sábado, 26 de julio de 2008


Quisiera que alguno pudiera escucharlo
En esa elocuencia que las penas dan,
Y ver si es humano querer condenarlo
Por haber robado… ¡Un cacho de pan!
(Celedonio Flores: Pan)
Camino por una avenida Corrientes opacada por la niebla. En la acera de enfrente, dos linyeras recogen desechos de un edificio en construcción y los apilan en un remolque más grande que ellos. Aparece un camión casi más grande que la cuadra con policías que buscan aquí y allá y se marchan. Los linyeras huyen arrastrando el remolque. En el Buenos Aires cosmopolita, cartoneros de las Villas Miseria periféricas recogen desperdicios que revenderán a los traficantes de basura para comprar un trozo de pan. Mientras tanto, los estancieros derraman la leche en las carreteras, cortan el suministro de alimentos al país que se ha atrevido a votar contra ellos.

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