sábado, 6 de septiembre de 2014

EMPRESAS DE MALETÍN E IMPORTACIONES FANTASMAS

 

Pesado golpe asestó a Venezuela el fraude de las empresas de maletín que para realizar importaciones ficticias solicitaron, obtuvieron y desaparecieron unos 20.000 millones de dólares a tasa preferencial, según Edmée Betancourt, o  60.000 millones de divisas en varios años, según el presidente Maduro. 

¿Quiénes obtuvieron  tan colosales sumas, y para qué? 

Luis Enrique Gavazut, en rueda de prensa de 28 de agosto de 2014 sobre "Las listas de 'empresas de maletín' publicadas por el MP y CENCOEX",  señala que en la mayoría de los casos las firmas ni eran de maletín ni estaban vinculadas al gobierno bolivariano, y ofrece datos elocuentes. (http://www.aporrea.org/media/2014/03/lacosecha.loe..pdf).
Las 15 empresas que recibieron más dólares a tasa preferencial entre 2004 y 2012 fueron, en orden de magnitud: Una importadora de automóviles, General Motors Venezolana C.A. con 5.910.439.377 dólares; una  metalúrgica del Estado, SIDOR C.A, con 4.731.508.369; una empresa importadora de telefonía celular, TELCEL C.A. con 3.784.071.474: otra importadora de vehículos, TOYOTA DE VENEZUELA C.A. con 2.958.628.451; una transnacional de alimentos, Cargill de Venezuela S.R.L. con 2.012.237.681; otra importadora de automóviles, Chrysler de Venezuela U.C. con 1.973.764.842; una procesadora de cereales del grupo Polar, Provencesa, con 1.898.326.767; una transnacional aérea estadounidense, American Airlines, con 1.862.644.921, otra importadora de celulares, Digitel,  con 1.848.880.390.
Entre 2004 y 2012, de las cien firmas más favorecidas con divisas preferenciales, el 45% estaba constituido por empresas de comunicaciones, servicios y transporte, que recibieron $ 5.514 millones (68,13% del total) mientras que las empresas de agricultura e industria venezolanas recibieron sólo $ 25.925 millones (31,78% del total).
De las 15 empresas más favorecidas con divisas preferenciales,  diez son transnacionales, o enclaves de transnacionales. Entre las cien más privilegiadas, 79,22% son firmas con capital accionario extranjero, y sólo 15, 64% son de capital nacional. ¿Deben las limitadas divisas obtenidas con la venta de un bien público como los hidrocarburos, auxiliar las importaciones del gran capital internacional? Subsidiar transnacionales y accionistas extranjeros no son nuestras primeras necesidades.
La Polar y sus empresas afiliadas, tales como Provencesa, Cervecería Polar C.A. , Pepsi Cola de Venezuela y Alimentos Polar C.A. recibieron en conjunto $ 3.022.465.869, convirtiéndose así en el cuarto grupo empresarial en recibir más divisas en 9 años. ¿Es imperativo favorecer  con tal subsidio a firmas vendedoras de licor y agua azucarada, que con su participación en el cierre patronal de 2002 cortaron el suministro de alimentos para forzar al pueblo a sublevarse por hambre?
No discutimos aquí el otorgamiento alegre de cupos de remesas para supuestos parientes en el exterior ni la francachela de dólares asignados a raspacupos que nunca viajaron, ni el diluvio de divisas que se fueron para pagar importaciones inexistentes de empresas fantasmas.
De esta lista de asignaciones a empresas reales se desprende un orden de prioridades. Un dólar concedido a tasa privilegiada, muy inferior con respecto a la del mercado, debe ser apropiado para necesidades prioritarias y fundamentales.  Pero entre estas quince empresas favorecidas con las mayores   cantidades de dólares preferenciales figuran cinco importadoras de automotores, esencialmente de vehículos individuales ¿Se puede aceptar que, en un país ya congestionado de vehículos, la primera prioridad sea subsidiar un bien reservado para consumo personal de la clase media y alta? En el hit parade de las empresas más favorecidas figuran también cinco de telecomunicaciones, y sobre todo de telefonía celular ¿Es indispensable para el desarrollo de una economía socialista una importación masiva de celulares, a pesar  de que en Venezuela hay ya más celulares que habitantes?  
Llama la atención que una empresa pública, Siderúrgica del Orinoco, reciba 4.731.508.369 dólares, cuando más bien debería estar produciéndolos.
Llama todavía más la atención que las firmas favorecidas con divisas preferenciales para importar productos, los revendan luego en el mercado con sobreprecios atroces, mayores que los que cabría esperar si hubieran sido adquiridos con dólares de mercado negro.
Las divisas obtenidas de la explotación de hidrocarburos son el instrumento fundamental de las autoridades venezolanas para cumplir sus políticas sociales y de desarrollo. Éstas difícilmente se cumplirán si se desvían hacia transnacionales importadoras de bienes suntuarios.
Es imprescindible  revisar en forma integral estas políticas. Hace tiempo avanzamos propuestas que coinciden con las ahora formuladas por Luis Enrique Gavazuts: auditoría pública integral de los otorgamientos de divisas, y asunción por el Estado de la importación de bienes esenciales para la subsistencia y el desarrollo del país.

