sábado, 3 de enero de 2009

MILENIO NUEVO, NUEVA OFENSIVA REVOLUCIONARIA


· Desde que las revoluciones existen, se las aniquila con igual receta: agresión y bloqueo para forzarlas a gastar todo su excedente económico en defensa externa, y a adoptar prácticas autoritarias de defensa interna.

· Occidente capitalista no barrió de inmediato la Revolución Soviética porque quedó exhausto tras la Primera Guerra Mundial. Tampoco aplastó a China Comunista tras agotar todos sus recursos en la Segunda, que empató en la bipolaridad.

· Contra la bipolaridad Estados Unidos desató la Guerra Fría, que no pudo ser peleada en los campos de batalla porque las potencias tenían armas capaces de aniquilar miles de veces toda vida en la tierra.

· La Guerra Fría se libró dilapidando la mayor parte del trabajo de la humanidad en la fabricación de armas que nunca habían de ser usadas, salvo en conflictos de desgaste de menor magnitud.

· Para 1989 la Unión Soviética colapsó exhausta y el mundo cayó en la unipolaridad, pero Estados Unidos continuó su carrera armamentista pues quien crea un complejo militar industrial que devora el 60% del gasto bélico mundial se convierte en su prisionero.

· Al quedar sin respaldo el dólar desde 1971; al ser derrotado el aparato productivo estadounidense por la Unión Europea, Japón, China y los Tigres del Asia, el único instrumento decisivo de hegemonía que le restó al Imperio fue sostener su signo monetario mediante la amenaza militar.

· Esta maquinaria del Apocalipsis incapaz de sofocar movimientos de liberación nacional resultó en efecto un arma mortífera, pero para el propio Estados Unidos, que en 2009 no podrá pagar su deuda pública y triplicará su déficit fiscal.

· El imperialismo, máquina predadora sin otro propósito que devorar cada vez más presas, se constituyó en modelo de un sistema ecológico, social, financiero, económico y cultural que no reconoce otro límite que su propia destrucción.

· En lo ecológico, la amenaza militar posibilitó saquear todos los recursos de la tierra hasta llevarla al borde del agotamiento de los hidrocarburos, del agua potable, del ozono, de la tierra cultivable, de la biodiversidad.

· En lo social, el modelo predatorio instauró la esclavitud de las maquilas para imponer la remuneración mínima, arrebató a los trabajadores los derechos obtenidos durante siglos y precarizó la relación laboral hasta empujar a las masas a la exclusión, la marginalidad, la rebelión.

· En lo económico, fundó sus finanzas en el dinero inorgánico; sustituyó la agricultura de alimentos por la de biocombustibles; estimuló el consumismo hasta divorciar la producción de las necesidades reales; suplantó la producción real con burbujas especulativas que superaron setenta u ochenta veces el valor de aquella hasta reventar y arrastrar también al abismo las empresas creadoras de bienes reales.

· En lo intelectual, redujo los valores cognitivos, éticos, estéticos, históricos y culturales al denominador común del mercado, sustituyendo ideología por entretenimiento y creación por banalidad.

· Por tales vías los países del G-7, que generan el 55% del Producto Bruto Mundial, llegan a su único destino posible, la recesión terminal. Sus bolsas de valores ficticios se desploman, sus transnacionales especulativas agonizan implorando la intervención del Estado; sus autoridades las auxilian creando impuestos, deuda pública o dinero inorgánico que acabarán de hundir el sistema; sus ejércitos son derrotados; sus sistemas legales consagran la tortura, los campos de concentración clandestinos y la prisión indefinida sin acusación; sus fábricas automotrices cierran; sus imperios mediáticos quiebran; decenas de miles de desalojados y decenas de millones de desempleados se agolpan en las calles; fuerzas militares patrullan las ciudades.

· La crisis aplasta clases y naciones dominadas. Los trabajadores enfrentan un brutal aumento del desempleo, un drástico retiro de derechos sociales, draconianas rebajas en su salario real, incrementos en las horas de trabajo y empeoramiento de las condiciones laborales.

