Los ricos gobiernos de los países ricos sancionaron la directiva y una mañana todos los inmigrantes se fueron
Se fueron los que siembran y cosechan el maíz en el Corn Belt y las naranjas en California y los olivos en Sevilla y las uvas en Italia
Se fueron las que trabajan por nada en las maquilas y las que duermen tiradas en el piso en los talleres de costura de las prendas de marca y las que cambian pañales con mierda de bebés ajenos y las que cuidan niños con problemas de conducta y las que tienden camas en los moteles por horas
Se fueron los que van a pie a ensamblar Fords en Detroit y Mercedes en Stuttgart y Masserattis en Italia y BMWs en Bavaria
Se fueron las que madrugan para fregar bulevares a las cuatro de la madrugada y las que trasnochan para limpiar excusados de bares a la medianoche y vaciar bacinillas de hospitales ahora y en la hora de la muerte amén
Se fueron los que llegaron con título y postgrados bajo el brazo y que con las sabidurías pagadas por sus pueblos de origen mantenían funcionando quirófanos, laboratorios, tanques para ahogar el pensamiento, academias de destrucción masiva
Se fueron las importadas para las agencias de acompañantes y las traficadas para el turismo sexual y las subastadas para los traficantes de órganos
Se fueron los que desde sus tierras saqueadas acarrearon hasta los museos saqueadores el monolito prodigioso, el arabesco infinito, el Dios todopoderoso, las máscaras que inspiraron la contemporaneidad, y después sólo quedaron para conserjes en la gran fiesta de lo imaginario
Se fueron de los estadios tristes en los cuales ya casi nunca más se vio el récord vencido, la carrera de saeta, el gol prodigioso, la ovación mulata
Se fueron los que consumen lo que nadie consume, las que aceptan lo inaceptable, los que soportan lo insoportable
Se fue la carne de cañón de las guerras imperiales y casi desiertos quedaron los frentes de combate de las agresiones y las casamatas donde los niños blancos hacer remilgos ante la sangre derramada para defender su modo de vida
Se fueron los que por defender países que los discriminan marcharon a guerras ajenas y dejaron en ella brazos propios u ojos que nunca vieron un destino, y en el camino a los muelles rechinan las muletas, las prótesis, las sillas de ruedas
Se fue el sabor y se quedaron sin guaguancó las calles y sin latido los corazones y sin ritmo los pasos de las muchedumbres abrumadas
Se fueron los que producían para mantener los enjambres de las burocracias y las legiones inútiles de la tercera edad privilegiada, las castas de los subsidiados, las masas de los pensionados, las hordas de las estériles que no quisieron parir, las multitudes de viejas solitarias que compran bebés como quien adopta perritos falderos
Se fueron los nadies, los ningunos, los nadas que a lo mejor son todo
Se fueron de los países que desde entonces ya no fueron
Se fueron los que siembran y cosechan el maíz en el Corn Belt y las naranjas en California y los olivos en Sevilla y las uvas en Italia
Se fueron las que trabajan por nada en las maquilas y las que duermen tiradas en el piso en los talleres de costura de las prendas de marca y las que cambian pañales con mierda de bebés ajenos y las que cuidan niños con problemas de conducta y las que tienden camas en los moteles por horas
Se fueron los que van a pie a ensamblar Fords en Detroit y Mercedes en Stuttgart y Masserattis en Italia y BMWs en Bavaria
Se fueron las que madrugan para fregar bulevares a las cuatro de la madrugada y las que trasnochan para limpiar excusados de bares a la medianoche y vaciar bacinillas de hospitales ahora y en la hora de la muerte amén
Se fueron los que llegaron con título y postgrados bajo el brazo y que con las sabidurías pagadas por sus pueblos de origen mantenían funcionando quirófanos, laboratorios, tanques para ahogar el pensamiento, academias de destrucción masiva
Se fueron las importadas para las agencias de acompañantes y las traficadas para el turismo sexual y las subastadas para los traficantes de órganos
Se fueron los que desde sus tierras saqueadas acarrearon hasta los museos saqueadores el monolito prodigioso, el arabesco infinito, el Dios todopoderoso, las máscaras que inspiraron la contemporaneidad, y después sólo quedaron para conserjes en la gran fiesta de lo imaginario
Se fueron de los estadios tristes en los cuales ya casi nunca más se vio el récord vencido, la carrera de saeta, el gol prodigioso, la ovación mulata
Se fueron los que consumen lo que nadie consume, las que aceptan lo inaceptable, los que soportan lo insoportable
Se fue la carne de cañón de las guerras imperiales y casi desiertos quedaron los frentes de combate de las agresiones y las casamatas donde los niños blancos hacer remilgos ante la sangre derramada para defender su modo de vida
Se fueron los que por defender países que los discriminan marcharon a guerras ajenas y dejaron en ella brazos propios u ojos que nunca vieron un destino, y en el camino a los muelles rechinan las muletas, las prótesis, las sillas de ruedas
Se fue el sabor y se quedaron sin guaguancó las calles y sin latido los corazones y sin ritmo los pasos de las muchedumbres abrumadas
Se fueron los que producían para mantener los enjambres de las burocracias y las legiones inútiles de la tercera edad privilegiada, las castas de los subsidiados, las masas de los pensionados, las hordas de las estériles que no quisieron parir, las multitudes de viejas solitarias que compran bebés como quien adopta perritos falderos
Se fueron los nadies, los ningunos, los nadas que a lo mejor son todo
Se fueron de los países que desde entonces ya no fueron
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