Transnacionales y empresas extranjeras, celulares y automóviles de paseo no son nuestras primeras necesidades. Si estos errores no se corrigen, el pueblo corregirá a quienes los cometen. Moral y luces son nuestras primeras necesidades. 

(TEXTO/FOTOS:LUIS BRITTO)

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viernes, 5 de septiembre de 2014

LA ORGÍA IMAGINARIA/LOS EXÁMENES



Su ciencia puede ser igualada, pero su fingida ignorancia, no.
Confucio: Tercer Libro Clásico.

Hijo de campesino, Wu Mei descolló en la pequeña escuela campesina de ventanas octogonales donde llegaron los enviados del Emperador a hacer los exámenes para reclutar funcionarios. Su caligrafía fue tan excelente, su conocimiento de los clásicos tan firme, su interpretación de ellos tan atrevida y a la vez tan ortodoxa, su vuelo poético tan delicado, que los examinadores al principio sospecharon del maestro, y sólo la zafia ignorancia de este último pudo convencerlos de que Wu Mei había triunfado sin ayuda indebida. El venerable examinador, juzgando que el caso podía ser calificado como de firme y clara lámpara, recomendó un traslado a la ciudad, para determinar los alcances y el peso de tan señalado mérito. Allí, un cónclave de ancianos escudriñó implacablemente los méritos de Wu Mei, que se extendían, no sólo al conocimiento y manejo de los cásicos, sino además al intrincado curso de las ceremonias del arco, el tiro, la danza de la espada, la pintura y el tañido de las delicadas arpas, en un grado tal que la junta debió declararlo firme y transparente astro. El más erudito de los examinadores advirtió, sin embargo, que algunos toques de excelencia en las pruebas, o más bien la pareja y aterradora perfección demostrada en el conjunto de ellas, ameritaba dejar de lado los prescritos años de espera antes de someter a Wu Mei al tercer escrutinio de talento, aquél que se tiene sólo entre los maestros supremos en cada arte, donde el rencor de los jueces debe batallar con su admiración. El corto lapso de preparación no impidió a Wu Mei presentar excelsas demostraciones en improvisación poética, teatral y musical, en disputa astronómica, interpretación de horóscopo y augurios, danza cortesana, etiqueta, artes marciales y administrativas, y en la compleja ciencia del equilibrio entre tan descollantes talentos. En ceremonia solemne y secreta —pues los mecanismos del secreto se espesaban a medida que progresaba la mecánica de los exámenes— los maestros vencidos lo declararon bondadosa y dadivosa luna. El cuarto creciente destellaba sobre los jardines de palacio, y, mirándolo, Wu Mei intuyó que también acortarían los plazos para la cuarta y más rigurosa serie de los exámenes del insuperable mérito. Se lo transportó en una silla de mano tapada, hasta un palacio amurallado, donde, vendado, llegó a un pabellón sin otra luz solar que la que lucía por escondidas rendijas. Se lo vigilaba, quizás. Una o dos veces cruzaron con él palabras que no parecían tener sentido sabios disfrazados de criados, o criados disfrazados de sabios. Acaso se lo juzgaba por los abanicos que elegía, o por el orden en que plegaba las túnicas. Toda una tarde estuvo frente a él un ermitaño, contemplándolo sin decir palabra. El ermitaño dejó caer de su mano una piedrecilla; Wu Mei evitó contemplarla, pero sin hacerse violencia, y logró por el contrario que el ermitaño contemplara una hoja seca que horas antes el azar había hecho caer en la recámara. Pasó un tiempo quizá infinito. Un canto lejano comenzó a surgir de los pabellones más remotos del palacio. Wu Mei escuchó que criados sutilmente silenciosos quitaban de las ventanas del pabellón las pantallas que habían impedido el paso de la luz. Wu Mei comprendió que había vencido el cuarto orden de las pruebas, y que sería declarado sol incomparable y cimero apenas la claridad enceguecedora eclipsara la constelación de la carpa, que rayaba el horizonte de la noche invernal, mientras los criados extinguían una a una las lámparas de papel del palacio. Entonces, adivinó que había fallado. El artífice de todo sistema de exámenes debía necesariamente disponerlo, no sólo para desechar la falta de mérito, sino también para excluir el peligroso exceso de éste. Wu Mei inclinó la cabeza, mucho antes de que el primer rayo de luz hiciera visible la metálica formación de soldados que hacía un círculo alrededor del pabellón, y del verdugo.
(TEXTO: LUIS BRITTO/FOTOS: ANTONIETA SOSA)

