lunes, 22 de febrero de 2010

AMERICA LATINA Y EL MOVIMIENTO DE LOS NO ALINEADOS


Así como la conquista de América a partir de 1492 fue la más grande operación de colonización jamás emprendida, su Independencia fue una de las más importantes gestas de descolonización jamás culminadas. En ellas se decidió el sometimiento y luego la liberación de todo un continente y un hemisferio terrestre con respecto a cuatro potencias europeas. El aporte económico de esta operación de saqueo fue decisivo para el destino de Europa y del mundo. Los torrentes de metales preciosos, mas los productos vegetales que los acompañaron, decidieron la hegemonía de España durante dos siglos, la derrota de los musulmanes en Europa, la imposición del capitalismo como modo de producción dominante en ella y las sucesivas hegemonías de los imperios que mediante el comercio o la expansión global violenta tomaron el relevo de Iberia.
EL IMPERATIVO DE LA UNIDAD

Tras las Independencias americanas, los países liberados comprendieron, como lo harían después los No Alineados, la necesidad de la unidad para mantener su autonomía y cimentar la cooperación mutua. Las colonias inglesas establecieron la fuerte liga que sería conocida como Estados Unidos. Los libertadores latinoamericanos entendieron siempre la independencia como empresa continental. Tropas venidas desde la llanura venezolana y desde la pampa argentina vencieron en Ayacucho. Bolívar liberó lo que ahora son seis países. Con tres de ellos constituyó el enorme bloque de la Gran Colombia, y ya en 1826 intentó consolidar una unión entre los pueblos latinoamericanos en el Congreso Anfictiónico de de Panamá. Esta Unión debería servir de muralla contra intentos de reconquista como los que proyectaba la Santa Alianza, integrar un espacio para la colaboración económica y constituir un centro geopolítico de primera magnitud gracias al Canal de Panamá, que ya desde entonces planeaba construir Bolívar. Los dos grandes proyectos de consolidación tuvieron contrapuestos destinos. Estados Unidos preservó su unión, expandiéndose a costa de sus vecinos e iniciando el camino para ser la primera potencia del mundo. América Latina se dividió, fragmentando lo que habían sido cinco virreinatos y cinco capitanías hasta convertirlos en 25 países, cuya debilidad permitió que fueran dominados.
EMANCIPACIÓN POLÍTICA Y DEPENDENCIA ECONÓMICA

En América Latina se planteó, quizá antes que en cualquier otro sitio, la segunda convicción que comparten los Países No Alineados: la de que tras luchar por la emancipación política hay que hacerlo por la económica, estratégica y cultural. Nuestros países costearon las armas para sus Independencias con demoledoras deudas externas que hipotecaron su futuro. Haití debió indemnizar a los antiguos propietarios de esclavos con el equivalente de 20.000 millones de dólares actuales. La Gran Colombia inició su vida independiente con una deuda de 10 millones de libras esterlinas, que se dividió cuando a su vez la gran unión se fragmentó en tres países. Estados Unidos asumió el proteccionismo como invariable camino hacia el desarrollo económico. América Latina, por el contrario, suscribió tratados de libre comercio con países más desarrollados, que le prohibieron la protección de sus industrias y exportaciones y no pusieron freno al disimulado proteccionismo de las potencias. Para la naciente América Latina la Independencia política equivalió, como sucedería después con muchos de los Países No Alineados, a una rotación de metrópolis.
ESTADOS UNIDOS, DE COLONIZADOS A COLONIZADORES

