domingo, 31 de agosto de 2008


LA PALABRA JUSTA
Ofreció Jehová que si se encontraban diez justos en Sodoma y Gomorra, suspendería la lluvia de fuego dispuesta para incinerarlas. Presiento que diez palabras justas pueden salvar un texto de sus depravaciones, pero a veces no localizo ni una. En cada oración me salen al paso las sobrantes, las redundantes, las cacofónicas, las incoloras, las ambiguas, y las peores de todas, las de relleno. En la cárcel del diccionario busco la palabra justa, pero me elude como el grano de arena disimulado en el desierto. Igual que todo justo, teme pagar por los pecadores. Parece que todas las palabras justas las gastó Nietzsche en defensa de la injusticia. Una palabra justa puede expresar justamente algo que no lo sea.

ADVERTENCIA
Se ha determinado que a la oportunidad la pintan calva y que no se repite. La ocasión del amor perfecto y la de la obra maestra y la de la revolución no deben ser postergadas porque son una sola y porque sin ellas la vida transcurrida se hace abominable y la por transcurrir asimismo. Quizá sólo valen porque a su vez te dan la oportunidad de saber que estás vivo. Hay un museo de las oportunidades perdidas en donde cada una de ellas se va haciendo progresivamente más pesada hasta aplastarse y aplastarnos y por más que hagamos no podemos quitárnoslo de encima. El infierno es estar encerrado en él, y la única salida aprovecharlas.

VIENEN
Vienen aquí los de siempre. Vienen aquí los de nunca. Vienen acá los de nada. Vienen aquí los de jamás. Vienen aquí los de quiénes. Vienen acá los de cuáles. Vienen allá los de cuántos. Vienen acá sólo los solos. Vienen allí los ningunos. Vienen todos los idos.

BIOGRAFÍA
Ninguna otra cosa más ha hecho que firmar claudicaciones y llamarlas victorias.

PD: Román Chalbaud me exhibió el demo de la película que dirigió sobre Zamora, filmada según mi guión. Son dos horas magníficas. Espérenla para enero.

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