lunes, 1 de septiembre de 2014

SERES COMO JULIO SIEMPRE HACEN FALTA



ENTREVISTA CON RUBÉN WISOTZKY
LARTILLERÍA, CORREO DEL ORINOCO, 30-8-2014

Luis Britto García rememora su amistad con Cortázar

Al autor de Rajatabla y Abrapalabra, unido en  palabra e idea al Cronopio mayor, comparte sus  ejercicios memorialísticos   y ofrece un perfil entrañable, cercano, sensible, de uno de los más brillantes escritores en lengua castellana. No duda el venezolano que su amigo “hubiera apoyado el  proceso actual diciendo la  palabra justa, escribiendo
el libro necesario...” 
Si alguien abrigaba alguna duda, ¿o más bien desnudaba habría que decir?, acerca del profundo sentido de la amistad, la solidaridad, la justicia y el bien común, que poseía en su devenir como ciudadano de este undo; si alguien creía que su sentido humanístico era una pose, una impostura, propia de  esas personas más interesadas  en la cosmética que en una buena
ética (que las hay, vaya que si las hay); en definitiva, si alguien  creía que Julio Cortázar no era  Julio Cortázar, no se acercó lo  suficiente a su palabra.

Por ejemplo, en 1974, para la parisina publicación Change, escribe en el prólogo de Introducción a una antología de prosa  latinoamericana. En él afirma:

“El lector francés ya no requiere que una selección de textos incluya necesariamente, además de a Borges, a escritores como Asturias, Lezama Lima, Vargas Llosa, García Márquez o Carpentier: ese lector ya los  conoce y sin duda preferirá que  Change le ofrezca textos menos accesibles o incluso completamente desconocidos”.

Más adelante aclara que “el criterio que ha presidido nuestra selección es el deseo de presentar algunos de los innumerables escritores que, paralelamente a los más conocidos, trabajan en la tarea común de hacer que la literatura latinoamericana sea un instrumento cada vez más vivo e influyente en la historia de nuestros pueblos, y no sólo su mera crónica nostálgica o su exégesis intelectual”.

Y ya concluyendo el escrito, remata (que en su caso es como revivir): “Atentos y abiertos al mundo, estos escritores han querido que su residencia intelectual sea América Latina, aunque muchos viven física mente muy lejos de ella. Por este motivo la prosa del chileno Skármeta, la uruguaya Peri Rossi, el argentino Saer o el venezolano García Britto, más allá de las diferencias que afortunadamente son muy grandes puesto que nuestro continente es ancho y diverso, se ordenan armoniosamente cuando se pone uno al lado del otro”.

“Éramos amigos unidos por una similitud de miradas y separados por una enorme distancia generacional y geográfica”

¿Cómo, entonces, pasar por alto este aniversario del autor de Rayuela si hay, bajo estas palmeras, muchas más razones que más allá que muchos mares? ¿Cómo, entonces, se podría negar su horizonte si es el mismo que dibujamos, recto, hermoso y alcanzable para todos los habitantes de esta Tierra de Gracia? ¿Cómo, entonces, no convocar a Luis Britto García, uno de nuestros intelectuales cronopio más destacado y preguntarle acerca de
sus impresiones, sus recuerdos y sus interpretaciones en torno a quien escribió tanto acerca del sueño de todos?

