Las medidas sirven para medir a los gobiernos que las adoptan. No hay habitante del planeta que no vaya a ser afectado por la crisis. No hay país que no adopte providencias contra ella. La única medida efectiva para evitar las crisis capitalistas es acabar con el capitalismo. Mientras no se adopte, las providencias sólo desplazan la carga de la catástrofe de los culpables a las víctimas. Los auxilios financieros son salvavidas de oro que se arrojan a los especuladores y que los ciudadanos estafados pagan con mayores impuestos y deuda pública, devaluación, disminución de los derechos a la educación, la salud y la seguridad social, y restricción del consumo.
Gasto social
La restricción del consumo en el mundo desarrollado golpea las exportaciones de los países de la periferia. Baja el petróleo, cuyo precio ascendió en parte especulativamente, Ante situación parecida, el Paquete Fondomonetarista de Carlos Andrés Pérez sacrificó al pueblo. Hoy, Hugo Chávez Frías promete que no reducirá el gasto social ni desmovilizará las misiones. Es la decisión correcta.
Devaluación de la moneda
También rechaza Chávez la devaluación, la cual es en realidad un impuesto sigiloso que castiga a todos. Sin embargo, la tasa inflacionaria es otra devaluación disimulada que devora el signo monetario. Hay que combatirla con controles de precios y sanciones contra el acaparamiento y la especulación.
Alza de precios
Materia altamente controversial desde el 27 de febrero de 1989 es el alza del precio de la gasolina. El Presidente decidió no elevarlo. La gasolina mueve casi todo nuestro transporte, y con su alza vendría el de los fletes y pasajes. Sin embargo, en Venezuela se consume el carburante más barato del mundo, y la pérdida de valor de la moneda hace que resulte en definitiva todavía más barato y alienta un escandaloso contrabando hacia Colombia. Quizá en el futuro habrá que adoptar una decisión sobre el delicado asunto, que respete el derecho de los venezolanos a tener energía barata y accesible pero limite un subsidio que linda con el despilfarro.
Eliminación de gastos suntuarios
Algunos funcionarios creen prestigiarse con despliegues de vehículos, asistentes y seguridad. En realidad se desprestigian. La rebaja de sueldos altísimos de altos funcionarios es ejemplarizante. Hay que evitar que sea groseramente burlada, como cuando jueces del Tribunal Supremo de Justicia se autoadjudicaron un bono equivalente a la rebaja y libre de Impuesto sobre la Renta, o cuando Rectores y otras autoridades de las Universidades Autónomas se regalaron bonificaciones obscenas. La justicia entra por casa, y la reforma por el ejemplo. Es en cambio correcto que no se recurra a la baja generalizada de salarios, sino que se los aumente en un 20%, que no equilibra la inflación acumulada, pero que ayuda a soportarla.
Deuda Pública
El incremento de la Deuda Pública no remedia el déficit: simplemente lo posterga, a veces eternamente. A diferencia de lo que sucedía en tiempos de Caldera, cuando la Deuda alcanzaba al 51% del Producto Interno Bruto (PIB), hoy asciende sólo a un 10% de él. Ello no se debe a que haya descendido la Deuda, sino a que ha crecido significativamente el PIB, en gran parte por el incremento de precios petroleros que ahora bajaron. El incremento desmedido de la Deuda trajo consigo el Viernes Negro del 18 de febrero de 1983, el Caracazo del 27 de febrero de 1989, y décadas de esclavitud impuesta por el FMI. Las medidas extraordinarias permiten elevar el endeudamiento previsto para 2009 de 12,24 millardos de BsF, hasta 34 millardos, más del doble. Es un recurso que debe ser utilizado con cautela. En los nuevos endeudamientos, no debemos aceptar que el acreedor pueda variar a voluntad las tasas de interés, ni que las controversias sobre ellos puedan ser decididas según leyes extranjeras por tribunales o juntas arbitráles foráneas.
