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En su novela El
juego de abalorios, Herman Hesse sueña una casa de estudios autónoma,
Castalia, con tal poderío que administra toda una provincia universitaria. Pero
el requisito para ingresar a su docencia
es renunciar a toda labor creativa. En Venezuela Castalia tiene un
nombre: el síndrome TMT (Todo Menos Tesis). Infinidad de profesores recurren a
todo tipo de excusas para no presentar trabajos de ascenso ni tesis de grado.
Con las honrosas excepciones del caso,
no hay textos nuevos ni
investigaciones trascendentes. Quizá las magras remuneraciones obligaban a los
docentes a rebuscarse en otros trabajos para sobrevivir. Quizá Castalia no tiene verdaderamente nada que
decir.
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En mi remota infancia, en la escuelita Antonio Ornés o
la Experimental
Venezuela o el Liceo
de Aplicación cada año puntualmente elegíamos Centros de Estudiantes. Bajo las
más horrendas dictaduras dábamos los educandos ejemplo de democracia. Hoy en
día, nueve (9) Universidades Nacionales autónomas están en mora en la
convocatoria de elecciones para sus autoridades: la UCV, la de los Andes y la del
Zulia desde 2012, la de Carabobo, la de Oriente, la Universidad Nacional
Abierta y la UPEL
desde 2009, la Centro Occidental desde mayo de
2013 la
Politécnica Antonio José de Sucre desde 2006 ¿Qué diría la oposición, que rige
muchos de esos centros, si el gobierno retrasara consultas electorales por uno,
cuatro o siete años?
3
Alegan los celestinos que una sentencia del Tribunal
Supremo de Justicia les impide convocar a elecciones. No leen, o creen que los venezolanos no saben leer. La sentencia 104 de 10 de agosto de
2011 del Tribunal Supremo de Justicia ordena todo lo contrario, es decir: convocar al Consejo Universitario
en 15 días hábiles, que éste en 30 días hábiles reforme el Reglamento de
Elecciones de la Universidad Central
de Venezuela y en 30 días hábiles más realice
las elecciones:
SEGUNDO: Se ORDENA a la Comisión Electoral
de la Universidad
Central de Venezuela, suspender cualquier proceso electoral
pautado, hasta tanto no se dicte el nuevo Reglamento de Elecciones
Universitarias.
TERCERO: Se ORDENA a la Rectora de la Universidad Central
de Venezuela, que en un lapso perentorio, que no podrá exceder de quince (15)
días hábiles de la
Universidad, contados a partir de la notificación del
presente fallo, proceda a convocar al Consejo Universitario, para que ese
órgano colegiado, dentro del lapso de treinta (30) días hábiles, reforme y
publique el Reglamento de Elecciones de la Universidad Central
de Venezuela, a fin de ajustar su contenido a las disposiciones de la vigente
Ley Orgánica de Educación y a las consideraciones emitidas por esta Sala.
CUARTO: Se ORDENA que una vez sea reformado
el Reglamento de Elecciones de la Universidad Central
de Venezuela, se convoque
al proceso de elecciones suspendido por esta Sala, en un lapso
perentorio, que no podrá exceder de treinta (30) días hábiles de la Universidad contados a
partir de la publicación del mencionado Reglamento en los medios oficiales y
habituales de la
Universidad.
Que
setenta y cinco días hábiles puedan ser transformados en más de un año de
retraso, o en cuatro o hasta siete años de mora en otras universidades que
pretextan excusas similares, es alegato propio de quienes no sólo no saben leer
sino tampoco contar. Plaga nuestros claustros el motorizado académico, que
piensa que la ley es para los otros y no para él, y ejerce la solidaridad
automática con todo el que la viola.
4
En mi remota adolescencia, el director del Liceo de
Aplicación, Miguel Ángel Pérez (hermano del entonces exiliado Carlos Andrés
Pérez) fue de aula en aula advirtiéndonos que si seguíamos manifestando contra
la dictadura, pondría el Liceo en manos del ministro de Relaciones Interiores.