LEVE CRONOPIO
-Seamos, para empezar, sencillos: En su opinión, ¿por qué celebrar a Julio Cortázar?
-Primero, por su escritura espléndida, una de las primeras en bajar del altar de la solemnidad a la literatura latinoamericana. Luego, por la difícil sencillez de esa escritura, que parecía dialogar con el lector en una conversación entre amigos. También, por su lealtad hacia América Latina, región de la cual se fue a los diecinueve años, sin dejarla nunca ni en sus temáticas ni en su solidaridad a lo largo de una existencia vivida fundamentalmente en el Viejo Mundo. Cortázar siempre miró hacia Latinoamérica, mientras tantos intelectuales Latinoamericanos sólo miraban hacia Europa.
-Eran amigos, son amigos, la amistad no la mide la existencia. ¿Cómo se conocieron? ¿Cómo es esa amistad entre ustedes dos?
-Pues sí, éramos amigos unidos por una similitud de miradas y separados por una enorme distancia generacional y geográfica. Lo conocí en el tumulto de la preparación de un Congreso que intentaba celebrar la izquierda opositora en Mérida. Apenas teníamos un precario avioncito hasta allá y desde luego le cedí mi puesto. En alguna forma le llegó a París mi libro Rajatabla, y le escribió una elogiosa carta sobre él a Edmundo Aray.
-En su condición de autor celebrado por la crítica y los lectores, ¿hay algo qué le debe a Julio Cortázar? ¿Hay algún elemento, un recurso, una técnica, una temática, alguna inspiración que le deba a Julio Cortázar? ¿Hay algo cortazariano en su obra?
-Pues sí. Desde mi primera adolescencia yo hacía humor en periódicos liceístas y universitarios, pero había un consenso de los aburridos en que el humor no era literatura, en que la verdadera literatura debía ser  funeraria, solemne, soporífera. Compré Historias de cronopios y de famas sin conocer en absoluto al autor, meramente fascinado por el atrevimiento del título, y desde entonces me convertí en adicto a Cortázar, y me reafirmé en la idea de que el creador debe hacer lo que le gusta, lo que le divierte. Alguna vez le comenté que había querido incluir en mi obra a un utopista venezolano, pero que me había contenido porque Julio había incorporado a Cefirino Piriz en La vuelta al día en ochenta mundos. Me animó a que lo hiciera, y así tuve licencia para incluir un relato sobre Ramiro Nava en La orgía imaginaria. Podría haber de cortazariano en mis garabatos el juego, la experimentación, la sonrisa, la fascinación por lo fantástico. Pero éstas herencias vienen también de Macedonio Fernández, de Vicente Huidobro.

-¿Qué es lo que más le gusta del quehacer creador de Julio Cortázar?
-La levedad. Cortázar acometió el cuento, la novela, el ensayo, el teatro y en ocasiones la poesía. Nunca es farrogoso, ni pretencioso, ni moralista.

COMPROMETIDO
CON EL COMPROMISO

-Julio Cortázar fue un escritor comprometido, usted es un escritor comprometido. ¿Entre el compromiso de antes y el compromiso de ahora cuáles son las diferencias y coincidencias, si es que hay de ambas y en ambas?
-El compromiso antes, ahora y después, es siempre con la conciencia. De allí deriva la solidaridad con unas ideas, con un pueblo, con una clase social, con un partido. El compromiso es además explícito y abierto. Nada más patético que quienes dicen abominar del compromiso, y son beatos del neoliberalismo, de la banca, de los marines. En mi primera adolescencia fui nihilista, a los 18 años me volví marxista y lo soy  antes, ahora y después, sin diferencias. 

