1.¿Será verdad que hay crisis?
Ante un diagnóstico terminal los afectados experimentan fases sucesivas: negación, depresión, cólera, negociación, aceptación. ¿Será verdad que el capitalismo está de pronóstico reservado? Si no se enteró de la caída mundial de las Bolsas, del colapso de los sistemas financieros y de la quiebra de las empresas automotrices, lea algunos diagnósticos de la Junta Médica: la Comisión Europea en Bélgica alertó que la UE encaraba una “profunda y prolongada recesión”, y predijo que su economía se contraería 1,8% en 2009, con perdida de 3,5 millones de empleos (David Jolly: “Europe is pushing for control of banks”, Herald Tribune, 20-1-09, p.1). En Francia en 2008 se registran 46.000 quiebras (Courrier Internacional, 15-1-09 p.48). A pesar de los auxilios financieros, el Royal Bank of Scotland acumula pérdidas de un 61% en un año; esfuma 31.000 millones de euros y arrastra en su debacle otras entidades, incluso las alemanas (Walter Oppenheimer: “Las pérdidas de RBS hunden la banca británica pese al nuevo plan de rescate”; El País, 20-1-09, p.20). La crisis financiera obliga a los bancos extranjeros a revisar su estrategia de implantación en China (Le Monde, 16-1-09, p.15). Sí: el enfermo no funciona sin terapia intensiva, e incluso es posible que ésta tampoco funcione. Christopher Wood alerta púdicamente en el Financial Times que “el modelo sueco es la mejor esperanza para los bancos occidentales”, advirtiendo que “la estrategia occidental hacia la crisis bancaria puede ser comparada con la política japonesa de los años noventa, la cual claramente no funcionó”. Traduzcamos el diagnóstico: el inservible modelo japonés y occidental consiste en seguir arrojando auxilios financieros al pozo sin fondo. El sueco, es la nacionalización (Financial Times; 20-1-2009, p.26). En alguna de las manifestaciones, ondea una banderola irónica frente a Wall Street: “Socialism saves capitalism”.
2.- ¿Bastará negarla para que se vaya?
Como negación, valgan las esclarecidas palabras de Sarkozy: “La crisis del capitalismo financiero no es la crisis del capitalismo (…) no conduce a la destrucción del capitalismo, sino a su moralización” (Le Monde 15-2-09, p.2). Como si dudara de la existencia de un capitalismo moral, o que no sea financiero, en la misma página Hervé Kempf recurre a la negación lingüística: descubre “El camino del postcapitalismo” mientras Hubert Védrine encuentra el mundo “post-americano”, bellas maneras de nombrar la sepultura sin mencionar el difunto (Hervé Kempf: “Le chemin du postcapitalisme”,15-1-2009, p.2).
2.-¿Era posible preverla?
El capitalismo, y quizá el mundo, entra en la fase sucesiva de la depresión. No sólo era posible anticiparla: también comprender que el capitalismo es la crisis misma. Marx anticipó que las crisis se deben a 1) la anarquía de la producción 2) en virtud de la cual la oferta rebasa la demanda relativa (la de quienes tienen una necesidad y dinero para satisfacerla) 3) por lo que la falta de demanda determina un excedente relativo de producción invendible y 4)la quiebra de los capitalistas más débiles. Según el economista Jean-Paul Fitoussi “la crisis financiera no es más que el síntoma de una crisis latente que existía desde los años 80 –una crisis de la repartición de ingresos: para mantener los niveles de consumo, fue necesario que hogares y Estados se endeudaran. Tal endeudamiento era pan bendito para el sistema financiero, el cual prestó a quienes no podían consumir más. Y fue allí que el desequilibrio financiero se reveló: no se puede prestar a quienes no pueden pagar” (Le Monde, 15-1-2009, p.2).
3-¿A quién beneficia?
La crisis intensifica la concentración del capital en el número cada vez menor de manos de cerca de un millar de transnacionales y un cuarto de millón de multimillonarios, quienes con ayuda de los Estados y los aparatos políticos y financieros compran las empresas quebradas por nada y descargan las pérdidas sobre los trabajadores. El Banco JP Morgan Chase devoró a Bear Stearns, liquidó al gigante Lehman Brothers y compró Washington Mutual, la mayor caja de ahorro de EEUU valuada en $140.000 000.000. Los financistas culpables del colapso se tragan $750.000.000.000 en auxilios financieros sin devolver un dólar a los estafados. Desde octubre de 2008 Gran Bretaña acuerda 471.000.000.000 libras en auxilios a sus bancos, sin llegar al fondo del pozo (“U.K. boost aid to banks as RBS reveals enormous loss”; The Wall Street Journal, 20-1-09, p.36). Sarkozy advierte a los banqueros franceses que deben renunciar a sus “bonus” en 2009 como compensación por el sostén financiero del Estado; les implora ser “razonables” al gastar dividendos, y promete no abandonar a las automotrices (Le Figaro, 16-1-09, p.1).