Alza de Impuestos
El Presidente anuncia un alza del 9 al 12% del Impuesto al Valor Agregado. Luce moderada. Pero recordemos que hace poco hubo otro aumento de impuestos de bajo perfil, con la elevación de la Unidad Tributaria de 45 a 55 BsF. Ello significa un incremento de 20% en la cuantía del Impuesto sobre la Renta que tributamos. En los aeropuertos se pagan desmesurados impuestos de salida de 110 BsF y tasas aeroportuarias de 137 BsF, magnitudes únicas en el mundo. No menos significativa es la reducción de tarifas de tributación a favor de los grandes capitales y en detrimento de los pequeños contribuyentes que se inició con el neoliberalismo. En efecto, la Ley de Impuesto sobre la Renta del 3-10-1986 fijaba tarifas máximas del 45% para personas naturales, y del 50% para personas jurídicas. Desde la Ley del 13-8-1999, las tarifas máximas fueron rebajadas hasta 30% para ambos tipos de personas; y desde la Ley del 27-5-1994 hasta la vigente las tarifas máximas no exceden de 34%. Para compensar la pérdida fiscal que causa esta rebaja de tarifas de 16% a favor de los grandes contribuyentes, se aplica hasta a los ciudadanos más pobres el 12% del IVA sobre sus compras más modestas, exceptuadas las de la Canasta Básica. Vale decir: los pobres, incluso aquellos con tan bajos ingresos que no califican para tributar Impuesto sobre la Renta, pagan la rebaja de tarifas de que disfrutan los ricos. El IVA es un impuesto neoliberal y viola el principio de progresividad del artículo 316 de la constitución, según el cual debe pagar más impuesto quien goce de mayores ingresos.
¿Y los extranjeros, pagarán impuestos?
Si resulta desmoralizante que los pobres paguen 12% de IVA para compensar la histórica reducción de 16% de tarifas tributarias para los ricos ¿Cómo expresar lo que sentimos los contribuyentes venezolanos que debemos cancelar mayores impuestos para compensar el hecho de que transnacionales y ciudadanos extranjeros que obtienen ganancias en Venezuela NO PAGAN IMPUESTOS sobre ellas, o pagan tarifas no mayores de 10%, gracias a los infames “Tratados contra la Doble Tributación”? En artículo anterior demostramos que, en virtud de que la participación de las transnacionales en el PIB no petrolero es de 55%, el sacrificio fiscal por los impuestos que no pagan en virtud de estos convenios inconcebiblemente dispendiosos será este año de US$ 17.875.000.000. Si no regaláramos esta suma a los Fiscos de países hegemónicos que a veces nos agreden y desestabilizan, ella bastaría para compensar la pérdida de ingresos petroleros, y mantener la inversión social y la reproductiva sin devaluar, aumentar impuestos ni crear nueva Deuda. Si todos pagan impuestos, no habrá crisis para nadie.
Gasto social
La restricción del consumo en el mundo desarrollado golpea las exportaciones de los países de la periferia. Baja el petróleo, cuyo precio ascendió en parte especulativamente, Ante situación parecida, el Paquete Fondomonetarista de Carlos Andrés Pérez sacrificó al pueblo. Hoy, Hugo Chávez Frías promete que no reducirá el gasto social ni desmovilizará las misiones. Es la decisión correcta.
Devaluación de la moneda
También rechaza Chávez la devaluación, la cual es en realidad un impuesto sigiloso que castiga a todos. Sin embargo, la tasa inflacionaria es otra devaluación disimulada que devora el signo monetario. Hay que combatirla con controles de precios y sanciones contra el acaparamiento y la especulación.
Alza de precios
Materia altamente controversial desde el 27 de febrero de 1989 es el alza del precio de la gasolina. El Presidente decidió no elevarlo. La gasolina mueve casi todo nuestro transporte, y con su alza vendría el de los fletes y pasajes. Sin embargo, en Venezuela se consume el carburante más barato del mundo, y la pérdida de valor de la moneda hace que resulte en definitiva todavía más barato y alienta un escandaloso contrabando hacia Colombia. Quizá en el futuro habrá que adoptar una decisión sobre el delicado asunto, que respete el derecho de los venezolanos a tener energía barata y accesible pero limite un subsidio que linda con el despilfarro.
Eliminación de gastos suntuarios
Algunos funcionarios creen prestigiarse con despliegues de vehículos, asistentes y seguridad. En realidad se desprestigian. La rebaja de sueldos altísimos de altos funcionarios es ejemplarizante. Hay que evitar que sea groseramente burlada, como cuando jueces del Tribunal Supremo de Justicia se autoadjudicaron un bono equivalente a la rebaja y libre de Impuesto sobre la Renta, o cuando Rectores y otras autoridades de las Universidades Autónomas se regalaron bonificaciones obscenas. La justicia entra por casa, y la reforma por el ejemplo. Es en cambio correcto que no se recurra a la baja generalizada de salarios, sino que se los aumente en un 20%, que no equilibra la inflación acumulada, pero que ayuda a soportarla.