Quienes frecuenten las páginas de Wikileaks se enterarán de que: “La rectora de la Universidad Central
de Venezuela, Cecilia García Arocha; la decana de la Facultad de Ciencias
Económicas y Sociales (FACES), Sara Levy, el vicerrector académico de la
universidad, Nicolás Bianco, y el vicerrector administrativo, Bernardo
Méndez, estuvieron entre las autoridades que acudieron a la Oficina de Asuntos
Públicos de la embajada estadounidense en Caracas, en agosto de 2009, a manifestar
preocupaciones por la Ley
Orgánica de Educación que estaba a punto de aprobarse” (…)
Según la embajada de Estados Unidos, "García Arocha indicó que la UCV lideraba un grupo de
educadores y estudiantes para intentar detener la aprobación de la Ley de Educación, de la cual
el ministro Héctor Navarro dijo que debía ser aprobada antes del inicio del
nuevo año escolar en septiembre" (http://wikileaks.org/cable/2009/08/09CARACAS1034.html). Ahora las autoridades docentes discuten sus
problemas, no con los payasos, sino con quien consideran amo del circo.
5
En el Presupuesto de la Universidad Central
de Venezuela para 2004, el último que he podido conseguir, se destina el 42 % a
“partidas no asignadas a programas”, es decir, no previstas para finalidades específicas. A la Enseñanza se destina
19,67%, a la
Investigación, 6,15%. Supongo que en otros institutos
autónomos se distribuirán los gastos en forma parecida. No me canso de insistir
en que esas cifras deberían estar en orden inverso: ante todo Investigación,
luego Docencia, residualmente administración. Para ese año hay 8.510 docentes,
8.364 empleados administrativos, 2.864 obreros. El personal de apoyo supera
ampliamente al docente: no se explica cómo descarga en él tareas netamente
administrativas, como transcribir notas o inscribir alumnos. Con tales
presupuestos, se explica que se atrase la rendición de cuentas, o que
dependencias como la Fundación Universitaria
o el Fondo de Jubilaciones y Pensiones la demoren indefinidamente. Señala la
cifra, decía Berthold Brecht, y pregunta.
6
¿Iluminará tantas penumbras conceder el voto paritario
a empleados, obreros y estudiantes de las universidades autónomas? ¿Desconoce
alguien que los primeros durante décadas han sido nombrados por las autoridades
conservadoras? ¿Ignora alguno que un discriminatorio filtro socioeconómico
reserva la mayoría de los cupos a niños lindos procedentes de institutos
privados, de clase media y alta e
ideología retrógrada? ¿Empleados, obreros o alumnos podrían decidir
acertadamente si incluir en el pensum la Metamatemática o
los Números Trascendentes? ¿Cuántos usarían su poder para otra cosa que para
afirmar privilegios?
7
Con plena conciencia de los problemas mencionados, el
gobierno comenzó sistemáticamente a
crear nuevas universidades llamadas Bolivarianas hasta elevar a 72 el número
total de institutos de estudios de tercer nivel, e incrementó la matrícula a
partir de 668.109 educandos en 1998 hasta 2.135.146 en 2007 (OPSU) y más de dos
millones y medio en la actualidad, para situarnos en el quinto lugar mundial y en el segundo en
América Latina de porcentaje de estudiantes de grado. En su inmensa mayoría éstos
estudian gratuitamente, mientras la matrícula en los institutos privados se
dispara a 35.000 bolívares por semestre. Esta decisiva ampliación del tercer nivel educativo plantea
novedosos retos. En primer lugar, reconocer la estabilidad de los docentes en
los nuevos institutos, y evitar algunos de los desvíos de las universidades
preexistentes. En segundo lugar, armonizar la oferta de carreras y de cupos con
las necesidades de los planes de desarrollo del país. En tercer lugar,
desterrar el ritual de la lección magistral para ejercicio memorístico y fábrica
de apuntes y reestructurar radicalmente los procesos de enseñanza y aprendizaje
como investigación conjunta del conocimiento aplicando a fondo los recursos de
la informática y la educación a distancia. En cuarto, redefinir derechos y deberes del graduado ante la
sociedad que le proporciona educación gratuita.
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En otros tiempos, las Universidades autónomas iniciaban
conflictos para cambiar el país; ahora los pretextan para no cambiar ellas
mismas. Ambos requieren radical transformación: convertir la Universidad en país y
el país en Universidad. No se lo logrará
con paros convocados por el primer gremio que reconoció al dictador Carmona, ni
regateando aumentos concedidos de antemano mientras se prolongan las
vacaciones. Lo único que se consigue así es lo que declara el afiche donde
aparecen Mariaco Machado y la rectora García Arocha exclamando: “Pierde tu
semestre ¡Ya nosotras nos graduamos!”
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