viernes, 5 de diciembre de 2025

ESTADOS UNIDOS TIENE PETRÓLEO SÓLO PARA SEIS AÑOS

 Introducción a la ponencia Geopolítica del  Agotamiento de los Hidrocarburos, presentada ante el Centro del Pensamiento Estratégico de Turkiye, Ankara

Hidrokarbon Kaynaklarının Tükenişinin Jeopolitiği

https://www.sde.org.tr/analiz/hidrokarbon-kaynaklarinin-tukenisinin-jeopolitigi-haberi-61671


Luis Britto García

Petróleo, motor del mundo. El planeta se mueve con hidrocarburos. Sin ellos  no funcionarían automóviles, ni aeroplanos, la mayoría de los transportes acuáticos o terrestres, ni maquinarias cultivadoras y cosechadoras de alimentos, ni dispondríamos de plásticos, vías asfaltadas ni de gran parte de los insecticidas y fertilizantes. Una población mundial que sobrepasa los 8.000 millones de seres ya no puede regresar a la producción artesanal.

Aproximadamente el 87,4% de la energía que consume el planeta en la actulidad proviene del combustible fósil. Los hidrocarburos no son recursos naturales renovables. Para estimar la potencial duración de nuestro estilo civilizatorio actual debemos calcular sus reservas energéticas y el ritmo de consumo de ellas.

El “pico de los hidrocarburos”, a partir del cual estos se harán cada vez más escasos, difíciles de extraer y antieconómicos, ya está aquí. Materia tan compleja genera pronósticos disímiles, pero todos anticipan su proximidad. El Ministro de Finanzas ruso Vladimir Kolichev estima que “el pico del consumo bien podría haber pasado” (https://www.bloombergquint.com/markets/russia-starts-preparing-for-life-after-peak-fossil-fuels). British Petroleum calcula que nunca retornará al nivel de 2019, la marca más alta en la historia del petróleo. La compañía estatal Equinor de Noruega sitúa el derrumbe de la producción hacia 2027 o 28; la investigadora noruega Rystad Energy lo prevé para 2028; la francesa Total SA hacia 2030; la consultora McKinsey para 2033; el grupo Bloomberg NEF y los consultores Wood Mackenzie en 2035; la estimación más optimista es la de la OPEP, que lo fecha hacia 2040 (https://www.bloomberg.com/graphics/2020-peak-oil-era-is-suddenly-upon-us/).

A partir de ese óptimo “pico de los hidrocarburos” se estima que, en cuatro o cinco décadas, para extraerlos se hará necesario invertir más energía que la que estos producirán. Los países con mayores reservas serán los que más tardarán en llegar a este virtual agotamiento.

El país con mayores reservas probadas de petróleo es Venezuela, con 303.806 millones de barriles, y el segundo Arabia Saudita, con 260.000 millones de barriles. Rusia ocupa el octavo lugar en el rango mundial de reservas, con 80.000 millones de barriles, casi el doble de las de Estados Unidos, el mayor consumidor de hidrocarburos del mundo, que ocupa apenas el décimo lugar en reservas, con 47.053 millones de barriles.

La inmensa China se sitúa en el puesto 14, con 25.000 millones de barriles. La sigue Brasil, en el puesto 15, con 16.184 millones de barriles. La muy poblada India está en el puesto 22, con 2.625 millones de barriles. Y Sudáfrica en el rango 83, con 15 millones de barriles.

Tales cifras son aproximativas, y calculadas con pequeñas diferencias de años, pero ofrecen una visión general de las disponibilidades de una de las mayores fuentes de energía fósil. (https://es.wikipedia.org/wiki/Anexo:Pa%C3%ADses_por_reservas_probadas_de_petr%C3%B3leo)

Con la amable colaboración de Freddy Molina, Embajador de la República Bolivariana de Venezuela en Türkiye, acopiamos datos sobre Estados Unidos, país décimo en reservas, caracterizado por su voraz consumo de energía fósil y su necesidad de importar entre el 30% y el 35% de ella. En 2023 devoró en promedio unos 20,25 millones de barriles de petróleo diarios, unos 7,39 miles de millones de barriles al año. A mediados de 2025, según el U.S. Department of Energy, su reserva estratégica alcanzaba unos 410 millones de barriles. A fines de 2023 tenía en el subsuelo reservas probadas de petróleo crudo y condensados de unos 46,4 miles de millones de barriles.

Estas reservas probadas, a un ritmo de consumo de unos 20,25 millones de barriles diarios, apenas bastan para unos 2.290 días, o sea unos 6,3 años.

Por otro lado, la reserva estratégica de unos 410 millones de barriles daría solo para 20,2 días de consumo nacional al ritmo actual. (How much oil is consumed in the United States? U.S. Energy Information Administration (EIA) – FAQ: In 2023, average consumption ~20.25 millones de barriles al día. URL: https://www.eia.gov/tools/faqs/faq.php?id=33&t=6).

