Primer round: Doctrina Calvo
Ganamos la pelea contra Exxon desde 1868, cuando el internacionalista argentino Carlos Calvo, indignado por la invasión de Francia e Inglaterra contra México, sostuvo que: 1) Los Estados no pueden ingerirse en los asuntos de otros, en virtud del principio de igualdad entre ellos 2) los extranjeros no pueden gozar de mayores derechos y privilegios que los nacionales, 2) y empresas y ciudadanos extranjeros deben solucionar sus controversias ante los tribunales internos del Estado territorial donde están establecidos. Países como Bolivia, Honduras y Venezuela, incluyeron en sus constituciones y legislaciones la “Cláusula Calvo”, que impone a los inversionistas extranjeros dirimir las controversias sobre sus contratos con entes públicos única y exclusivamente en los tribunales del Estado receptor y de acuerdo con las leyes de éste.
Segundo round: Constituciones blindadas
Venezuela estaba blindada contra tribunales o juntas arbitrales extranjeras por lo menos desde la Constitución sancionada el 21 de junio de 1893, que establece en su artículo 149: “Ningún contrato de interés público celebrado por el Gobierno Nacional o por el de los Estados podrá ser traspasado, en todo o en parte, a gobierno extranjeros. En todo contrato de interés público se establecerá la cláusula de que: ‘Las dudas y controversias de cualquier naturaleza que puedan suscitarse sobre su inteligencia y ejecución, serán decididas por los Tribunales venezolanos y conforme con las leyes de la República, sin que puedan tales contratos ser, en ningún caso, motivo de reclamaciones internacionales”. Hasta 1961, todas nuestras constituciones incorporaron una norma similar.
Ganamos la pelea contra Exxon desde 1868, cuando el internacionalista argentino Carlos Calvo, indignado por la invasión de Francia e Inglaterra contra México, sostuvo que: 1) Los Estados no pueden ingerirse en los asuntos de otros, en virtud del principio de igualdad entre ellos 2) los extranjeros no pueden gozar de mayores derechos y privilegios que los nacionales, 2) y empresas y ciudadanos extranjeros deben solucionar sus controversias ante los tribunales internos del Estado territorial donde están establecidos. Países como Bolivia, Honduras y Venezuela, incluyeron en sus constituciones y legislaciones la “Cláusula Calvo”, que impone a los inversionistas extranjeros dirimir las controversias sobre sus contratos con entes públicos única y exclusivamente en los tribunales del Estado receptor y de acuerdo con las leyes de éste.
Segundo round: Constituciones blindadas
Venezuela estaba blindada contra tribunales o juntas arbitrales extranjeras por lo menos desde la Constitución sancionada el 21 de junio de 1893, que establece en su artículo 149: “Ningún contrato de interés público celebrado por el Gobierno Nacional o por el de los Estados podrá ser traspasado, en todo o en parte, a gobierno extranjeros. En todo contrato de interés público se establecerá la cláusula de que: ‘Las dudas y controversias de cualquier naturaleza que puedan suscitarse sobre su inteligencia y ejecución, serán decididas por los Tribunales venezolanos y conforme con las leyes de la República, sin que puedan tales contratos ser, en ningún caso, motivo de reclamaciones internacionales”. Hasta 1961, todas nuestras constituciones incorporaron una norma similar.
