Luis Britto García
¿Todo valor es
tiempo de trabajo humano? Así como toda revolución es humano reconocimiento
del valor del trabajo. La colmena está hecha de cera generada por abejas obreras: la sociedad, constituida
por la labor de los humanos. La miel es
arrebatada a las abejas por los apicultores, la ganancia o plusvalía es robada
a los trabajadores que la crean por los explotadores. El trabajador, que todo lo crea, apenas
recibe la nada suficiente para sobrevivir y seguir siendo explotado. Todos los
días se trabaja; sólo uno se dedica a celebrar a varios obreros que fueron
ejecutados por recordar que nada existiría sin el trabajo.
¿Cuántos trabajamos en Venezuela? Según las últimas cifras del Instituto Nacional de Estadísticas, para 2020 somos 33.080.156 compatriotas, de los cuales son población activa 24.875.477, es decir, 57,6 %. De ella se encuentran ocupados 13.189.819, desocupados 1.126.985, y cesantes 737.382. Un 57,6 % de población activa es un buen indicador para un país con altos porcentajes de niños y jóvenes.
¿Cómo se trabaja en Venezuela? Laboran en el sector formal 8.934.297 personas, y en el informal 6.081.572, el 40,5%. De cada diez trabajadores, algo más de cuatro operan en un mundo fantasma. Pues no hay un sector formal y otro informal: el informal es la cara inconfesable del formal. El trabajador “informal” es el eslabón oculto indispensable de un proceso productivo, tal como talleres de confección a destajo, o buhoneros que revenden la mercancía de los importadores de pacotilla.
¿Los informales son vagos? Nadie labora
más. Trabajadores informales, de las
maquilas y de las microempresas cumplen fases vitales de la producción o comercialización
de las multinacionales sin ser reconocidos como empleados de éstas, recibir salarios de ellas ni gozar de
protección jurídica.
¿Todos seremos informales? Peor aun:
seremos “flexibilizados”. Las astutas empresas se libran de toda obligación
laboral obligándote a registrarte como supuesta sociedad o a suscribir ficticios contratos de concesión
o de servicios. Fedecámaras propone el trabajo a destajo pagado por horas. Las
transnacionales consiguen Tratados contra la Doble Tributación y leyes que las exoneran de pagar impuestos. Que paguen
los trabajadores, que no necesitan comer.
¿Y los beneficios del trabajo formal? Desaparecen dondequiera. Lusinchi elevó la edad de la jubilación a 65
años para los hombres y 60 para las mujeres, cuando el promedio de vida era de
67,8. Argentina eliminó las jubilaciones del Estado. Caldera nombró una
Comisión Tripartita de Fedecámaras, el Ministerio del Trabajo y la CTV que a
cambio de nada te arrebató las prestaciones sociales y el derecho a doble
indemnización por despido injustificado. La Tatcher redujo a la indigencia a
los trabajadores ingleses. Macron acaba de subirle la edad de la jubilación a
los franceses.
¿Cómo se distribuye el producto de nuestro trabajo social? En 2021, el minoritario 20% de la población de mayores ingresos se apropió del 61% del ingreso total del país, vale decir, de casi las dos terceras partes de todo lo que producimos.
¿Ganarás el pan con el sudor de tu frente? El Centro de Documentación y Análisis Social de
la FVM: CENDAS-FVM, señala que la Canasta Alimentaria Familiar se ubicó para
enero de 2023en 486,87
$ , mientras que el salario mínimo es de 130 bolívares, lo cual
según la tasa de cambio del BCV equivale para entonces sólo a 6,33 dólares mensuales o sea unos 21 céntimos de dólar diarios, en una
economía de precios dolarizados.
¿A igual trabajo, igual salario? No para las mujeres, los
inmigrantes ilegales, los trabajadores de las maquilas sin derechos laborales. El
patrono te paga salarios del Tercer Mundo y cobra por lo que produces precios
del Primero.
¿Trabaja joven, sin cesar trabaja? Ni una sola de
las reivindicaciones laborales ha sido jamás considerada justa, beneficiosa ni
posible por el Capital y sus aliados. Salvo en los países socialistas, vacaciones,
jubilación, prestaciones sociales sólo han sido concedidas tras duras batallas.
Los asalariados conquistaron el derecho a la jornada de ocho horas. El tramposo
te nombró personal de confianza, para que labores sobretiempos interminables a
cambio de nada, cumplas doble y triple jornada y puedas ser despedido sin
causa. Ya viene la sociedad de las 24 horas, en la que trabajarás hasta dormido.
¿Y los sindicatos? Cuando te defienden,
los aniquila un Estado neoliberal, como pasó en Chile, Argentina, Uruguay,
Brasil y Bolivia durante los “procesos” militares. Cuando protegen a los patronos,
son destruidos por tu repudio, con porcentajes de rechazo de 50% a 51%, como pasó con la vieja CTV de Acción
Democrática.
¿No hay fondos para aumentar salarios?
Lamentablemente, ciertos indeseables agitan varitas mágicas que les adjudican el dinero que hubiera podido servir para mejorar los sueldos. Testimonia el Presidente Maduro que Cadivi otorgó 60.000 millones de dólares para importaciones fantasmas y empresas de maletín. Funcionarios de PDVSA y de la administración de criptomonedas se apropiaron de más de 3.500 millones de dólares. Entre el año pasado y el presente el Banco Central de Venezuela subastó sumas estimadas en unos 13.500 millones de dólares a magnates que probablemente las exportaron de inmediato. Como dicha institución mantiene una política de restricción monetaria, antes de cada subasta aumenta el circulante en bolívares, no vaya a ser que a los pobres potentados se les dificulte conseguir moneda nacional para pagar las preciadas divisas. Sin embargo, puede ser que el Primero de Mayo se otorgue un aumento de salario que desmienta a todos los que histéricamente sostienen que es imposible.¿No hay futuro? En todo el mundo se retiran o niegan los derechos laborales. En una década, posiblemente más de la mitad de los puestos de trabajo serán ocupados por máquinas; en tres, quizá todos. Sólo el socialismo podrá evitar el exterminio masivo de los trabajadores suplantados.
¿Sorpresas te da la vida? Los grupos sociales progresivamente excluidos de la protección jurídica terminan siéndolo también de la existencia. Las dirigencias que abandonan a las masas trabajadoras son abandonadas por ellas. En esta guerra avisada podría haber dos muertes, o ninguna. No digan que no se las anuncié.
TEXTO/FOTOS: LUIS BRITTO.