MARY READ es hija de la viuda de un marino que jamás retornó del mar, dejándole un niño. En un amorío casual, la viuda concibe a Mary, y para disimular se despide de los deudos de su marido, pare a la niña en el campo y, habiendo muerto su primer hijo, retorna donde los parientes del esposo vistiendo a la hembra de varón para hacerla pasar por el primogénito.
LA MADRE MANTIENE EL ENGAÑO para no perder la asignación de una corona semanal que le pasa la madre del marido difunto, y que cesa con la muerte de ésta. Mary, de trece años, debe emplearse como criada de una dama francesa; siendo intrépida, fuerte y de mente inquieta, se alista en una fragata, la deja en Flandes, se engancha en la infantería como cadete, se comporta con valor en los combates, pasa a un regimiento de caballería, se enamora de un joven camarada flamenco y corre numerosos peligros para protegerlo. Mientras comparten la tienda, Mary le revela su verdadero sexo simulando descuido, y excitado el compañero de armas ante la fácil presa, encuentra tal resistencia que le pide matrimonio, el cual contraen cuando el regimiento se acoge a sus cuarteles de invierno.
PARA SENTAR CABEZA dejan el servicio y montan la fonda “Las Tres Herraduras” en Breda. Pero el joven marido muere, y la Paz de Ryswick deja la fonda sin clientela de oficiales. La viuda para ganarse la vida reingresa en la infantería, donde la falta de perspectivas la impulsa a embarcarse hacia las Indias Occidentales.
EL BARCO EN EL CUAL VIAJA MARY vestida de hombre es abordado por piratas ingleses, que la retienen después de saquear el buque y dejarlo ir. Mary comparte el cruento oficio de sus secuestradores hasta que se acogen a la amnistía real de 1717; vive algún tiempo en tierra, hasta que la necesidad la fuerza a alistarse entre los corsarios que arma contra los españoles el capitán Wood Rogers, gobernador de la isla de Providencia,.
LOS PIRATAS VUELTOS CORSARIOS por la amnistía tienden a devenir de nuevo piratas. Mary lleva la dura vida de a bordo fingiendo una vez más ser varón. Otra tripulante vestida de hombre, Anne Bonny, la toma por un joven bien parecido hasta que Mary le revela la verdad, causándole un gran desengaño. A pesar de ello, mantienen una intimidad que causa los celos del amante de Anne, el pirata John Rackam, quien amenaza degollar a Mary hasta que Anne le cuenta todo.
ENTRE LOS PRISIONEROS que hacen en los abordajes se encuentra un joven que causa conmovedora impresión en Mary. Para insinuársele, le habla en contra de la vida de pirata, y cuando ha ganado su confianza, muestra descuidadamente sus senos que, aclara el exacto cronista capitán Charles Johnson, eran muy blancos. Sobreviene una reyerta entre el joven y un pirata, y se citan para un duelo en un isla cercana. Mary desafía al rufián; concerta con él otro duelo dos horas antes, y en duro combate con espada y pistola deja al pendenciero tendido.
LIGADOS POR EL SACRIFICIO, que consideran válido como un matrimonio, Mary concibe de su protegido, a quien luego en el juicio se niega a identificar. Aunque Mary declara aborrecer tal vida, y haberla adoptado por la fuerza, los testigos afirman que ella y Anne Bonny defendieron el puente, y llamaron a los escondidos en las bodegas a combatir como hombres, y al ser desoídas les dispararon, matando un hombre e hiriendo otros.
TAMBIÉN EN ACTAS consta que Anne Bonny le pregunta qué gusto puede encontrar en la vida de pirata, en peligro de morir por la espada o el fuego o la ignominiosa horca. A lo que Mary contesta que la horca no debe ser mayor dureza, y que sin ella todo cobarde se haría pirata; que muchos de los que engañan viudas y huérfanos y oprimen a los prójimos sin dinero para hacerse justicia, estarían robando en los mares, y el océano repleto de canallas. Tales argumentos no causan buena impresión en los jueces.