En esta situación, preludió América Latina la tercera situación que se evidenciaría con respecto a los Países No Alineados: algunas colonias liberadas pueden a su vez convertirse en países dominantes con respecto a otros Estados liberados del estatuto colonial. América Latina y el Caribe estuvo sujeta durante gran parte del siglo XIX a las hegemonías e incluso las invasiones de Francia, Holanda e Inglaterra. Pero desde finales de ese siglo Estados Unidos, esgrimiendo la doctrina Monroe, intentó reservarse el hemisferio como una suerte de imperio sometido a su tutela económica, política y estratégica. Esta hegemonía fue impuesta por medio centenar de intervenciones armadas, y regida por organizaciones como la Unión Panamericana desde 1899, o la Organización de Estados Americanos desde 1945. También desde esta fecha, nuestros países se obligaron por un Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca a invadirse militarmente en el caso de una supuesta agresión “extracontinental”, cuya evidencia sería la inclinación del país víctima hacia cualquier política socialista. Expresa esta situación el hecho de que a la conferencia de Bandung en 1955 no asistiera ningún país latinoamericano. América Latina y el Caribe parecía ser, en verdad, el “Patio Trasero” de Estados Unidos.
AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE DESAFÍA LA HEGEMONÍA
En ese panorama, a dos años apenas de la Conferencia de Bandung, en América Latina se plantea otro de los puntos fundamentales de la agenda de los No Alineados: países pequeños y no desarrollados económicamente pueden desafiar exitosamente la hegemonía incluso de la primera potencia económica y militar de la tierra. Desde 1959 Cuba enseña cómo se puede cohesionar a un pueblo para resistir dos intervenciones militares directas y un indefinido bloqueo apoyándose en el juego bipolar pero sin ceder la soberanía. Tras numerosas tentativas que en diversos países son sofocadas por la intervención abierta o encubierta de Estados Unidos, triunfa también una revolución socialista en Nicaragua, persiste una insurgencia invencible en Colombia y a la vuelta del siglo inobjetables victorias electorales llevan al poder a movimientos que se proclaman socialistas en Venezuela, Bolivia y Ecuador, y a candidatos progresistas en Brasil, Chile, Paraguay, Uruguay, Argentina y Honduras. Países como Venezuela, Bolivia y Ecuador recuperan el pleno control sobre las industrias que explotan sus recursos naturales y desarrollan políticas de gasto social, alfabetización y educación y salud gratuitas. El proyecto estadounidense de Área de Libre Comercio para las Américas (ALCA) queda completamente derrotado, mientras se fortalece el Mercosur. Se crea la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR), y con ella instituciones como el Consejo Suramericano de Defensa, el Banco del Sur, para relevar al Banco Mundial y al FMI, y el Sucre, el Sistema Unificado de Compensación de Reservas. La previa alineación se rompe, al extremo de que la Cumbre de 2006 del MNOAL se celebra en La Habana, y en la actualidad son miembros de dicho Movimiento los siguientes países latinoamericanos y caribeños: Antigua y Barbuda, Bahamas, Barbados, Belice, Bolivia, Chile, Colombia, Cuba, Dominica, Ecuador, Granada, Guatemala, Guyana, Haití, Honduras, Jamaica, Nicaragua, Panamá, Perú, República, Dominicana, San Vicente y las Granadinas, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía, Surinam, Trinidad y Tobago, Uruguay y Venezuela. Esta última mediante el ALBA (Alternativa Bolivariana para América) propone una nueva alianza basada en la colaboración mutua y en la integración regional y no en el interés económico, y abre una nueva política multipolar orientada hacia la colaboración del Sur con Sur, hacia el G-77, los mercados africanos y asiáticos y los integrantes del MNOAL.
LA UNIPOLARIDAD CONTRAATACA
Estados Unidos responde con una agresiva política de Gran Garrote: moviliza la IV Flota hacia el Caribe, establece dos bases militares en Curazao y Aruba, siete bases en Colombia y dos más en Panamá, propicia y legitima un golpe de Estado en Honduras, financia a la oposición de los gobiernos progresistas y ocupa militarmente Haití. Una vez más, intenta resolver militarmente problemas económicos, sociales, políticos y culturales que no sabe cómo manejar.
LA NO ALINEACIÓN RESPONDE
Las consideraciones anteriores ratifican la perenne validez de la idea que anima al Movimiento de los No Alineados. La caída del mundo bipolar hace evidente que la diversidad de culturas y de Estados tiene todavía vigencia. La precaria situación de muchos de los países descolonizados frente a las grandes potencias que todavía pretenden ejercer plena hegemonía y no se resignan al concepto de un mundo multipolar requiere todavía de una liga que permita intercambiar puntos de vista, diseñar estrategias y afirmar el derecho a la supervivencia, a la independencia y a la soberanía de la inmensa mayoría de los países y de los habitantes del planeta.
(Foto/texto:LBG)
Versión en francés: http://luisbrittogarcia-fr.blogspot.com