Por qué no reconocer el Imperio de la Pasión, por qué disimular los sentimientos, por qué tan dolorosamente esperar sin ser correspondido. Al fin se decreta el Día del Enamorado más sincero, el que ya ha alcanzado el objeto de su amor, del cual nunca se separa: el Enamorado de Sí Mismo. Ningún amor más verdadero que el suyo. Es quien más conoce su objeto, quien más tiempo lleva conociéndolo, quien sabe de sus defectos y sin embargo lo ama. Pocos han sido los desvíos de esta pasión, mas el amante sabe perdonarlos. De cada uno de ellos sale el amor a sí mismo fortalecido. Cada día se descubre una nueva perfección, un nuevo arrobo. Surge así el negociado de las tarjetas sentimentales que los amantes se dirigen a sí mismos, el mercadeo de los presentes inútiles, las floristerías que envían suntuosos ramos al mismo que los encarga, la desesperación cuando la mayor tragedia sucede y el amor propio no es correspondido. Allí reside la causa fundamental de los suicidios. Quizá la muerte de Dios tenga igual causa. Como el amor a sí mismo es estéril, la humanidad termina por extinguirse.
DESMEMORIADOS
Los eruditos desentierran un fragmento olvidado de la Divina Comedia que revela que Dante previó un Círculo adicional en los infiernos. En círculos caminan entre nieblas aquellos que no recuerdan por qué pecados los castigan. Aquél alega que no puede padecer tormento por lo que no sabe. El otro aduce que si no tienen memoria de sus momentos felices, menos deben serles recordados los desdichados. La inmensa mayoría refunfuña que si con el tiempo lo vivido se borra, con mayor razón a lo largo de la eternidad acabarán todos no sabiendo por qué están allí ni con qué objeto. El castigo es asimismo remedo del pecado. Podríamos presumir que la mayoría son artistas que creen haber tenido una idea genial que se les ha escapado. Muchos deploran la volubilidad de los sueños y creen estar soñando uno que también se desvanecerá al despertar. Otros deploran no saber el nombre de una joven que alguna vez desearon. Quizá la mayoría paga por haber olvidado un amor, o porque un amor lo ha olvidado. De no haber perdido la memoria, la totalidad creería estar de nuevo en la escuela, tragando grueso ante un examen del cual no saben las respuestas. Otro dice que pagan pecados de existencias anteriores incontables. Todas las han olvidado. Lo mismo pasa en el cielo, donde la mayoría no tiene idea de cómo se lo ganaron. A ninguno se le ocurre que quizá Dios, que ha creado aquél laberinto de expiación, haya perdido la memoria.
PASIONES
Se crea la medicina que produce o cura el mal de amores pero sin resultados ya que no queremos estar enamorados porque es un estado de zozobra del alma y cuando estamos enamorados no queremos dejar de estarlo por más que el alma zozobra.
Inventan la droga que hace que cualquier ser deseado se enamore de nosotros y desde entonces somos infelices porque no sabemos si nos aman por nosotros o por efectos de la droga.
Se generaliza la clonación y vivimos desesperados porque no podemos decidir a cuál de los clones del ser amado amamos ni a cual de nuestros clones ama.
Se legalizan los matrimonios por amor y éstos son como el amor, múltiples, simultáneos, fugaces.
Todas las artes puentes hacia el amor que nos hace indiferentes al arte.
El amor y el interés se fueron al campo un día, pero cada uno disfrazado del otro de manera que el combate no se decide todavía.
El amor que busca ser correspondido es interés y amor el interés correspondido.
Decretan la frustración de los amores porque el único amor eterno es el contrariado.
El desamor provocó que la primera célula se dividiera dando origen a la diversidad de los reinos y de las especies y ahora el amor hace que todas las células del mundo se vayan uniendo hasta que todos quedemos fundidos en una célula única indivisible.
PD: En la FILVEN 2012 Monte Ávila presentará la Biblioteca Luis Britto García y Ayacucho la edición definitiva de una de sus novelas.
(FOTO/TEXTO: LBG).
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