
No sorprenderá al espectador que Chalbaud asuma el pasado, como hasta ayer mismo nuestro presente, con la misma pasión, el mismo fuego originario que lo ha mantenido activo y orgánico en el cine venezolano. Felicidad sin quebraduras.
Tierra y hombres libres, epopeya de héroes y tumbas arrancada de nuestra historia libertaria, estremecimiento de nuestra alma colectiva. Película exigente y veraz, fulgurante, de impecable estructura y notable realización. Zamora y su gesta, entonces traicionada, es emblema, bandera de los oprimidos. Su imagen es visitación indeleble, asunción del coraje que noe exigen presente y porvenir en esta tierra protagónica por disposición de su pueblo.
EDMUNDO ARAY
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