José Gregorio Linares
Todos los venezolanos debemos ver La Planta Insolente,
película dirigida por Román Chalbaud con libreto de Luis Britto García. Gira en
torno a la figura del presidente antimperialista Cipriano Castro, quien gobernó
el país entre 1899 y 1908. Trata hechos históricos fundamentales para
comprender la Venezuela contemporánea: el proyecto integracionista liderado por
Venezuela en 1900; la invasión de Colombia contra Venezuela en 1901, mediante
la cual aquella nación sirvió a la estrategia estadounidense de desestabilizar
nuestro gobierno; la llamada “Revolución Libertadora” que aglutinó a la
oposición que desató una guerra civil entre 1901 y 1903, y dejó un saldo de
miles de muertos y cuantiosos daños; el bloqueo extranjero de diciembre 1902 a
febrero de 1903 , cuando varias potencias aplicaron la diplomacia de las
cañoneras causando devastación y muerte; la resistencia patriótica de nuestro
pueblo; y finalmente, el apoyo foráneo a la traición de Gómez contra Castro.
No voy a contarles la película, cargada de detalles e imágenes
fascinantes. Me limitaré a exponer el telón de fondo sobre el que se
desarrollan los hechos. Para esa época EEUU aplicó en su “patio trasero”
la política del “gran Garrote” del gobierno de Teodoro Roosevelt
(1901-1909). Esto significó la justificación de la fuerza bruta en el trato con
las naciones débiles. De este modo logró: (1) La imposición de la enmienda
Platt en Cuba en 1901, mediante la cual la obligaron a aceptar la intervención
de Estados Unidos cuando lo consideraran pertinente, y la posterior cesión de
Guantánamo como base naval (2) La amputación de Panamá a Colombia en 1903, y la
presencia militar norteamericana en la Zona del Canal (3) La presión sobre
Haití desde 1904 para que cancelase su deuda con las potencias acreedoras; (3)
La invasión gringa a República Dominicana y la incautación de sus aduanas en
1905, etc.
Castro adversó esta política imperialista. Internamente estableció
nuevos tributos a las compañías trasnacionales que operaban en Venezuela y
sancionó a las que se inmiscuían en nuestra política. Entonces se desató una campaña
de descrédito en su contra. Los periódicos extranjeros afirmaban que era “un
hombre de pequeña inteligencia, mucha ostentación y un deseo muy acendrado de
pelear con todo el mundo, particularmente con Estados Unidos”. Los conflictos
llevaron a la ruptura de relaciones con EEUU, que preparaban una invasión.
"Sería bueno – escribió Roosevelt - enviar a Venezuela varios barcos,
sobre la marcha, y hacer los preparativos para despachar un transporte con
marinos. Pienso también que el Comando Unificado debe preparar un plan de
acción”. La enfermedad de Castro y el golpe de Estado en su contra evitaron a
EEUU “despachar un transporte con marinos”.
Si se acercan a las salas de cine observarán que se ha establecido un
cerco publicitario contra la película. Las trasnacionales temen que el espíritu
redentor de Castro tome las calles, y su coraje nos inspire. Propongo, por
tanto, que la película sea difundida en todo el territorio nacional en cada
espacio donde se debata sobre la Asamblea Constituyente, para que nunca más la
planta Insolente del extranjero profane el sagrado suelo de la patria.
No hay comentarios:
Publicar un comentario