martes, 31 de julio de 2012

ADJETIVOS EN LUGAR DE OBJETIVOS


Conviene desmenuzar los programas de los políticos antes de que ellos nos desmenucen a nosotros. El análisis de los roles actanciales de Julien Algirdas Greimas postula que en todo texto aparecen los siguiente protagonistas o actantes: El Sujeto Deseante, el Objeto del Deseo, el Ayudante, el Oponente, el Destinador, el Destinatario. Observemos cómo figuran en el “Programa de gobierno” de Henrique Capriles Radonsky.


SUJETO DESEANTE INDEFINIDO

¿Quién desea? El Sujeto es el centro que define la narrativa. Especificarlo es definir el plan de acción; desdibujarlo es formular un programa indefinido. Mencionar clases sociales, proletariado, obreros, excluidos, movimientos sociales, organizaciones, es hablar claro. En el Programa de la oposición no se identifica un solo actor social preciso. Apenas se habla de “nosotros”, “las personas”, “todos” y “los venezolanos”, menciones que sugieren que quieren lo mismo un jornalero que el presidente de Fedecámaras, un conuquero que un estafador bancario. Un programa sin actores es un programa sin acciones.


OBJETO DEL DESEO INDETERMINADO

Lo que queremos nos define. El Programa de la oposición enuncia una lista de Objetos del Deseo (“Educación, Salud, Seguridad, Vivienda y Empleo”), pero no precisa ninguno. Nunca detalla cuántas escuelas, hospitales, módulos policiales, viviendas o plazas de trabajo creará ni de qué tipo ni a cuál costo. En el programa de la oposición sólo hay adjetivos en lugar de objetivos. Por ejemplo: las condiciones de desarrollo han de ser “óptimas”, los niños nacerán en un ambiente “apto”, se velará por la alimentación con políticas “específicas”, la vivienda será “de calidad”, los ambientes “seguros”, el acceso a los servicios públicos “confiable” el transporte público “eficiente, moderno, cómodo y seguro”. Tampoco nos ilustra con detalles sobre la Educación: menciona que las escuelas serán “de calidad” y “muchas”, con maestros “buenos” para que “nos ayude a ser mejores personas”. Puestos ya a especificar, afirman que el presupuesto universitario será “justo” y los programas culturales “variados, interesantes”. Tampoco se escatima exactitud para el deporte, cuya presencia será “activa”, para el empleo, del cual se nos permiten saber es que será “de calidad”, ni para la vida, la cual se explica que será “mejor”. Acerca de la economía no debemos preocuparnos: se nos asegura que sera “fuerte”, y que también será “fuerte” nuestra producción. La única escasez que debemos temer será la de adjetivos, pues los servicios médicos también serán, oh sorpresa, “de calidad”. Pero no faltarán redundancias, pues se nos garantiza “la igualdad de todos por igual ante la Ley”. Y abundarán incoherencias, círculos viciosos y faltas gramaticales, pues “Por eso el ciclo de la vida se convierte en un vehículo para que las personas puedan ver cómo todos podemos progresar según la etapa en la que se encuentren”. El Programa asegura que para cultivar estas perlas “hemos contado con la participación de expertos en todas las áreas para desarrollar una propuesta”. Mas bien parece que compraron una quincalla de adjetivos, y los usaron como expresión simbólica de cada problema que no saben cómo resolver.


SE DESCONOCE EL PARADERO DEL DADOR
Si en el Programa de la oposición hay tal ausencia flagrante de Qués, no es menor la deserción de Cómos. Ni en un solo caso se explica cuáles medios, recursos, fondos o estrategias se adoptarán para regalar tal aguacero de indefiniciones “de calidad”. Menos se revela Quién las dará. Apenas en el primer párrafo afirma que “Nosotros tenemos un plan”. Ese “Nosotros” no tiene nombre ni apellido. La omisión de precisiones sobre un actante siempre revela un problema ¿Por qué no nombrar a los partidos de oposición unidos en la MUD? Nadie confía en ellos ¿Por qué no mencionar a Fedecámaras? Nadie se identifica con ella ¿Por qué no mencionar a la Cuarta República? Si en cincuenta años nunca cumplió lo ofrecido, tampoco lo cumplirá ahora ¿Por qué no mencionar al candidato? Dígalo ahí.


AYUDANTE DESAPARECIDO

Así como no se identifica al Dador Desconocido, tampoco se dan pistas sobre quiénes lo ayudarán a donar las Dádivas Imprecisables. Se asegura que hubo “participación de expertos”, pero expertos en ocultar justamente lo que debían declarar.


OPONENTE INNOMBRABLE

Todo programa político define al Oponente a quien pretende vencer. Derrotarlo ofreciendo que se seguirán las políticas que el Oponente ya ha puesto en práctica con éxito no parece convincente. Lex Luthor pierde credibilidad en cuanto anuncia que destruirá a Superman ¿Por qué el Programa de Oposición no nombra al Oponente que pretende derrotar? Dígalo ahí, o mejor dígalo por qué no lo dice.


DESTINATARIO CLARO

Un programa en el cual no están claros ni Sujeto ni Objeto del Deseo ni Ayudante ni Oponente ni Dador debe bastar para poner claro al Destinatario. Como el profesor en el examen oral ante el estudiante que no hace más que divagar, el Destinatario tiene que decir: “Mucha generalidad… Múúúcha generalidad…”


Libros de Luis Britto en Internet:

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Dictadura mediática en Venezuela: www.minci.gob.ve

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