· Los estratos medios, esa confusa agregación de trabajadores especializados y pequeños empresarios, padecen la proletarización y la ruina por la competencia de los monopolios, la caída del consumo y la pérdida de sus ahorros y puestos de trabajo.

· La crisis embiste las periferias. Los países en desarrollo acusan envilecimientos del precio de sus materias primas y productos semielaborados de exportación, encarecimiento de sus importaciones de insumos productivos y tecnología. En el Cairo, Dakar, Kuala Lumpur, Manila, Mogadiscio, Puerto Príncipe, revientan motines contra el hambre causada por los latifundios monoexportadores, la especulación, el cultivo de biocombustibles.

· Los países con altas tasas de emigración ven cada vez más rechazados y deportados sus emigrantes, y resienten la merma de las remesas que éstos envían.

· Tantos desastres no suceden por casualidad: son resultado lógico e inevitable de un sistema desastroso cuyo supremo principio es la codicia y cuya única regla el aplastamiento de la mayoría de los explotados por una cada vez más pequeña minoría explotadora.

· El capitalismo está contra el suelo: al igual que el Viejo Régimen francés en 1789, que el zarismo en 1917, que el Kuomintang chino en 1948, parece sólo implorar el golpe de gracia que lo saque de su sufrimiento.

· Si el capitalismo supera las crisis con la guerra, los pueblos superan las guerras con la Revolución.

· China, Rusia, los demás países asiáticos, América Latina y el Caribe, África, los pueblos musulmanes, los trabajadores del mundo no tienen por qué ser aplastados por el colapso de un sistema en su fase terminal.

· No es momento de acomodos, arreglos ni contubernios con el capitalismo, que siempre devora a sus socios.

· Dejad que los capitalistas se entierren con el capitalismo: la humanidad no debe sepultarse con él.

· Es hora de vivir: estamos en el umbral de la mayor ofensiva revolucionaria que haya presenciado el mundo.

(texto/foto: Luis Britto)


