Luis Britto García
La imagen es el lenguaje universal. En las cuevas de
Altamira, Lascaux y Chauvet nuestros antepasados no inscribieron letras, sino
figuras de animales trazadas con vívido realismo. En cambio, las imágenes de
los hombres y sus pertrechos de cacería son estilizadas con escuetas rayas,
próximas al ideograma. Lo mismo ocurre en nuestros petroglifos.
La escritura y la caricatura nacen casi
simultáneamente. Acaso los jeroglíficos asiáticos fueron en principio imágenes,
que la estilización progresiva transfiguró en ideogramas, conceptos, trazos.
En el Libro del Éxodo, el texto original del Segundo
Mandamiento prohíbe hacer esculturas e imágenes de cuanto habita los cielos,
las aguas o la tierra (Ex.20.1-17). Pero quizá los constructores de la Torre de
Babel debieron recurrir al dibujo para
entenderse de nuevo cuando la soberbia multiplicó e hizo mutuamente
ininteligibles sus lenguajes. En el Islam, los números de los versículos del
Corán son expresados como las figuras geométricas del arabesco que,
multiplicadas, sugieren la estremecedora extensión del infinito. Donde las
gramáticas siembran fronteras entre lenguajes, nos reencontramos en las imágenes.
Se pudiera sostener que la caricatura es una escritura
de la imagen, que expresa y acentúa gráficamente lo que ésta pareciera estar a
punto de decir. Así la caricatura sin palabras deviene idioma universal, capaz
de transmitir sin necesidad de traducción las ideas más complejas a todos los
habitantes del planeta, y hacer vislumbrar por un instante la universal
hermandad de lo viviente.
Así como la caricatura expresa el universo de las
ideas, contagia el de las emociones. Nacida en la cuna de la alegría, toma
partido en la batalla entre el horror y la humanidad. Es testimonio de ello la
bellísima exposición en la Galería Nacional Trazos de Resistencia, donde artistas de diversas nacionalidades
expresan la repulsión unánime del mundo ante el genocidio asumido como práctica
cotidiana e impune.
Quienes desconfían de la unión de la imagen con la
política deben recordar la Guernica
de Picasso, cáustica denuncia contra el fascismo que, por
ser desatendida, costó a la humanidad tantas víctimas y a la Historia tantas
vergüenzas.
El lamento mueve multitudes.
Por la dinámica del amor o de la violencia, ciertas
imágenes se han convertido en símbolos, y éstos en emblemas de lo deseable o de
lo detestable. La gramática de la caricatura las combina y opone hasta crear
poemas visuales que cabalgan sobre el mensaje de la emoción, que cuando es
noble vale tanto como el de la razón.
Así vemos aletear en estos dibujos como una flor la
paloma de la paz, promesa de que no habrá un nuevo diluvio cuando cese el
aguacero del odio.
Contra ella se tiende la trampa de la alambrada, el
abismo de la fosa, el muerto bosque de la reja, el cementerio de la institución
imperial.
La imagen del niño, promesa y símbolo del porvenir, es
consecutivamente perseguida, bombardeada, sacrificada. No se trata de una
guerra, sino de un genocidio, advierte el rostro de una mujer, a la vez madre e
hija, proyectada sobre la silueta infame de un proyectil.
Estas imágenes nos reiteran bellamente lo que conocemos:
Gaza es el dolor del mundo.
Gaza es el sufrimiento cercado por tierra, bloqueado
por mar, sitiado por el aire.
Gaza es la agonía del pueblo cuya tierra es arrebatada
por una conjura de imperios y usureros.
Gaza es la mezquindad del racismo, la furia de la
discriminación, la soberbia del violento.
Gaza es el niño asesinado antes de la edad de
comprender y el adulto muerto por haber comprendido.
Gaza es la indefensa humanidad atropellada por el
militarismo con uñas nucleares.
Gaza es la libra de carne negociada en el tablero
inmundo de la geopolítica y del saqueo de la energía fósil.
Gaza es la niña muerta y la anciana calcinada porque
un político estimó que los cadáveres son argumento electoral.
Gaza es el bofetón cotidiano que nos dan manos tintas
en sangre inocente.
Gaza es nuestro futuro, el espejo donde debemos
mirarnos todos los pueblos que suscitamos la codicia de los imperios.
Gaza es el género humano en resistencia, y Gaza deben llamarse todos
los nuevos poblados, los nuevos barrios, las nuevas escuelas, las niñas recién
nacidas que confirman el triunfo de la vida.
Gaza es
No se pierda esta prodigiosa exposición, presentada
por el Ministerio del Poder Popular para la Cultura y la Embajada de Irán, y abierta
en la Galería de Arte Nacional hasta el martes 1 de abril de los corrientes.
Participan: IRAN: Saber Sheikh invitado de honor, presente, y Hossein Niroumand. ARGENTINA: Cristóbal Rainoso. BRASIL: Marcio Leite, Casso. COLOMBIA: Omar Turcios. CUBA: Dalton Giro. Alfredo Martirena Hernández. Ares. MÉXICO: Darío Castillejos. PERÚ: Karry. REPÚBLICA DOMINICANA: Jarul Ortega. Lex Franco. VENEZUELA: Iván Lira, Curador e invitado especial por Irán. Cáspitas, Edgar Vargas, El Tano, Eliécer Canelón, Etten Carvallo, José Arnaldo Ayala, Rukleman Soto, Vicman. Colectivo Utopic*: PrideX, Aldo Cruces, Flavia Machado, D-Giro. Othman Ghalmi, Valentina Aguirre, Daniel Duque, Labtina, Pablito. PLA LIGA: América Rodríguez, Olfer Azzez, César Moquera, Kael Abello, Shenby.