lunes, 15 de mayo de 2017

10 RAZONES TEATRALES PARA NO PERDERSE LA PLANTA INSOLENTE



 costa palamides <costapalamides@yahoo.com>
15 de mayo de 2017, 1:32

1. La actuación protagónica de nuestro gran histrión de teatro, el peruano Roberto Moll, es memorable. Toda una tragedia isabelina de traiciones, ambiciones y visiones cobra en este actor, una experiencia trascendente, más si viene hecha por alguien que hizo con Carlos Giménez "Bolívar", "La muerte de García Lorca", "El Señor Presidente", "La Charité de Vallejo" y otras maravillas. El genio de Roberto Moll es indiscutible y lo recordaremos por siempre tal como recordamos a Cosme Cortázar por "Jericó" y a "Rafael Briceño" por "Gómez". Los aportes del teatro al cine y la televisión son incontables aquí y en el mundo entero.  

2. La dirección de Arte, los efectos especiales y el realismo mágico que se imprime en la película es contundente y preciso. La mirada esperpéntica que marca Román Chalbaud en gran parte de la película, no sólo es un homenaje a Valle-Inclán, nuestro gran desconocido teatral, sino que cada locación posee una mirada escenográfica. El paisaje se funde con los decorados interiores y en muchos casos las miniaturas se llenan de grandilocuencia. Una proeza.

3. El guión de Luis Britto García no escatima ironías, parodias y semejanzas con nuestra realidad más cercana. Los chispazos a la injerencia de las grandes potencias se hacen a "rajatabla" y la locuacidad de los personajes, hasta los más efímeros, son un toque de "abrapalabra". No se puede esperar más. Cada mirada de Moll está llena de literatura y cada guiño de los personajes secundarios son pura poesía. Qué  decir de José Gregorio Hernández, una mirada totalmente nueva, entre el milagro y el compromiso. 

4. Muchas de nuestro teatro secundan al líder Roberto Moll, inolvidable Rajatablino. Ellas son Aura Rivas, Antonieta Colón y Juliana Cuervos,  entre varias. Y entre ellos, una gran mayoría, destaca el Rajatablino Pedro Pineda, el Tetiano Ludwig Pineda,  el Duendiano Vito Lonardo y el polifacético Antonio Cuevas. Mención aparte Laureano Olivares, que no por más cinematográfico es más consecuente. 

5. Ver  la ciudad Patrimonio de la Humanidad de Coro, nuestos cielos llaneros, la Calle de los Lanceros de Puerto Cabello, la Casa Amarilla y en especial nuestro mar Caribe, es una magia que agradecen los ojos.... y el alma. Román Chalbaud ha vuelto nuestro paisaje urbano y naturalista en un clásico. La tradición a cada paso y lo sagrado corporizado en lo obsceno. El "enfant-terrible" de nuestro cine, el "pandemonium" de nuestro teatro y la...."oveja negra" de nuestra televisión...Una trilogía que siempre agradeceremos. 

6. A 50 años del estreno de la obra "El Pez que Fuma" pensar que teatro e historia se funden en Román Chalbaud no es nada nuevo. Pero qué vitalidad de pensamiento, qué movimientos de cámara, que montaje certero y qué luz.

7. Uno de nuestros grandes compositores de teatro y ópera, Federico Ruiz, se destaca otra vez con una música orquestada para brillar en decorados naturales y humanos y sobre todo para mezclarse con propiedad con algunos de los grandes hitos de nuestra música popular como valses, guasas y el comienzo de nuestra música cañonera: nunca más explícita con tanto "fuego al cañon".

8. Los aspavientos binacionales entre Colombia y Venezuela parecen sacados de nuestros grandes diarios amarillistas del momento. Los comportamientos de presidentes, ministros, banqueros, periodistas y politiqueros, son un fiel reflejo de los manotazos asambleistas. El recorrido por el Salón Elíptico es....Apocalíptico.

9. El rescate de uno de nuestros grandes manifiestos políticos hecho por un esmerado Cipriano Castro para arremeter contra "la planta insolente" tiene momentos tan excelsos como "la carta a Jamaica" o "el delirio sobre el Chimborazo", en todo caso la similitud entre Bolívar y Castro, nunca fue tan reveladora.

10. Segunda película sobre "El Cabito" . Sólo Bolívar y Reverón han tenido tanta imaginería cinematografica en  nuestro país. Insoslayable. Una bioépica tragicómica, profética, paródica y agónica que sólo se puede explicar con puro Teatro. Enhorabuena.

Costa Palamides  

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