Ante un diagnóstico terminal los afectados experimentan fases sucesivas: negación, depresión, cólera, negociación, aceptación. ¿Será verdad que el capitalismo está de pronóstico reservado? Si no se enteró de la caída mundial de las Bolsas, del colapso de los sistemas financieros y de la quiebra de las empresas automotrices, lea algunos diagnósticos de la Junta Médica: la Comisión Europea en Bélgica alertó que la UE encaraba una “profunda y prolongada recesión”, y predijo que su economía se contraería 1,8% en 2009, con perdida de 3,5 millones de empleos (David Jolly: “Europe is pushing for control of banks”, Herald Tribune, 20-1-09, p.1). En Francia en 2008 se registran 46.000 quiebras (Courrier Internacional, 15-1-09 p.48). A pesar de los auxilios financieros, el Royal Bank of Scotland acumula pérdidas de un 61% en un año; esfuma 31.000 millones de euros y arrastra en su debacle otras entidades, incluso las alemanas (Walter Oppenheimer: “Las pérdidas de RBS hunden la banca británica pese al nuevo plan de rescate”; El País, 20-1-09, p.20). La crisis financiera obliga a los bancos extranjeros a revisar su estrategia de implantación en China (Le Monde, 16-1-09, p.15). Sí: el enfermo no funciona sin terapia intensiva, e incluso es posible que ésta tampoco funcione. Christopher Wood alerta púdicamente en el Financial Times que “el modelo sueco es la mejor esperanza para los bancos occidentales”, advirtiendo que “la estrategia occidental hacia la crisis bancaria puede ser comparada con la política japonesa de los años noventa, la cual claramente no funcionó”. Traduzcamos el diagnóstico: el inservible modelo japonés y occidental consiste en seguir arrojando auxilios financieros al pozo sin fondo. El sueco, es la nacionalización (Financial Times; 20-1-2009, p.26). En alguna de las manifestaciones, ondea una banderola irónica frente a Wall Street: “Socialism saves capitalism”.
2.- ¿Bastará negarla para que se vaya?
Como negación, valgan las esclarecidas palabras de Sarkozy: “La crisis del capitalismo financiero no es la crisis del capitalismo (…) no conduce a la destrucción del capitalismo, sino a su moralización” (Le Monde 15-2-09, p.2). Como si dudara de la existencia de un capitalismo moral, o que no sea financiero, en la misma página Hervé Kempf recurre a la negación lingüística: descubre “El camino del postcapitalismo” mientras Hubert Védrine encuentra el mundo “post-americano”, bellas maneras de nombrar la sepultura sin mencionar el difunto (Hervé Kempf: “Le chemin du postcapitalisme”,15-1-2009, p.2).
2.-¿Era posible preverla?
El capitalismo, y quizá el mundo, entra en la fase sucesiva de la depresión. No sólo era posible anticiparla: también comprender que el capitalismo es la crisis misma. Marx anticipó que las crisis se deben a 1) la anarquía de la producción 2) en virtud de la cual la oferta rebasa la demanda relativa (la de quienes tienen una necesidad y dinero para satisfacerla) 3) por lo que la falta de demanda determina un excedente relativo de producción invendible y 4)la quiebra de los capitalistas más débiles. Según el economista Jean-Paul Fitoussi “la crisis financiera no es más que el síntoma de una crisis latente que existía desde los años 80 –una crisis de la repartición de ingresos: para mantener los niveles de consumo, fue necesario que hogares y Estados se endeudaran. Tal endeudamiento era pan bendito para el sistema financiero, el cual prestó a quienes no podían consumir más. Y fue allí que el desequilibrio financiero se reveló: no se puede prestar a quienes no pueden pagar” (Le Monde, 15-1-2009, p.2).
3-¿A quién beneficia?
La crisis intensifica la concentración del capital en el número cada vez menor de manos de cerca de un millar de transnacionales y un cuarto de millón de multimillonarios, quienes con ayuda de los Estados y los aparatos políticos y financieros compran las empresas quebradas por nada y descargan las pérdidas sobre los trabajadores. El Banco JP Morgan Chase devoró a Bear Stearns, liquidó al gigante Lehman Brothers y compró Washington Mutual, la mayor caja de ahorro de EEUU valuada en $140.000 000.000. Los financistas culpables del colapso se tragan $750.000.000.000 en auxilios financieros sin devolver un dólar a los estafados. Desde octubre de 2008 Gran Bretaña acuerda 471.000.000.000 libras en auxilios a sus bancos, sin llegar al fondo del pozo (“U.K. boost aid to banks as RBS reveals enormous loss”; The Wall Street Journal, 20-1-09, p.36). Sarkozy advierte a los banqueros franceses que deben renunciar a sus “bonus” en 2009 como compensación por el sostén financiero del Estado; les implora ser “razonables” al gastar dividendos, y promete no abandonar a las automotrices (Le Figaro, 16-1-09, p.1).
4. ¿A quién perjudica?
Demostraron David Ricardo y Carlos Marx que todo valor económico es tiempo de trabajo humano: la crisis castiga a los 6.000 millones de habitantes de la Tierra que con su labor crean toda la riqueza, de los cuales ya 2.600 millones son pobres y 1.500 miserables. Para ellos 1) Disminuye la producción: en la Unión Europea, la producción industrial ha bajado 7,7% en los últimos doce meses; la recesión domina las cuatro grandes economías de la región, Alemania, Francia, Italia y España (Claude Guelaud: “Les dificultes économiques s´aggravent dans la zone euro”, Le Monde, 16-1-09, p.13). Por consiguiente 2) Se incrementa el desempleo, empeoran las condiciones laborales y la explotación El Departamento de Trabajo del gobierno de George W. Bush reportó que durante noviembre de 2008 se perdieron 533.000 puestos de trabajo. En Europa hay unos 17 millones de desempleados; se espera que en 2009 se perderán 3,5 millones de empleos y que el número de desempleados excederá de veinte millones. La Organización Internacional del Trabajo anuncia que en América Latina hay 15,7 millones de desempleados, y que en 2009 perderán sus empleos otros 2,4 millones de personas. 3) Disminuye el salario real mediante rebajas o inflación 4) Se agravan las medidas contra los trabajadores inmigrados 5) Suben los precios y se disparan los impuestos indispensables para pagar los auxilios financieros.
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