Qué ventarrón de juventud
fractura la tumba en el cementerio de Highgate, qué perturbación o qué lucidez
posee a sepultureros o dolientes que ven correr entre cipreses unos a un vivaz
anciano, otros a un ágil muchacho, algunos a un poeta, muchos a un enamorado o
un niño.
Cuál de éstos garabatea en criptas del saber exquisito y despeñaderos de abstracciones inútiles las fulminantes
sentencias: "Los filósofos no han hecho más que interpretar de diversas
formas el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo". “La
filosofía tiene la misma relación con el estudio del mundo real que la
masturbación con el amor sexual”. "La religión, en cuanto eco ideológico,
es la conciencia invertida de un mundo invertido." "La religión es el
opio del pueblo."
Qué
blasfema mano inscribe en las murallas del panteón de los ídolos el relámpago
del grafito que truena: "El hombre es el ser supremo para el
hombre."
Qué
lenguaje es éste, que profiere: “Las ideas no existen independientemente del
lenguaje”.
Quién
trazó la pancarta con la que las masas desesperadas insurgen contra el
desempleo, el desalojo, la pérdida de derechos sociales:"La peor lucha es la
que no se hace."
Ya
lo espían las cámaras de vigilancia de sistemas putrefactos que se desploman
ante las trompetas de la Razón :
“Todo lo sólido se disuelve en el aire, todo lo santo es profanado, y el hombre
al fin es obligado a enfrentar con sus sentidos sobrios sus condiciones reales
de vida, y las relaciones con su especie.”
Será quizá el mismo jovencito que
ante empresas cerradas, trabajadores desalojados, campamentos de indignados arenga: “La competencia, cada vez más
aguda, desatada entre la burguesía, y las crisis comerciales que desencadena,
hacen cada vez más inseguro el salario del obrero; los progresos incesantes y
cada día más veloces del maquinismo aumentan gradualmente la inseguridad de su
existencia; las colisiones entre obreros y burgueses aislados van tomando el
carácter, cada vez más señalado, de colisiones entre dos clases”. “Pero toda lucha de clases es una lucha
política”.
Ya
no hay paz en las superfábricas tercerizadas con obreros robotizados, en las
abigarradas maquilas, en los latifundios donde los espaldas mojadas resultan
más baratos que las máquinas; agitadores
que se adueñan de los micrófonos gritan: “El trabajador solo siente que existe
fuera de su trabajo, y en su trabajo se siente fuera de sí mismo”.
En
cada engranaje, en cada herramienta, en cada cheque el subversivo ha escrito:
”El capital es trabajo muerto, y al igual que un vampiro, sólo vive chupando
trabajo viviente, y vive más mientras más trabajo sorbe.”
Las
marejadas humanas que protestan ante
bolsas de valores fracturadas y cadenas de bancos quebrados corean: “En la
sociedad burguesa el capital es independiente y tiene personalidad, mientras
que la persona viva es dependiente y no tiene individualidad.”
Cuál es la mano temeraria que escribe en los estantes de supermercados
y centros de consumo desiertos: "La desvalorización del mundo humano crece
en razón directa de la valorización del mundo de las cosas". “La producción de demasiadas cosas útiles se convierte en
demasiadas personas inútiles”.
En computadoras hackeadas de los Tanques de Pensamiento
del Imperio, de cuerpos de seguridad
travestidos de aparatos culturales, de
redes monopólicas de medios y de
agencias de manipulación motivacional e institutos de espionaje
sociológico centellean verdades: “El
modo de producción de la vida material determina los procesos sociales,
políticos e intelectuales en general. No es la conciencia de los hombres lo que
determina su ser; por el contrario, es su ser social lo que determina su
conciencia”. “Las ideas de la
clase dominante son en cada época las ideas dominantes, es decir, la clase que
ejerce el poder material dominante en la sociedad es, al mismo tiempo, su poder
espiritual dominante”.
