Falsa reciprocidad entre desiguales
En tiempos de crisis regalar dinero a las transnacionales es un crimen. Los Acuerdos Multilaterales de Inversión, el Consenso de Washington, el ALCA tenían dos finalidades: expandir el capital de los países hegemónicos por todo el planeta, e inmunizarlo contra las legislaciones locales. Fracasados esos instrumentos globales, los países hegemónicos persiguen lo mismo mediante acuerdos bilaterales: Tratados de Libre Comercio y “Tratados contra la Doble Tributación”. Los primeros impiden a los países periféricos proteger sus industrias y productos; los segundos, inmunizan a las transnacionales contra los sistemas tributarios locales. En los Tratados de Libre Comercio, las partes renuncian a proteger sus economías, y las gigantescas industrias, la inmensa producción y el proteccionismo disimulado de las grandes potencias destruyen la economía de los países en desarrollo. Entre poderosos y débiles no hay igualdad.
Inmunidad tributaria para la inversión extranjera
Igualmente destructivos son los “Tratados contra la Doble Tributación” entre grandes potencias y países en vías de desarrollo. En ellos se sustituye el principio de territorialidad, en virtud del cual los contribuyentes pagan impuestos al Estado en cuyo territorio obtienen sus beneficios, por el de nacionalidad, según el cual las empresas y empresarios de un país que obtengan beneficios en el territorio de otro, pagarán los impuestos sobre tales beneficios en su país de origen. Dichos pactos favorecen a potencias desarrolladas, que tienen numerosas empresas en el extranjero, y gracias a ello ahora perciben los impuestos que éstas pagaban antes en el exterior. Así arruinan a los países subdesarrollados, que facilitan a los inversionistas extranjeros su territorio, sus recursos naturales, sus servicios públicos y la seguridad jurídica, así como la educación, la atención médica y la seguridad social de sus trabajadores, sin recibir tributos para costear tales cargas. Entre inversionistas y explotados no hay reciprocidad.
En tiempos de crisis regalar dinero a las transnacionales es un crimen. Los Acuerdos Multilaterales de Inversión, el Consenso de Washington, el ALCA tenían dos finalidades: expandir el capital de los países hegemónicos por todo el planeta, e inmunizarlo contra las legislaciones locales. Fracasados esos instrumentos globales, los países hegemónicos persiguen lo mismo mediante acuerdos bilaterales: Tratados de Libre Comercio y “Tratados contra la Doble Tributación”. Los primeros impiden a los países periféricos proteger sus industrias y productos; los segundos, inmunizan a las transnacionales contra los sistemas tributarios locales. En los Tratados de Libre Comercio, las partes renuncian a proteger sus economías, y las gigantescas industrias, la inmensa producción y el proteccionismo disimulado de las grandes potencias destruyen la economía de los países en desarrollo. Entre poderosos y débiles no hay igualdad.
Inmunidad tributaria para la inversión extranjera
Igualmente destructivos son los “Tratados contra la Doble Tributación” entre grandes potencias y países en vías de desarrollo. En ellos se sustituye el principio de territorialidad, en virtud del cual los contribuyentes pagan impuestos al Estado en cuyo territorio obtienen sus beneficios, por el de nacionalidad, según el cual las empresas y empresarios de un país que obtengan beneficios en el territorio de otro, pagarán los impuestos sobre tales beneficios en su país de origen. Dichos pactos favorecen a potencias desarrolladas, que tienen numerosas empresas en el extranjero, y gracias a ello ahora perciben los impuestos que éstas pagaban antes en el exterior. Así arruinan a los países subdesarrollados, que facilitan a los inversionistas extranjeros su territorio, sus recursos naturales, sus servicios públicos y la seguridad jurídica, así como la educación, la atención médica y la seguridad social de sus trabajadores, sin recibir tributos para costear tales cargas. Entre inversionistas y explotados no hay reciprocidad.