Estoy plenamente de acuerdo con su interpretación de las motivaciones y fines de la insaciable e imperial conducta de la Exxon . Es obvia, además, la participación tutorial del Departamento de Estado norteamericano en este caso, que se acerca mas al terrorismo judicial que a una agresión económica. Sin embargo, y lamentablemente, este conflicto internacional, coincide con algunas manifestaciones de acontecimientos nacional interno, simple política domestica, que pensamos son torpemente manejados por Chávez y consiguientemente ayuda a fortalecer la campaña colonialista adelantada por Globovision y demás cómplices de las transnacionales. Ante una denuncia, que asoma la presunción de un acto de corrupción por un alto funcionario publico, mayor de edad, con cedula en mano y de este domicilio, este no sale al ruedo, da la cara y pide su investigación, sino que por mampuestos sale un bombardeo de descalificaciones políticas y personales contra el denunciante. El presidente, al día siguiente, desde un acto publico del PSUV, dice al respecto, lo mismo que hubiese dicho Gonzalo Barrios frente a una situación similar: la unidad es más importante que nuestra vida misma. Es decir, la unidad esta por encima de la verdad. Independientemente, en este caso, de si hubo o no corrupción. Mi sentimiento, mejor dicho, mi percepción: la Revolución Bolivariana se fosilizó antes de cumplir los 10 annos de vida…a alguien le oí decir mientras escuchábamos la intervención de Chávez: “es que este país hay mucho cobre”…y me produjo escalofrió. Eso mismo se decía en tiempos que considerábamos idos para siempre. Otra cosita, mi respetado y admirado Luis Britto: alguien debería aclararle al presidente que esta honrando demasiado a los vende patria de este país cuando los llama apátridas. El apátrida no escoge ese destino, esa desgracia. Esa es una triste condicion que les es impuesta a los individuos por algunos Estados. Así, muchos venezolanos en diferentes épocas o situaciones hemos sido victima de esa condición como una acción u omisión del Estado venezolano. Pudiera dar un ejemplo muy reciente de tal victimización pero dada que la misma me afecto en lo personal no voy a abusar de su espacio para hacer un relato de la misma. Solo esto: a los que hemos sufrido la condicion de apátridas nos resulta muy ofensivo que así mismo se califique a los traidores, genuflexos y vende patrias. Reciba mis cordiales saludos y le reitero mi admiración y afecto, jl.
ResponderEliminarSaludos profesor Britto.
ResponderEliminarA nuestro pueblo le falta cultura crítica. Lamentablemente lo que escuchamos y vemos a través de los medios televisuales "es el mundo que existe, no otro," como decía Sartori.
Es un comentario que le he hecho a varias personas cercanas al gobierno: HAY QUE INFORMARLE A LA GENTE LAS REALIDADES QUE SUCEDEN EN NUESTRO PAÍS, TODO NO LO PUEDE HACER EL PRESIDENTE... Todo lo que sucede en estos momentos en Venezuela me recuerda un fragmento del libro Ernesto Cardenal en Cuba, que escribió este ilustre poeta y sacerdote nicaragüense, sobre los logros de la revolución cubana. El párrafo del que le hablo se relaciona con la existencia de los tribunales populares en Cuba, en los que se dirimían las causas por decirlo de alguna manera, de poca monta, y las campañas informativas internacionales expresaban en sus medios que eran tribunales que había creado Fidel Castro para juzgar y torturar a la disidencia. Pero creemos en una patria nueva, llena de valores y amor por nuestra tierra.
Me gustaría conversar con usted, soy periodista y la verdad hay que informar con disquisiciones con las suyas, a nuestro pueblo, lamentablemente con poca conciencia de este proceso inédito, menesteroso e histórico de vive Venezuela. Mi número telefónico es 0416/4618336, y mi correo electrónico
rafa29460@hotmail.com
Un abrazo.
Mí admirado profesor Britto, primero que todo: no tengo vocación ni formación para cazar gazapos, pero mi observación sobre el uso que hace el presidente del calificativo apátrida tiene más relación con la justicia y el honor que con la semántica. El diccionario de la Real Academia Española es escueto al respecto: “1. Adj. Dicho de una persona: Que carece de nacionalidad”. Wilkipedia, se ajusta a la interpretación legal que adoptó las Naciones Unidas en 1954: “Según la Convención sobre el estatuto de los apátridas de las Naciones Unidas de Nueva York del 28 de septiembre de 1954, un apátrida es Cualquier persona a la que ningún Estado considera destinatario de la aplicación de su legislación.”
ResponderEliminarLo que quiero corroborar es, que en ningún caso, el apátrida tiene la connotación del traidor a la patria o del cipayo. Gracias