Ante editoriales de moda, sobre ensambladoras de best sellers desechables,
entre factorías de guiones y supermonopolios de la publicidad, escriben en
la pared manos conocidas: “El escritor
tiene que ganar dinero para poder vivir y escribir, pero no debe, de ninguna
manera, vivir y escribir con el fin de ganar dinero”.
Allá van
ecologistas y conservacionistas acostándose ante los tractores de las
transnacionales, escudándose apenas con volantes que citan: “El desarrollo de
la civilización y la industria en general siempre se ha mostrado tan activo en
la destrucción de los bosques que todo lo que se ha hecho para su conservación
y producción es completamente insignificante en comparación”.
Ante uniones feministas y ligas de género grita: “Todo el que conoce
algo de historia sabe también que las grandes revoluciones sociales son
imposibles sin el fermento femenino. El progreso social puede ser medido en
forma precisa por la posición social del bello sexo (incluídas las feas)”.
Frente
a las tropas mercenarias que desmantelan
países, ante los Pentágonos y Estados Mayores, por sobre los antros del
Complejo Militar Industrial, ante las selvas de esmeralda, de concreto o de
arena donde se refugian las
resistencias, disemina el manifiesto que truena: “Está claro que el arma de la
crítica no puede reemplazar la crítica de las armas. La fuerza material puede
ser sólo derrocada por la fuerza material, pero la teoría misma se convierte en
una fuerza material cuando posee a las masas”.
En
las puertas de Comités Centrales, en los
corredores de partidocracias, en el cogollo de las mafias inextricables de
las Nomenklaturas, en las covachas de los anarquistas aparecen panfletos que citan: “Cuando Engels y yo nos
unimos a la Sociedad Secreta
Comunista lo hicimos a condición de que todo lo que alentara la supersticiosa
creencia en la autoridad fuera removido de los estatutos”.
En
las aglomeraciones de indigentes, en los jubilosos tumultos de los insurrectos,
en las marchas de los desposeídos, en los motines de los marginales ondean las
pancartas que afirman: “La necesidad es ciega hasta que se vuelve consciente.
La libertad es la conciencia de la necesidad.”
Es
uno, o dos, o mil millones. A cada instante se multiplican por el cuadrado de
la potencia de sí mismos: "El hombre es un ser que sólo se realizará, que
sólo será él mismo, en la sociedad revolucionaria”.Creyeron
enterrarlo y nunca había muerto: “Toda emancipación es una restauración del mundo de la humanidad y de
las relaciones de la humanidad con el hombre mismo”.
Sólo vive
aquél cuyo intelecto sigue funcionando, explica y predice, actúa como una
fuerza. Al saber que la libertad de cada cual será la condición de la libertad
de todos reviven quienes vivían como muertos, comienzan a existir para sí
quienes vivían para otros: ya no es distinto el pensamiento de la palabra, ni
ésta de la acción. En el tumulto se confunden las voces para no callar jamás: “El comunismo… es la genuina solución del antagonismo
entre hombre y naturaleza y entre el hombre y el hombre, la verdadera solución
del conflicto entre existencia y esencia, objetificación y autoafirmación,
libertad y necesidad, individuo y especie. Es el acertijo de la historia
resuelto que sabe que él mismo es la solución”… “Proletarios de todos los
países, uníos”… “No tenéis nada que perder, salvo vuestras cadenas”…
(TEXTO/IMÁGENES: LUIS BRITTO)
CONSULTE TAMBIÉN:
http://luisbrittogarcia.blogspot.com
DESCARGUE
LOS LIBROS DE LUIS BRITTO EN INTERNET:
Rajatabla: www.monteavila.gob.ve
Dictadura Mediática en Venezuela: www.minci.gob.ve
La invasión paramilitar: Operación Daktari: www.minci.gob.ve
Socialismo del Tercer Milenio: http://www.monteavila.gob.ve/mae/pdf/socialismo-tercer-milenio.pdf
El Imperio Contracultural: del Rock a la Postmodernidad :
El pensamiento
del Libertador: Economía y Sociedad:
No hay comentarios:
Publicar un comentario