-A Julio Cortázar le achacaban algunos críticos que su palabra había perdido esplendor o fuerza toda vez que se identificó y asumió de manera más protagónica (caso Nicaragua) el rol de intelectual comprometido. ¿Cómo lo aprecia usted? ¿Puede establecerse algún parangón con usted?
-Vaya, qué esplendorómetro tan bien calibrado el que les permite medir que un texto tiene fuerza según que se lo haya publicado antes o después del compromiso con Nicaragua. Apuesto a que les muestras varios textos sin descubrirles las fechas, y no saben distinguir uno del otro ¿Pero acaso no era comprometido “Casa tomada”, uno de sus primeros relatos, y que se refiere simbólicamente a una Argentina que obliga a sus habitantes a marcharse? ¿Los “famas”, retratados décadas antes  de que insurgiera el sandinismo,  no son una alegoría de los burgueses, atentos sólo al dinero, al provecho, a la rapacidad y al propio interés? Yo lo que observo es que la mayoría de los conversos no han vuelto a escribir nada que valga la pena desde que dejaron la izquierda.

-Es de suponer que se vieron, en calidad de amigos, muchas veces. ¿Puede contarle a los lectores alguna anécdota, un hecho, que recuerde usted y que los involucre a ambos?
-Un ser legendario no podía menos que dar ocasión a leyendas. Dijeron que sufría una enfermedad que le impedía envejecer. Lo cierto es que por alguna peculiaridad siguió creciendo toda su vida, en alma y cuerpo. Andaba con pantalones brincapozos, porque los que compraba al poco tiempo le quedaban cortos.  Cuando estuvo en Caracas, Duccio D´Ambrosio nos grabó una larga conversación, en la cual de mutuo acuerdo evitamos hablar sobre literatura, y en cambio nos divertimos mucho conversando sobre cómic, cine fotonovela, boxeo y música latinoamericana. Cuando al fin pasé una temporada en París hacia 1980, Julio estaba tan grave que no pude verlo. En el texto de la que hubiera sido su última conferencia, que dejó por escrito, me confiere el honor de citarme in extenso. Hace un año tomé Un tal Julius para releerlo, y cayó al suelo un papelito donde me había escrito de puño y letra su dirección en París: 1, Place du general Beuret.
CRÍTICA Y AUTOCRÍTICA
-Julio Cortázar estuvo de visita en Venezuela para participar en un encuentro de intelectuales. ¿Cómo fue dicha visita?
-Justamente, fue en esa visita cuando le cedí mi puesto en un avión que iba para Mérida. Creo que hizo mejor papel en ese encuentro que el que jamás hubiera hecho un servidor. Yo había escrito una ponencia sobre “Los siete exilios del escritor latinoamericano”, y Cortázar era un exiliado de oficio, pero también un exiliado espiritual, un habitante de utopía desterrado en este Valle de Grimas.

-A veces pareciera que en el continente nos faltan hoy varios Julio Cortázar apuntalando en palabras, en ficción y reflexión, este maravilloso proceso que propone un cambio paradigmático de culturas y políticas. ¿Es así? ¿O es un tremendismo de nuestra parte? ¿Qué piensa usted?
-Seres como Julio siempre hacen falta. En épocas tremendas, para señalar como brújulas hacia las causas buenas, para construir imaginativamente futuros que no sean más de lo mismo. En las épocas felices, para encontrar la desazón del instante, la tristeza en la fiesta, las grietas de la eternidad. Pero tenemos muchos seres de ese corazón y ese calibre, en América Latina y en Venezuela. Basta saber escuchar y leer para descubrirlos.

-¿Existe una literatura revolucionaria? ¿Acaso no es toda literatura, per se, revolucionaria?
-Me gusta repetir que el talento es independiente de la ideología. Pero es verdad, incluso la literatura conservadora escrita con talento es revolucionaria. Balzac era conservador y monárquico; su terrible requisitoria de la burguesía francesa resulta más que revolucionaria. Dostoievski salió de su prisión en Siberia ortodoxo y zarista: su análisis de las humillaciones del alma del hombre bajo la opresión son reveladoras y tienen derivaciones libertarias. Sade escribió historias monstruosas, pero ellas denuncian cómo los nobles, los sacerdotes, los jueces devoran al resto de la sociedad, y esas narrativas escalofriantes preparan las revoluciones sicoanalítica y surrealista. La literatura contrarrevolucionaria es la mala. Hay mucho best seller, mucha autoayuda, que no pasa de chicle espiritual.

