domingo, 25 de enero de 2009


7
Se nos dice que en la Shoa (el Holocausto) fueron deportados y perecieron cinco millones de judíos; se culpa de esta atrocidad a quienes pretendieron ignorarla o nada hicieron ante ella, y se los obliga a resarcir los daños. Según Naciones Unidas, para 2002 de 8.270.509 palestinos, 5.248.186 eran refugiados; dos tercios del total, distribuidos entre los países árabes y el resto del globo. Suman la tercera parte de los refugiados del mundo; la mitad son niños menores de 15 años. Tras la Nakba (la ocupación israelí de Palestina en 1948) Israel confiscó sus propiedades. Se los mata u hostiga y bombardea para obligarlos a huir cada vez más lejos. Nadie ignora este Holocausto; nadie puede disculpar su indiferencia; nadie indemniza a sus víctimas. En El País, el caricaturista “El Roto” dibuja una horrible fosa negra, y una figurita humana que dice: “Aquí yacen 1.500 palestinos y la imagen de Israel”. No es como para echarles tierra.
8
Camino por el desierto de escombros donde hubo una ciudad. Despierto en el hotelito de Beirut y sé que esa Caracas devastada es quizá un sueño. Los venezolanos tenemos las mayores reservas de hidrocarburos del hemisferio; un país vecino mantiene sobre las armas medio millón de efectivos, está sembrado de bases estadounidenses, sus paramilitares cobran vacuna, instalan casinos y asesinan dirigentes sindicales de un extremo a otro de Venezuela. Personas con dobles o triples nacionalidades pueden hacer nuestras leyes, gobernarnos, juzgarnos y dirigir nuestros cuerpos de Defensa. Hemos dado todo a quienes podrían dejarnos sin nada. En la terrible hora que se avecina, quién nos recibirá.
(Texto/fotos: Luis Britto)

2 comentarios:

Tabita dijo...

Gracias por compartir tus textos.

jens peter jensen silva dijo...

es impresionante esta crónica de la cotidianeidad del espanto.