domingo, 28 de diciembre de 2008

CUBA REVOLUCIONARIA


Hace cincuenta años se sostenía que en la América Latina de patio trasero toda rebelión era imposible o efímera. Parecíamos una equivocación de la Historia: repúblicas banana, con políticos y braceros baratos, donde Estados Unidos intervenía para imponer al dictador de turno o frustrar la esperanza del momento. La latinoamericanidad se trataba como enfermedad vergonzosa, que a falta de cura se debía disimular con paños calientes o reformas. En esta perspectiva Cuba replantea el tema de la Revolución.
Ideología revolucionaria
Lo dijo Lenin: No hay Revolución sin partido revolucionario, no hay partido revolucionario sin ideología revolucionaria. En La Historia me absolverá planteó Fidel problemas que sólo admitían soluciones radicales. El desembarco del Granma y la defensa de Playa Girón son momentos de definición y no de reacomodo. Si el Imperialismo viene por la fuerza, el pueblo tiene el derecho legítimo a la fuerza revolucionaria. La lucha es de clases, de campesinos contra terratenientes, de explotados contra explotadores, de semicolonizados contra Imperio. Vencer es expropiar los medios de producción fundamentales y desarticular y poner en fuga a la clase dominante.
Ejército revolucionario
No hay revolución sin ejército revolucionario. La cubana no depende de la benevolencia o tolerancia de fuerzas armadas conservadoras. Forja una nueva milicia radical en lucha contra una dictadura. El descrédito de Batista quizá facilitó que la contienda no fuera tan prolongada ni sangrienta como la de Colombia, Nicaragua, Guatemala, El Salvador o Perú. El ejército revolucionario se templó en Playa Girón, la Crisis de los Cohetes y la lucha en el Escambray. Pero no son 38.000 efectivos con pertrechos anticuados lo que ha disuadido a la primera potencia militar del mundo. Es la extensión de esa milicia en más de un millón de reservistas, incontables Comités de Defensa de la Revolución y redes de resistencia lo que hace imposible asaltar Cuba sin aniquilar su pueblo en armas.
Ética revolucionaria
No hay sociedad nueva sin Hombre Nuevo. Más que proponerlo, el Che lo ejemplificó. Fue el primero en rechazar privilegios y hacer trabajo voluntario. Cuba revolucionaria prohibió los casinos. En el socialismo, cada quien aporta según su capacidad y recibe según su trabajo. A pesar de ello, se han filtrado privilegios y desviaciones; no parecen ostentosos ni obscenos, y se trata de corregirlos. Cito casos que conozco. A la hija de dos próceres de la Revolución le faltaba medio punto para ser admitida en la prestigiosa Secundaria Lenin: ni fue admitida, ni sus padres movieron un dedo para lograrlo. Un funcionario manejó indebidas influencias para instalarle baños de lujo a su residencia: fue enjuiciado y condenado. Un general se implicó en narcotráfico: fue condenado a pena capital. Erradicar toda transgresión es imposible: sancionar de manera frecuente y ejemplar se cumple.
Cultura revolucionaria
No hay revolución sin cultura revolucionaria. Toda rebelión es anticipada, definida y defendida por una vanguardia intelectual, La de Cuba reivindica la identidad, rescata las melodías tradicionales y crea formas musicales inéditas como la Nueva Trova; con obras maestras en el cine, en el afiche y sobre todo en la literatura atrae el interés europeo sobre América Latina y facilita la maniobra editorial del Boom. Cuba disparó el auge de las contraculturas en Estados Unidos y en el mundo. Hippies y yippies adoptaron melenas y barbas guerrilleras; los discriminados negros lucieron caribeños afros y la juventud intentó tomar el cielo por asalto desde Los Ángeles a París. La Revolución crea institutos culturales y multiplica ediciones y festivales. Por momentos funcionarios sin brillo intentaron opacar una cultura deslumbrante. La opacidad terminó disolviéndose en su propia nada. Los jóvenes cubanos escriben narrativa mordaz, vitriólica, sin límites, los documentalistas son invariablemente críticos, y creo que el mismo aire de libertad se respira en todos los ámbitos de la cultura.
Praxis revolucionaria
En medio de privaciones, austeridad y racionamientos, Cuba garantiza para todos Educación, Salud, Seguridad Social. Para 2006, tiene 596 médicos por 100.000 habitantes; la esperanza de vida para los hombres es de 74,8 años y para la mujeres de 78,7. Su bloqueador Estados Unidos tiene 276 médicos por cien mil habitantes; sus hombres esperan vivir 74,3 años y sus mujeres 79,9.
Internacionalismo revolucionario
Toda revolución se afirma en el plano nacional para postular principios universales. Cuba inspiró democracias radicales en República Dominicana, Panamá, Chile y Granada, y luchas armadas en Venezuela, Perú, Uruguay, Argentina, Bolivia, Nicaragua, Guatemala, República Dominicana, El Salvador, Honduras. La extensión y duración de tales movimientos demostró que tenían su propia dinámica y razón de existir. La solidaridad con Venezuela le costó la expulsión de la OEA. Su insularidad facilitó el bloqueo del Imperio pero también evitó la infiltración de contras que demolió Nicaragua o la de paramilitares que progresivamente ocupa Venezuela. Cuba tuvo un imperfecto apoyo del bloque socialista; usó los resquicios de la bipolaridad para sobrevivir y consolidó su autonomía, que demostró sobradamente durante las décadas negras de la unipolaridad. Mientras tanto, fue motor fundamental del movimiento Tricontinental y vencedora del racismo en Sudáfrica. Hoy ejerce la solidaridad con Venezuela, con los países del ALBA, con el Tercer Mundo, con la Humanidad. Sólo me queda repetir las palabras que el presidente Hugo Chávez Frías me hizo recientemente el honor de citar, en el sentido de que el ejemplo de Cuba “no hay forma de calcularlo, es una revolución que fue capaz de crearse a sí misma y mantenerse como una llama encendida en el horizonte oscuro”. La caída del capitalismo que durante medio siglo se estrelló contra Cuba disipa la tiniebla. Si Cuba es posible, otro mundo es inevitable.
PD: Arranque el 2009 con Zamora, Tierras y Hombres Libres, dirección de Román Chalbaud y guión de un servidor. Un momento culminante del cine nacional.

(Texto/foto: Luis Britto)