltura gestual pero sin perder el sentido realista que le interesa. Ese desplazamiento corporal potencia las cualidades cinemáticas de la composición de algunas de sus obras, en las que los personajes se mueven a lo largo del horizonte, paso a paso, como en una secuencia de fotogramas arrancados quirúrgicamente de una escena cinematográfica.

   El origen de estas imágenes es una amplia serie de miniaturas, rápidas y precisas, realizadas en pequeños trozos de cartón o papel en sus recorridos dentro de los vagones del Metro y en sitios de socialización como fiestas, importantes ejercicios para afinar el ojo y la mano de la artista que luego selecciona y lleva a gran escala, partiendo de la memoria pero a la vez dejando que la imagen se realice de forma autónoma, de acuerdo a lo que dicte el nuevo soporte. La obra, eficaz y contundente, reproduce de manera libre las anotaciones con las que previamente ha fijado la expresión de esos rostros que le interrogan.

   Por otro lado, el asunto de la luz es fundamental  pues las piezas han sido realizadas bajo un estricto régimen monocromático de tinta negra aplicada sobre papel ocre. Una economía de recursos que incorpora por la vía del collage campos blancos y de color como importante punto de equilibrio. La superposición de trazos y planos resuelve la necesidad de agregar zonas luminosas que destaquen rasgos y expresiones, al tiempo que los instala en un espacio preciso, nunca neutral como parece a primera vista, que advertimos al acercarnos y descubrir mapas y otras referencias geográficas y literarias.

   Para reconstruir una genealogía común entre Britto y otros nombres reconocidos de la historia del arte podemos extender una red  que enlace la obra de escala muralista desarrollada por artistas comprometidos como los mexicanos David Alfaro Siqueiros y Diego Rivera - cuyo discurso revolucionario ha sido reinterpretado en infinidad de oportunidades en diferentes ámbitos políticos y sociales a lo largo del siglo XX, hasta hoy - con los integrantes de la nueva figuración venezolana, Régulo Pérez y Alirio Rodríguez, principalmente, quienes durante las décadas de 1960 y 1970 profundizan en la representación de la figura humana y animal como recurso central de su obra, para enfatizar el contendido psicológico de los personajes y su postura ante situaciones políticas y sociales. Pero con quien se percibe una mayor resonancia es con la escultora venezolana Marisol Escobar (nacida en Francia pero cuya obra más importante se desarrolla en los Estados Unidos a partir de 1960), en virtud de la actitud sobria, la austeridad del color y esa expresividad de apariencia frágil y contenida que comparten los rostros de algunas de las obras de ambas artistas.

   Las piezas que presenta Britto en esta oportunidad, su primera exposición individual, se agrupan en dos series complementarias que ha titulado Rictus y morisqueta. En la primera, despliega en grandes formatos individuos de cuerpo entero, en reposo y absortos en sí mismos o, por el contrario, lanzados en un dinamismo hostil. Son personajes que contraen el rostro para revelar desagrado, inconformidad y cierta incapacidad de intimar con el otro,  gesto asociado por la autora al tránsito en los no-lugares, espacios donde el automatismo y la prisa llevan a la despersonalización del ser humano, atrapado en la rutina y forzada fugacidad de los encuentros: figuras gigantes, como zombies, con marcha pesada y robótica, asexuados, como ella misma explica. A ellos contrapone una serie retratos de mediano formato donde las figuras se muestran serenas y abiertas, con una jocosidad desinhibida en sus rostros. Aquí también ocurre que el rostro humano se mimetiza o traviste en la figura animal, quizás para provocar la risa y, por qué no, la burla hacia nosotros mismos, alienados en nuestras corazas y convicciones. Estos personajes los asocia a los llamados territorios o espacios antropológicos que en contraste  a los No -lugares son espacios de encuentro social que generan identidad, como el caso de las plazas, fiestas y manifestaciones rituales, entre otros. En este caso la gestualidad es más emocional, refleja la euforia y los estados de conciencia alterados.  Para Britto, en estos territorios se articulan mecanismos de contención ante el peligro de uniformidad y mecanización de la vida impuesta por los poderes hegemónicos, pues son reductos donde los sujetos pueden, desde el juego, el baile o la chanza, recobrar su naturaleza sociable y subvertir las instancias del poder, aun cuando sea de manera parcial o temporal.

   Con su obra, Britto desmiente muchos de los parámetros que asocian el dibujo a un apunte previo a la realización de una obra mayor. Si bien el soporte es papel y el trazo es intensamente gráfico, colocar de manera directa el pigmento líquido sobre la superficie genera un efecto afinado, casi pictórico. Además contradice y desmonta los lugares comunes, rancios pero no completamente superados, que asocian la producción de mujeres artistas a cierto matiz sensiblero, de acabados lavados y gráciles.

 Andrea Britto es una joven creadora visual que emplea la ilustración, el muralismo y el dibujo como medios de expresión. Entre los meses de mayo y julio participó en el programa Residencia artística MAO, organizado por el Museo Alejandro Otero de Caracas. Parte del resultado de esta experiencia se muestra al público en Sala Seis, espacio dedicado a exhibir propuestas experimentales de artistas noveles y consagrados, concebido como homenaje al legado de Alejandro Otero quien hoy, a veintiocho años de su fallecimiento, aún inspira y es ejemplo de audacia, compromiso y ética de trabajo para las nuevas generaciones.