Se entiende la gravedad de estas cifras si se considera que, desde que el Presidente Richard Nixon declaró en 1971 que el dólar dejaba de estar  respaldado en oro, el valor de dicha divisa está sustentado en el “petrodólar”, vale decir, en  la presión militar y diplomática para que todas las compras y ventas de petróleo en el mundo sean efectuadas en dólares. No es sólo la economía productiva, el armamentismo  o el consumismo estadounidense lo que depende de la energía fósil: también descansa sobre ella la decreciente credibilidad de su moneda y su sistema financiero.

Tal es el motivo por la cual Estados Unidos, el mayor consumidor de energía fósil del mundo, ha agredido o apoyado la agresión contra los siete países de la célebre lista revelada en  2003 por el general Wesley Clark: Irak, Siria, Líbano, Libia, Irán, Somalia y Sudán, todos con petróleo o estratégicamente cercanos a países o yacimientos petrolíferos.


       Dos factores agravan la crítica situación estadounidense. En primer lugar, ni el gobierno ni la sociedad han realizado esfuerzos notables para aprovechar o desarrollar energías alternativas, como la eólica, la hidroeléctrica, la geotérmica o la fotovoltaica. Por el contrario, han  intensificado la agresión o las amenazas coercitivas contra los países productores de energía fósil, e incrementado el extractivismo interno resumido en la consigna de Trump: Drill, Baby, drill!

En segundo lugar, una desafortunada e insolente política externa los ha malquistado con sus más cercanos proveedores de energía fósil,  Canadá y México, y los distancia de algunos de sus anteriores aliados en el Cercano Oriente, como Qatar, agredido por Israel, o Arabia Saudita, descontenta con el sistema del petrodólar.

        Esta es la verdadera razón por la cual una desmesurada flota estadounidense con portaaviones, cazabombarderos  y submarinos nucleares  bloquea las costas de Venezuela y asesina tripulantes de diminutas  lanchas de pesca artesanal. La que fuera primera potencia militar del planeta ya no dispone de hidrocarburos para mantener su desmesurado consumo, su industria, su sistema productivo ni su aparato financiero, y trata una vez más de arrebatarlos por la fuerza bruta.

La Tercera Guerra Mundial podría arrancar  con el intento del latrocinio de la mayor reserva de hidrocarburos del planeta, para acapararla, dilapidarla  y destruir por inanición energética a los países que no dispongan de energía fósil propia.

El destino de la humanidad depende de que las limitadas reservas de energía fósil sean aplicadas para desarrollar en  paz energías alternativas que permitan la creación de un nuevo modelo civilizatorio.

TEXTO/FOTOS: LUIS BRITTO


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SDE Editör | 28 Kasım 2025

MUERE UN ASESINO DEL MAR

 

                                                         1

        El 29 de octubre de 1618 el verdugo de la Torre de Londres afila su hacha y sir Walter Ralegh aguza su pluma, arma a la que su amigo o quizá alter ego William Shakespeare considera más poderosa que la espada. El hierro intenta tronchar una cabeza que ha vivido mil existencias; la pluma, inscribir una leyenda que dure mil vidas. Alguna vez sentenció que “tan sólo la muerte puede hacer que el hombre se conozca de pronto a sí mismo”. ¿Pero quién es  Ralegh? Cortesano, poeta, historiador, alquimista, seductor, favorito de la Reina Elizabeth, navegante, pirata, esteta. En su último momento preocupa al anciano la madrugada otoñal, que quizá dará a sus enemigos la satisfacción de pensar que tiembla de miedo y no de frío. Ha compuesto hasta el acicalamiento su atavío de enlutado terciopelo, los versos de su epitafio, la arenga donde se confiesa “hombre lleno de toda vanidad, y he vivido vida pecadora, en todas las profesiones pecadoras, habiendo sido soldado, capitán del mar y cortesano, puestos todos de maldad y vicios”. Alguna vez versificó burlonamente que la vida es un drama de pasión, la tumba un telón, la vida comedia, y sólo la muerte seria. Prolijamente perfecciona ese último acto que definirá su personaje. En  la carta a su esposa Elizabeth Trockmorton, cuyo amor le costó perder el favor de la reina Elizabeth y quizá un reino, concluye:  I am  but dust. No soy más que polvo.

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            No más que polvo, o espuma, son ya los navegantes que consideraron al globo  botín, al prójimo  presa, al intelecto fábrica de coartadas. Sus cañones hundieron flotas; sus palabras hicieron aflorar imperios. Están de moda los escritores que no creen en el efecto social de la escritura. Sin embargo, el Imperio Británico fue creado por el compilador de relatos náuticos Richard Hakluyt; la América francófona por el predicador de colonias calvinistas Gaspar de Coligny. Hugo Grocio allanó a las Compañías Corsarias la vía de un dominio global al redactar su tratado sobre el Mar Libre para justificar la partición de un botín. Las fábulas doradistas de Ralegh nos costaron  Trinidad y la Guayana Esequiba. El converso Thomas Gage y el visionario John Milton instigaron a Oliverio Cromwell a una conquista de América que quedó en invasión de Jamaica.  La pluma que adula al forajido comparte el botín. Y la culpa.

