CANTV LLEGÓ DE ÚLTIMA EN UNA CARRERA DE MORROCOYES
Desde 2002 escribo esta modesta columna, sin que calamidad, enfermedad ni cataclismo hayan impedido su publicación.
Algo peor que una combinación de catástrofes evitó que apareciera la semana pasada: los matavotos de Cantv.
Matavoto avisa: en cinco semanas me informaron a última hora desde Últimas Noticias que no recibieron la columna enviada días antes por el ABA de Cantv.
Matavoto no perdona: remito simultáneamente cada artículo a cinco e-mails distintos en la redacción, y Cantv logró no hacérselo llegar a ninguno: vale decir, cero hit cero carrera en 25 turnos al bate.
Antes de seguir, recordemos que INTERNET ES UN INSTRUMENTO DE TRABAJO. Sin red no se cobra cheque ni se tramita licencia ni se declara impuesto ni se comunica con el Estado ni se extrae petróleo ni se educa ni se recibe noticia ni se transmiten resultados electorales.
Una Internet cero hit cero carrera en veinticinco turnos es un país ponchado. Con menos que eso hubieran triunfado el cierre patronal y el sabotaje petrolero del 2002.
Todo país con reservas de hidrocarburos está en el umbral de una guerra asimétrica que comienza con el ataque contra sus sistemas informáticos.
En Venezuela parece que lo perpetrara Cantv con un ABA moribunda que el 80% del tiempo no da señales de vida, y cuando las da, son dudosas.
No me pasa sólo a mí: ocurre lo mismo con embajadas, empresas, ministerios. El cibercafé de mi urbanización luce un letrero que reza: “No respondemos por interrupciones del ABA causadas por Cantv”.
La disculpa de Cantv por la agonía de su servicio es culpabilizar al usuario. Cada vez que se interrumpe, lo manda a revisar el cable de conexión, como si dentro del modem nuevo que acabamos de instalar hubiera un enanito que enchufa y desenchufa cada cinco minutos el acceso a la red.
Cuando finalmente conectamos un minuto el servicio que pagamos por veinticuatro horas, nuevas perplejidades nos asaltan.
¿Por qué Cantv eliminó decenas de miles de cuentas activas con esa operación que los hackers llaman baneo, que interrumpe el servicio con la fraudulenta acusación de que el usuario ha olvidado su clave?
¿Por qué obligó a los que no desertaron hacia otros servicios a cambiar de clave, con el resultado de que los servidores no abrían con la vieja clave ni con la nueva?
¿Por qué la página de su flamante correo dedica más de un tercio del espacio a encandilantes letreros sin sentido, y apenas muestra tres mensajes en la bandeja de entrada y dos líneas de cada mensaje?
¿Por qué cada vez que elegimos uno, sale un letrero que dice “El mensaje que usted ha seleccionado no existe”, como si estuviéramos en una sesión de espiritismo?
¿Por qué no incluye Filtro de Mensajes, lo que equivale a tener una puerta sin cerradura?
¿Por qué cuando enviamos un mensaje a varias direcciones no lo entrega a ninguna alegando que “contiene destinatarios no conformes”, que es como si pusiéramos cien sobres en el correo y el cartero los botara todos porque una dirección le pareció incorrecta?
Y aunque se trata de otra empresa ¿Por qué Movilnet cobra abusivamente a sus usuarios el mes de prepago que no han usado?
Insisto en usar Cantv en lugar de otros sistemas que sí funcionan, porque en caso de contingencia internacional a los pocos segundos nos dejarían incomunicados.
Cantv no es sólo un pésimo servicio: es el organismo competente que resulta incompetente para la prestación de un servicio público del cual dependen la seguridad y defensa de la Nación.
Una burocracia de pesadilla impone a 27 millones de venezolanos que no tienen Internet comunicarse con el Estado sólo mediante planillas a ser bajadas de páginas web que nunca abren para luego ser presentadas personalmente. Cuando Cantv deje también incomunicados a los internautas, toda comunicación entre Estado y ciudadanía habrá quedado tronchada.
Pero más fácil que corregirla es perder elecciones.
domingo, 23 de octubre de 2011
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