Entrevista de Rosana
Ordóñez sobre Caudillismo Mediatico, 20-2-2014
En mi tesis doctoral sobre
Poder y Medios de Comunicación en Venezuela señalo que se ha conformado un
fenómeno único en el país, al cual denomino Caudillismo Mediático, en el
cual los medios se erigen como factor de poder, hasta sustituir a la dirigencia
tradicional ¿Existe una hegemonía comunicacional en Venezuela?
-Depende. En los últimos
quince años, los medios de comunicación han atacado casi unánimemente a
determinada tendencia política, que a pesar de ello se ha mantenido en el
poder. Al mismo tiempo, también casi unánimemente han exaltado a otra tendencia
política, consecutivamente derrotada en dieciocho consultas electorales. En ese
sentido, se puede decir que los medios se consideran actores políticos y que aspiran
a ejercer una hegemonía política, pero que hasta el presente no han conseguido
imponerla.
¿Esa hegemonía comunicacional caudillista està conformada por el
sector oficial o gobierno?
-Ante todo hay que
poner entre paréntesis la calificación de caudillista. En quince años la
oposición de derecha ha intentado crear otros tantos caudillos, sin llegar a
consolidar ninguno, y desechando inmediatamente a los que no le consiguen el
poder. Por otra parte, se acusaba mucho de caudillistas a los bolivarianos,
pero su dirigente supremo estuvo casi ausente del poder durante un año por
enfermedad, y luego murió, y el bolivarianismo
continúa triunfando en las elecciones. La oposición de derecha no pudo
ganar a pesar de disponer de cerca de un centenar de periódicos, otro centenar
de televisoras y arriba de tres mil radioemisoras, mientras que el
bolivarianismo hasta 2003 apenas dispuso de una radio y una televisora de
servicio público que no cubrían todo el país, y sólo desde entonces ha creado
un sistema de cinco cotidianos y una seis televisoras de servicio público, aún
en desproporcionada minoría frente a las privadas. Podríamos decir entonces que
hay una hegemonía mediática de la oposición en cuanto a la posesión de medios,
y otra del bolivarianismo fundada en el mensaje. Ya sabemos cómo ha elegido el
pueblo entre un mensaje fundado en la democracia participativa y otro en la
dictadura neoliberal, entre un mensaje fundado en la igualdad social y económica
y otro basado en el privilegio, entre un mensaje que ofrece educación, salud y
seguridad social a todos y otro que las privatiza. La derecha tiene una
hegemonía en el número de medios, y el bolivarianismo en la calidad del
mensaje.
¿Forma parte de la misma la venta de Globovisión y de Últimas
Noticias?
-Marcelino realizó
hacia 2003 un estudio sobre el sesgo político en los medios impresos, y encontró
que los más equilibrados del país eran Últimas Noticias y Panorama. No era un
equilibrio absoluto: tenían todavía una preponderancia de contenidos a favor de
la oposición, pero su sesgo era menor. La venta de Últimas Noticias se debió a
que los herederos no pudieron ponerse de acuerdo para administrarlo
conjuntamente. En cuanto a Globovisión, todos sabemos que hasta hace poco su
posición era de oposición furibunda, y en numerosos casos de ocultamiento de la
verdad. Creo que su venta se debió a que su audiencia declinaba
progresivamente, y a que uno de sus
principales accionistas era un delincuente financiero, cuya fuga del país le
impidió seguir controlando el negocio.
¿Se trata de una política guiada y conducida por los medios?
-La política
editorial de los medios depende esencialmente de sus propietarios y de sus
anunciantes: a través de sus jefes de redacción deciden qué se divulga y qué
no. Por cierto, unos medios que se consideran actores políticos bien podrían
obedecer lo que las leyes ordenan para los partidos políticos: elección democrática
por las bases de sus autoridades y de sus programas.
¿Las protestas a partir del 12 F indican que los cauces del pueblo pueden
superar a las pautas mediáticas dado el silencio comunicacional?
-En primer lugar,
no ha habido silencio comunicacional. Pocas cosas han sido jamás tan cubiertas
por los medios como los últimos sucesos políticos. En segundo lugar, en este
caso la violencia es utilizada por un candidato de derecha que juega al protagonismo radical para desplazar a otro candidato de derecha que se dejó tomar la
delantera. En tercer lugar, la inmensa mayoría de los medios privados han
apoyado los delitos de homicidio, agresión y destrucción de bienes públicos y
privados cometidos por sicarios, han intentado legitimarlos e incluso han
instigado a cometerlos, con argumentos tan extraños como el de que el asesinato
de activistas sociales y la destrucción de unidades del Metro y de centrales eléctricas
se perpetran para combatir la inseguridad. Los promotores de los hechos
delictivos han sido entrenados en el exterior y financiados por organizaciones
foráneas, según planes aplicados en varios países para fabricar coartadas para
golpes de Estado o intervenciones foráneas. Yo no me imagino que nadie pueda
protestar porque en Venezuela ya no haya analfabetos, porque uno de cada tres
ciudadanos estudia y porque se haya reducido la pobreza. Protestan contra su
propia incapacidad de ganar elecciones, y la rabieta la pagan víctimas
inocentes.
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