POCO DESPUÉS DEL PROCESO las autoridades verifican que Mary está embarazada, por lo que le acuerdan la áspera piedad de retardar la ejecución hasta después del parto. Habiendo contraído una violenta fiebre, la valerosa Mary muere de ella en prisión.
LA MADRE MANTIENE EL ENGAÑO para no perder la asignación de una corona semanal que le pasa la madre del marido difunto, y que cesa con la muerte de ésta. Mary, de trece años, debe emplearse como criada de una dama francesa; siendo intrépida, fuerte y de mente inquieta, se alista en una fragata, la deja en Flandes, se engancha en la infantería como cadete, se comporta con valor en los combates, pasa a un regimiento de caballería, se enamora de un joven camarada flamenco y corre numerosos peligros para protegerlo. Mientras comparten la tienda, Mary le revela su verdadero sexo simulando descuido, y excitado el compañero de armas ante la fácil presa, encuentra tal resistencia que le pide matrimonio, el cual contraen cuando el regimiento se acoge a sus cuarteles de invierno.
PARA SENTAR CABEZA dejan el servicio y montan la fonda “Las Tres Herraduras” en Breda. Pero el joven marido muere, y la Paz de Ryswick deja la fonda sin clientela de oficiales. La viuda para ganarse la vida reingresa en la infantería, donde la falta de perspectivas la impulsa a embarcarse hacia las Indias Occidentales.
EL BARCO EN EL CUAL VIAJA MARY vestida de hombre es abordado por piratas ingleses, que la retienen después de saquear el buque y dejarlo ir. Mary comparte el cruento oficio de sus secuestradores hasta que se acogen a la amnistía real de 1717; vive algún tiempo en tierra, hasta que la necesidad la fuerza a alistarse entre los corsarios que arma contra los españoles el capitán Wood Rogers, gobernador de la isla de Providencia,.
LOS PIRATAS VUELTOS CORSARIOS por la amnistía tienden a devenir de nuevo piratas. Mary lleva la dura vida de a bordo fingiendo una vez más ser varón. Otra tripulante vestida de hombre, Anne Bonny, la toma por un joven bien parecido hasta que Mary le revela la verdad, causándole un gran desengaño. A pesar de ello, mantienen una intimidad que causa los celos del amante de Anne, el pirata John Rackam, quien amenaza degollar a Mary hasta que Anne le cuenta todo.
ENTRE LOS PRISIONEROS que hacen en los abordajes se encuentra un joven que causa conmovedora impresión en Mary. Para insinuársele, le habla en contra de la vida de pirata, y cuando ha ganado su confianza, muestra descuidadamente sus senos que, aclara el exacto cronista capitán Charles Johnson, eran muy blancos. Sobreviene una reyerta entre el joven y un pirata, y se citan para un duelo en un isla cercana. Mary desafía al rufián; concerta con él otro duelo dos horas antes, y en duro combate con espada y pistola deja al pendenciero tendido.
LIGADOS POR EL SACRIFICIO, que consideran válido como un matrimonio, Mary concibe de su protegido, a quien luego en el juicio se niega a identificar. Aunque Mary declara aborrecer tal vida, y haberla adoptado por la fuerza, los testigos afirman que ella y Anne Bonny defendieron el puente, y llamaron a los escondidos en las bodegas a combatir como hombres, y al ser desoídas les dispararon, matando un hombre e hiriendo otros.
TAMBIÉN EN ACTAS consta que Anne Bonny le pregunta qué gusto puede encontrar en la vida de pirata, en peligro de morir por la espada o el fuego o la ignominiosa horca. A lo que Mary contesta que la horca no debe ser mayor dureza, y que sin ella todo cobarde se haría pirata; que muchos de los que engañan viudas y huérfanos y oprimen a los prójimos sin dinero para hacerse justicia, estarían robando en los mares, y el océano repleto de canallas. Tales argumentos no causan buena impresión en los jueces.
POCO DESPUÉS DEL PROCESO las autoridades verifican que Mary está embarazada, por lo que le acuerdan la áspera piedad de retardar la ejecución hasta después del parto. Habiendo contraído una violenta fiebre, la valerosa Mary muere de ella en prisión.
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