Deuda Pública
El incremento de la Deuda Pública no remedia el déficit: simplemente lo posterga, a veces eternamente. A diferencia de lo que sucedía en tiempos de Caldera, cuando la Deuda alcanzaba al 51% del Producto Interno Bruto (PIB), hoy asciende sólo a un 10% de él. Ello no se debe a que haya descendido la Deuda, sino a que ha crecido significativamente el PIB, en gran parte por el incremento de precios petroleros que ahora bajaron. El incremento desmedido de la Deuda trajo consigo el Viernes Negro del 18 de febrero de 1983, el Caracazo del 27 de febrero de 1989, y décadas de esclavitud impuesta por el FMI. Las medidas extraordinarias permiten elevar el endeudamiento previsto para 2009 de 12,24 millardos de BsF, hasta 34 millardos, más del doble. Es un recurso que debe ser utilizado con cautela. En los nuevos endeudamientos, no debemos aceptar que el acreedor pueda variar a voluntad las tasas de interés, ni que las controversias sobre ellos puedan ser decididas según leyes extranjeras por tribunales o juntas arbitráles foráneas.
Alza de Impuestos
El Presidente anuncia un alza del 9 al 12% del Impuesto al Valor Agregado. Luce moderada. Pero recordemos que hace poco hubo otro aumento de impuestos de bajo perfil, con la elevación de la Unidad Tributaria de 45 a 55 BsF. Ello significa un incremento de 20% en la cuantía del Impuesto sobre la Renta que tributamos. En los aeropuertos se pagan desmesurados impuestos de salida de 110 BsF y tasas aeroportuarias de 137 BsF, magnitudes únicas en el mundo. No menos significativa es la reducción de tarifas de tributación a favor de los grandes capitales y en detrimento de los pequeños contribuyentes que se inició con el neoliberalismo. En efecto, la Ley de Impuesto sobre la Renta del 3-10-1986 fijaba tarifas máximas del 45% para personas naturales, y del 50% para personas jurídicas. Desde la Ley del 13-8-1999, las tarifas máximas fueron rebajadas hasta 30% para ambos tipos de personas; y desde la Ley del 27-5-1994 hasta la vigente las tarifas máximas no exceden de 34%. Para compensar la pérdida fiscal que causa esta rebaja de tarifas de 16% a favor de los grandes contribuyentes, se aplica hasta a los ciudadanos más pobres el 12% del IVA sobre sus compras más modestas, exceptuadas las de la Canasta Básica. Vale decir: los pobres, incluso aquellos con tan bajos ingresos que no califican para tributar Impuesto sobre la Renta, pagan la rebaja de tarifas de que disfrutan los ricos. El IVA es un impuesto neoliberal y viola el principio de progresividad del artículo 316 de la constitución, según el cual debe pagar más impuesto quien goce de mayores ingresos.
¿Y los extranjeros, pagarán impuestos?
Si resulta desmoralizante que los pobres paguen 12% de IVA para compensar la histórica reducción de 16% de tarifas tributarias para los ricos ¿Cómo expresar lo que sentimos los contribuyentes venezolanos que debemos cancelar mayores impuestos para compensar el hecho de que transnacionales y ciudadanos extranjeros que obtienen ganancias en Venezuela NO PAGAN IMPUESTOS sobre ellas, o pagan tarifas no mayores de 10%, gracias a los infames “Tratados contra la Doble Tributación”? En artículo anterior demostramos que, en virtud de que la participación de las transnacionales en el PIB no petrolero es de 55%, el sacrificio fiscal por los impuestos que no pagan en virtud de estos convenios inconcebiblemente dispendiosos será este año de US$ 17.875.000.000. Si no regaláramos esta suma a los Fiscos de países hegemónicos que a veces nos agreden y desestabilizan, ella bastaría para compensar la pérdida de ingresos petroleros, y mantener la inversión social y la reproductiva sin devaluar, aumentar impuestos ni crear nueva Deuda. Si todos pagan impuestos, no habrá crisis para nadie.
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