Sacrificio fiscal de los países pobres a favor de los ricos
Ante la suscripción del “Tratado contra la Doble Tributación” entre Estados Unidos y Venezuela en 1999, el ex superintendente tributario Humberto Prieto estimó “que el sacrificio fiscal inicial por la vigencia del acuerdo habría estado en 33,7 millardos de bolívares”. El economista Nagib Ayaach completó la estimación de la pérdida hasta el año 2002, y Paulino Núñez perfeccionó y actualizó dichos cálculos en la forma siguiente:
a) A fines del año 2000, como ejercicio de la Red Venezolana contra la Deuda a efectos de participar en el Foro Social Mundial 2001 de Porto Alegre (Brasil), se estimó, con base en cálculos propios conservadores, que el costo fiscal de dichos Tratados para la Nación ascendía a unos US$ 7.000 millones de dólares, basándose en las siguientes asunciones: * Producto Interno Bruto no petrolero = 70% del PIB nacional * Participación Empresas Transnacionales en nuestro PIB no petrolero = 55% del PIB no petrolero;
* Valor de nuestro PIB: 182.800.000.000 US$
Dicho cálculo del PIB usa la fórmula del PPP, (Purchase Price Parity: Paridad Internacional de Precios), fórmula de ajuste popularizada por The Economist; pero a valores locales reales, nuestro PIB es un 30% menos del estimado con el PPP. b)En el año 2000, la Nación tenía vigentes dieciséis (16) convenios contra la doble tributación, con Alemania, Barbados, Bélgica, Dinamarca, USA, Indonesia, Italia, México, Noruega, Holanda, Reino Unido, República Checa, Suecia, Suiza y Trinidad/Tobago. Para el cálculo estimado actual del costo fiscal de tales Convenios contra la Doble Tributación, tomamos en cuenta: 1) Desde el año 2000 al cierre de 2008, nuestro PIB(2) creció un 91.5%, a la cifra (E) de US$350.000.000.000; 2) Desde entonces, Venezuela suscribió 15 nuevos Convenios contra la Doble Tributación, con Austria, Belarus, Brasil, Canadá, Corea del Sur, Cuba, China, España, Francia, Kuwait, Malasia, Qatar y Rusia; 3) Se estima conservadoramente que estos nuevos convenios representan hoy un costo fiscal del 27% de los originarios, pero con mayor potencial de crecimiento, por estar suscritos con países con relaciones favorables recientes y economías afines a la de nuestro Proceso. 4) Considerando tales factores, para calcular nuestro sacrificio fiscal de hoy, usaremos la sencilla fórmula:
*Valor de base del año 2000 = US$ 7.000 millones; *Impacto de nuevos convenios = 27%;
*Impacto de crecimiento económico 2000/2008 = 91.5% *Cálculo: (7.000 x 1,27 x 1,915) = US$ 17.024.000.000. Aunque tan voluminosa cifra deberá de ser ajustada con mayor precisión con la asistencia de instituciones como la Superintendencia de Inversiones Extranjeras, anticipamos responsablemente que no contiene desviación de error superior al 10-15%. Si queremos estimar nuestro costo fiscal acumulado 2000-2008, podemos entonces usar la siguiente sencilla fórmula: [(7.000 + 17.024)/2]*9= US$ 108.108.000.000. Considerando un modesto crecimiento de nuestra economía del 5% para el 2009, el sacrificio fiscal por estos convenios inconcebiblemente dispendiosos será este año de US$ 17.875.000.000.
Si no lo regaláramos a los Fiscos de los países hegemónicos, bastaría para compensar la pérdida de ingresos petroleros, y mantener la inversión social y la reproductiva sin devaluar, aumentar impuestos ni crear nueva Deuda. Tal cifra equivale casi a las dos terceras partes del monto originario de la Deuda Pública Externa venezolana. Es posible que el desangramiento por las exenciones concedidas en virtud de los “Tratados contra la Doble Tributación” en sólo diez años exceda del pago del servicio de la Deuda Pública en tres décadas.
No sigamos exonerando de impuestos a las transnacionales
Si no lo regaláramos a los Fiscos de los países hegemónicos, bastaría para compensar la pérdida de ingresos petroleros, y mantener la inversión social y la reproductiva sin devaluar, aumentar impuestos ni crear nueva Deuda. Tal cifra equivale casi a las dos terceras partes del monto originario de la Deuda Pública Externa venezolana. Es posible que el desangramiento por las exenciones concedidas en virtud de los “Tratados contra la Doble Tributación” en sólo diez años exceda del pago del servicio de la Deuda Pública en tres décadas.
No sigamos exonerando de impuestos a las transnacionales
Denunciemos los infames “Tratados contra la Doble Tributación”.
PD: “Empecé a leerlo ya, de nuestro amigo Luis Britto García. Socialismo del Tercer Milenio” ¡Recomiendo este libro!” Son palabras de Hugo Chávez Frías, que se agradecen. No se lo pierda.
PD: “Empecé a leerlo ya, de nuestro amigo Luis Britto García. Socialismo del Tercer Milenio” ¡Recomiendo este libro!” Son palabras de Hugo Chávez Frías, que se agradecen. No se lo pierda.