5
Las puertas se abrieron, y presentamos a la planta académica de la Moño Suelto High School, Dulce Rivero, Milagros Camejo, Yolanda Camacho, y la jovencísima investigadora en inmunología, Zully Cabrera. Juraría que fue Yolanda Camacho quien rompió el hielo al confesar el impacto de un Aula Magna repleta de bote en bote: “Yo les voy a confesar una cosa: estamos cagadas”. Zully demostró científicamente las ventajas del hombre a medias: quedarse con el hombre y dejarle a la esposa las medias, los calzoncillos, las camisas y las camisetas. Hice alguna disertación sobre la geometría amorosa, y de cómo el célebre triángulo se había ido complicando con los cuadrados, los pentágonos, los hexágonos y en general los polígonos amorosos, enredados con geometrías no euclidianas donde las vidas paralelas se encuentran y las rectas se comportan como curvas y viceversa. Después se vinieron abajo el Aula Magna y todo un mundo de valores cuando las Moño Suelto enunciaron su primer axioma amoroso: “Ante todo, nada de dignidad”.
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Con tal premisa, no debe extrañar que los requisitos para formar parte de la Moño Suelto High School fueran 1.Ser mayor de edad e indigna de nacimiento. 2.Amoral: los prejuicios pesan demasiado para llevarlos consigo. 3.Mala madre, mala esposa y mala hija. 4.Inteligentísima. Recuerdo apenas fragmentos de esa noche memorable cuando las Moño Suelto se burlaron de todas las preconcepciones sobre la relación entre los sexos. Para comenzar, las académicas confiesan que la High School “NACE POR UN HOMBRE: El amante de una de nosotras, subyugado por los excesivos cuidados, adulancia sin parar, comprensión a toda hora, cero reclamos, etc., nos dijo un día: Ustedes sí que son inteligentes ¿Por qué no fundan un instituto para enseñar a las demás mujeres a ver la vida sin rollos? (no los usamos ni para cogernos el pelo). Si mi mujer aprendiera, me divorciaría de ella y como premio, la pondría de amante”. Luego, vino la cosecha de axiomas escandalosos: “Un hombre imperfecto puede hacerla perfectamente infeliz”. Y para cerrar con broche de burla a la sumisión: “Los movimientos de liberación femenina han extinguido una especie importantísima en los valores de la pareja: La Adoración al Varón”.
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La Adoración no excluye la selectividad: Hombre que no baila bolero, no hace el amor bien. Hombre que anda cargando muchachos, no sabe dirección de hotel. Los dominocistas, los botiquineros, los fanáticos de los deportes y del lavado, entonación y pulitura del carro, no tienen compostura. Y en cuanto a los que sirven: Hombre mantenido, hace el amor divino. Por lo tanto: Mantén a tu hombre por sobre todas las cosas del mundo. Después vinieron temas terribles por su ironía: “Nuestro afamado Instituto, a través de su especializado personal, le ayudará a desarrollar ese espíritu de esclava que todas llevamos por dentro”. Y el tema más Innombrable de los Innombrables: “La espera”. A estas alturas, Pedro León Zapata, conmocionado, me decía en voz baja: ¡Oyes lo que están diciendo!
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Las Moño Suelto alcanzaron dimensión internacional al presentarse en octubre de 1988 en La Habana en un Festival del Humor dirigido por Virulo, donde tuve el honor de presentarlas. No sé si sería coincidencia pero a partir de la primera presentación de la Moño Suelto High School culminó el destape de costumbres que en Venezuela se había hecho esperar por tanto tiempo. Quien sabe cuántos venezolanos debemos nuestra felicidad o el recuerdo de ella a la prédica de las Moño Suelto sobre alguna bella y sutil cuestión de amores.