                                                                                                                                                                    3                                                        

            Brújulas magnetizadas por el polo de su codicia, las plumas filibusteras raramente nos legan más que líricas diatribas sobre su apropiación de despojos.  “Paso a paso este tratado irá mostrando/ la vía a la fama, a la prueba del valor y el oro”, versifica abominablemente Francis Drake en su dedicatoria al relato sobre el descubrimiento de Newfounland de George Peckam. Ralegh se extasía ante una Guayana en la cual rocas y montañas son “tan brillantes que parecen maravillosamente ricas”. Lawrence Keymis augura el pillaje sobre ella proclamando en latín macarrónico que “Esta tierra/ oro y gemas tiene como hierba”. Gage se inspira reseñando que en un sólo día llegan a Portobelo más de doscientas mulas cargadas de plata. Escasamente discurre el intelecto filibustero sobre cosa distinta del reparto de tajadas. Difícilmente lo conmueve emoción diferente del temor de perderlas.

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            En cambio se escapa a sus víctimas alguna frase a la que el dolor hace feliz, o da apariencia de tal. Cristóbal Colón, tras huir de una flota de corsarios que lo acecha en  el Cabo de San Vicente, discierne hace medio milenio en Paria “señales certísimas de Paraíso”. En 1628 libra Diego Fernández de Serpa contra el corsario monsieur Rondon la primera batalla naval en aguas de Cubagua e inspira a Pedro de la Cadena el primer poema de tema venezolano: “Y assi le hizo señal que se rindiese/ y como nunca quiso, se afrontaron/ con crudo rompimiento las dos naves”.  También  registra en forma poética y erótica  el profuso Juan de Castellanos las violencias sacrílegas de Jacques Sore contra los margariteños en 1567: “Veréis aquí y allí lucir espadas/ de parte vencedores y vencidos/ vereis salir señoras destocadas/ y muchas sin reparo de vestidos”. Y Lope de Vega, que ha perdido un hermano en el desastre de la Invencible Armada, celebra la muerte de Drake con una Dragontea que parece proclama de comité de luto activo: “¡Qué bien te llorarán los peces mudos!/ que roen en el fondo tu litera/ al lastre mismo de tus tablas presos/ para gustar tus miserables huesos”.

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            No soy más que polvo, garrapatea Ralegh, y respira hondo para recitar claramente el acto final. Pide al verdugo que le muestre el filo, lo declara aguda medicina que cura todos los males. Declina la venda, pues si no teme al hierro, menos ha de temer su sombra. Rechaza consejo sobre cómo colocar la cabeza, pues poco importa la posición, si la voluntad es certera. ¿Espera aplausos? Quizá lo alivia el telón del hachazo. Ha representado de manera elegante el paradigma de una civilización dedicada a la inmolación planetaria en nombre de los supremos intereses del Yo: a la utopía de construir un destino perfecto a costa de todos los demás. Lo ha encarnado con brillantez, pero en abrumadora soledad, pues es un papel que exige reducir todos los espectadores a víctimas. La primera  su primogénito Watt, muerto de un alabardazo en el inútil ataque a Santo Tomé de Guayana. La segunda su amigo Lawrence Keymis, quien se suicida ante la deshonra de no haber podido hacer rico a su camarada. Luego las legiones de los degollados, de los ahogados, de los sacrificados a una prepotencia que consideraba indispensables zapatos enjoyados que costaban quinientas libras. De mil monstruos que han devorado al mundo en nombre del capital, sólo Ralegh le ha devuelto en pago un verso hermoso. Si puedes vivir sin necesidades, deja escrito en la última carta a su esposa, no te aflijas por nada más, pues el resto es vanidad.

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            Dos días después de la ejecución arranca en Europa el Halloween, cristianizado como Día de los Muertos. Para los diezmados caribes es el Akatokon kuriicharo, el día de Ioroska, el Señor de la Muerte, el amo de la más poderosa familia de la tierra. Al mismo tiempo se encienden los tambores de la Pascua Negra en toda la costa que William Hawkins, el cómplice de Ralegh, sembró de africanos secuestrados., y durante el vértigo de la orgía sagrada los siglos de la esclavitud y la codicia y la autoridad no son más que un sueño o un mal recuerdo. Los opresores y  sus adulantes  son apenas ceniza. La vida vuelve a ser Utopía, que es no tener más que amigos, o enemigos a los que se pueda  respetar como a amigos. No somos más que polvo. Quevedo o la Utopía corrigen: polvo serán, mas polvo enamorado.

    Renace la fiesta, el estado natural del hombre antes del pirata.

 


 TEXTO/FOTOS: LUIS BRITTO