-A riesgo de que seamos considerados de un excesivo carácter especulativo: ¿se imagina a Julio Cortázar en este Proceso Bolivariano que se extiende, ineludiblemente, por todo el continente? ¿Lo imagina imbuido en él? ¿Qué nos diría? ¿Cuál cree que sería su visión de esta realidad?
-Cortázar sin duda  hubiera apoyado al bolivarianismo, pues  no me imagino  un Julio escribiendo el decreto de Carmona o alguna otra perla del pensamiento de la derecha. Pero  hubiera apoyado el proceso actual diciendo la palabra justa, escribiendo el libro indispensable, el relato revelador, y quizá la crítica y la autocrítica necesarias.










domingo, 31 de agosto de 2014

DEFENSA CULTURAL DE AMÉRICA LATINA


1
¿Cómo defender los cambios logrados  y aquellos todavía en proyecto en América Latina y el Caribe? Un dogma oponía los ejércitos latinoamericanos a los cambios sociales. El axioma dejó de ser cierto en las sociedades con ejércitos de oficialidad de origen policlasista. La institución armada apoya decisivamente las reformas en Venezuela, Ecuador y desde luego en Nicaragua, y no se opone a ellas en Argentina y Brasil, entre otros países.
2
Sin embargo, en la región persisten fracciones de sus ejércitos que han intentado golpes contra los presidentes electos,  y perduran más de seis decenas de bases de potencias imperiales. Rafael Correa demostró que se las puede expulsar, al actuar con decisión y patriotismo contra la base de Manta. Atilio Borón ha señalado que así como Estados Unidos libró sus primeras batallas por la hegemonía en América Latina, librará también allí las últimas. Debemos prepararnos.
3
El desafío internacional de América Latina consiste en abogar por la Independencia de los territorios de la región todavía sometidos al colonialismo, tales como Puerto Rico o las Malvinas, y enfrentar a la Alianza del Pacífico, integrada en parte por gobiernos herederos de regímenes que soportaron prolongadas intervenciones,  aplicaron drásticas políticas de eliminación física de la izquierda, aceptan bases estadounidenses y se someten al Consenso de Washington. Quizá las nuevas organizaciones integracionistas deban concertar alianzas militares o tratados de paz y no agresión que dificulten los conflictos y sobre todo la injerencia imperial en ellos. América Latina, zona de paz, sólo debería esgrimir las armas contra agresores extraños a la región.
4
En América Latina y el Caribe problemas comunes afortunadamente coexisten con una cultura esencialmente común, en donde la preponderancia de dos lenguas romances y de una religión abre caminos para la intercomunicación de diferencias y semejanzas. La conciencia de la latinoamericanidad es el fundamento de todos los proyectos de integración social, económica, política, diplomática y estratégica. El desafío consiste en reafirmarla con sistemas educativos y académicos abiertos a todos  que analicen nuestras realidades, sus problemas y las formas de resolverlos mancomunadamente.
5
Repetidamente  preconizamos medidas tales como: Revisión y divulgación de nuestra Historia común. Libertad y fomento de la circulación de bienes culturales entre nuestras repúblicas. Rescate, preservación y enaltecimiento de nuestro patrimonio cultural. Desarrollo de políticas para eliminación definitiva del analfabetismo, gratuidad de la enseñanza en todos sus niveles, sistemas masivos de educación a distancia y normas integrales de validación y reválida de estudios. Rescisión de todos los acuerdos y tratados mediante los cuales Estados Unidos y  Europa ejercen influencia o control sobre los contenidos y métodos de nuestros sistemas educativos y de investigación. Orientación de la investigación académica y científica hacia nuestros problemas regionales. Protección para la música, la cinematografía, la televisión regionales. Red de agencias informativas regionales. Rigurosas normas de responsabilidad social para los medios de comunicación. Multiplicación de emisoras alternativas y de servicio público con alcance continental. Creación de redes de Institutos de Estudios Latinoamericanos y del Caribe. Adscribir la difusión y el apoyo para el cumplimiento de estas metas a redes de medios de comunicación de servicio público  y libres, alternativos  y comunitarios que nos ayuden a pensar a la región como un cuerpo interdependiente e integrado. La conciencia cultural presente es el más invulnerable escudo contra la agresión venidera. Forjémosla.

(TEXTO/FOTO: LUIS BRITTO)


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