Las puertas se abrieron, y presentamos a la planta académica de la Moño Suelto High School, Dulce Rivero, Milagros Camejo, Yolanda Camacho, y la jovencísima investigadora en inmunología, Zully Cabrera. Juraría que fue Yolanda Camacho quien rompió el hielo al confesar el impacto de un Aula Magna repleta de bote en bote: “Yo les voy a confesar una cosa: estamos cagadas”. Zully demostró científicamente las ventajas del hombre a medias: quedarse con el hombre y dejarle a la esposa las medias, los calzoncillos, las camisas y las camisetas. Hice alguna disertación sobre la geometría amorosa, y de cómo el célebre triángulo se había ido complicando con los cuadrados, los pentágonos, los hexágonos y en general los polígonos amorosos, enredados con geometrías no euclidianas donde las vidas paralelas se encuentran y las rectas se comportan como curvas y viceversa. Después se vinieron abajo el Aula Magna y todo un mundo de valores cuando las Moño Suelto enunciaron su primer axioma amoroso: “Ante todo, nada de dignidad”.
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Con tal premisa, no debe extrañar que los requisitos para formar parte de la Moño Suelto High School fueran 1.Ser mayor de edad e indigna de nacimiento. 2.Amoral: los prejuicios pesan demasiado para llevarlos consigo. 3.Mala madre, mala esposa y mala hija. 4.Inteligentísima. Recuerdo apenas fragmentos de esa noche memorable cuando las Moño Suelto se burlaron de todas las preconcepciones sobre la relación entre los sexos. Para comenzar, las académicas confiesan que la High School “NACE POR UN HOMBRE: El amante de una de nosotras, subyugado por los excesivos cuidados, adulancia sin parar, comprensión a toda hora, cero reclamos, etc., nos dijo un día: Ustedes sí que son inteligentes ¿Por qué no fundan un instituto para enseñar a las demás mujeres a ver la vida sin rollos? (no los usamos ni para cogernos el pelo). Si mi mujer aprendiera, me divorciaría de ella y como premio, la pondría de amante”. Luego, vino la cosecha de axiomas escandalosos: “Un hombre imperfecto puede hacerla perfectamente infeliz”. Y para cerrar con broche de burla a la sumisión: “Los movimientos de liberación femenina han extinguido una especie importantísima en los valores de la pareja: La Adoración al Varón”.
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La Adoración no excluye la selectividad: Hombre que no baila bolero, no hace el amor bien. Hombre que anda cargando muchachos, no sabe dirección de hotel. Los dominocistas, los botiquineros, los fanáticos de los deportes y del lavado, entonación y pulitura del carro, no tienen compostura. Y en cuanto a los que sirven: Hombre mantenido, hace el amor divino. Por lo tanto: Mantén a tu hombre por sobre todas las cosas del mundo. Después vinieron temas terribles por su ironía: “Nuestro afamado Instituto, a través de su especializado personal, le ayudará a desarrollar ese espíritu de esclava que todas llevamos por dentro”. Y el tema más Innombrable de los Innombrables: “La espera”. A estas alturas, Pedro León Zapata, conmocionado, me decía en voz baja: ¡Oyes lo que están diciendo!
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Las Moño Suelto alcanzaron dimensión internacional al presentarse en octubre de 1988 en La Habana en un Festival del Humor dirigido por Virulo, donde tuve el honor de presentarlas. No sé si sería coincidencia pero a partir de la primera presentación de la Moño Suelto High School culminó el destape de costumbres que en Venezuela se había hecho esperar por tanto tiempo. Quien sabe cuántos venezolanos debemos nuestra felicidad o el recuerdo de ella a la prédica de las Moño Suelto sobre alguna bella y sutil cuestión de amores.
No me había enterado de este blog, porque no sabía nada de blogs, hasta que hace veintipico de días decidí hacer el mío y ahora entiendo que es un mundo aparte, demasiado divertido, pero que quita mucho tiempo del tiempo real.
ResponderEliminarComo siempre, como todas tus cosas, estos post están geniales. No te canses nunca y si puedes, danos la receta de cómo hacer que los días duren 42 horas.
Gracias.